Al Rey Lázlo de Hungría:
Me está empezando a cansar vuestra impertinencia y vuestra insolencia.
Os vuelvo a repetir que Polonia no ha invadido ninguno de vuestro territorios. El único fuerte que tenemos está situado en el puente que comunica vuestro territorio de Iasi con nuestro territorio de Halych, ¿cuántas veces habré de repetíroslo? Y no, las tropas polacas establecidas en ese fuerte no van a retirarse.
Además... ¿Venís a mi embajada a decirme que no tengo que aliarme con el Bizantino porque eso
me traerá la ruina y la destrucción? Quién diablos os creeís vos cómo para venir a decirme como he de llevar mi política exterior y encima amenazándonos con una guerra si nos aliamos con el Imperio Bizantino.
Pues os comunico qué no nos vamos a quedar de brazos cruzados viendo como habeís atacado al Imperio Bizantino a traición sin motivo alguno. Y si eso supone la guerra contra vos, que así sea.
Vos, Rey Lázlo... vos soís el que realmente acaba de desatar una tormenta y el mismísimo infierno contra el Reino de Hungría:
Al Basileus Mandoniologo I:
Será todo un honor aliarme con vos y combatir a vuestro lado en el cambo de batalla, Mandoniologo I.
Mi diplomático está a las puertas de Sofía esperando audiencia y cerrar los tratados oportunos.