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Un poco de historia Visigotica
En el siglo V (D.C.), pueblos bárbaros (bárbaros quiere decir en latín pueblos extranjeros), en realidad pueblos godos, llegaron en oleadas sucesivas a suelo de Hispania. Suevos, alanos, vándalos y visigodos, que ya habían sido previamente romanizados y que traían ya una lengua mestiza (sustratos diversos + superestrato latino) y la religión cristiana. Por todo ello, la influencia propiamente germánica es muy escasa en la Península.
En la Europa romanizada, el latín vulgar recibe los préstamos, primero, como consecuencia del contacto bélico y pacífico de las tribus germánicas en Galia y Germania, y luego, a partir del gótico, cuando en el s. III los visigodos se establecen en Dacia, siendo este contacto el origen de numerosos grupos extendidos por todo el
El papel que los godos de Toledo (s. VI-VIII) desempeñaron en la evolución del hispanismo no está en consonancia con su repercusión en el plano del vocabulario. Sólo las palabras góticas adoptadas por la población románicaterritorio de la Romania. También fueron los visigodos quienes a finales del s. iv ocuparon el sur de la Galia y fundaron el reino de Tolosa que, durante el s. V, se convirtió en foco de irradiación de g., algunos de los cuales se introdujeron en la península Ibérica.
Ruta de los visigodos en Europa
en los s. VI y VII hacen entrever la significación alcanzada por el reino visigodo de Toledo. Es importante su aportación a la antroponimia, y así parece fuera de toda duda que la mayoría de los antropónimos usados hasta los s. X y XI en el área del reino astur-leonés y de la Marca Hispánica presentan un carácter homogéneamente godo; son nombres como Álvaro, Alfonso, Bermudo, Elvira, Fernando, Gonzalo (Gonzalvo), Ramón (a través del catalán), Ramiro, Recaredo, Rodrigo, Teodomiro, Guillermo, Rodrigo, Jorge, Georgina, Teresa, Ricardo, Fernando, etc.
En la morfología, sólo quedó el sufijo “ing” >engo (realengo, abolengo).
En el léxico, palabras de origen bélico como la propia palabra guerra, además de guerrero, buque, compañía, espuela, albergue, pero también palabras como sala, adrede, bosque, buscar, banco, agasajo, brote, brotar, falda, convenio, alto (de detenerse)…
Topónimos como Burgos y sus derivados, Villatoro, Allariz, Castromil, Revillagodos, Revillagigedo, etc.
En esta época, el latín vulgar de la Península va evolucionando hacia lo que sería la lengua romance (el castellano) entre los siglos V y IX.
Los rasgos lingüísticos de esta lengua en formación serían:
- Una tendencia creciente a perder las vocales finales latinas. Tendencias que serán también muy fuertes en Cataluña, en que se pierden dos vocales finales. Castilla recuperará esa vocal final hacia el siglo XII.
- Se conservan los diptongos latinos vulgares ai y au excepto en Aragón y Cataluña.
- Palatalización de pl-cl y fl iniciales: Planctum >llanto ; clamare >llamar o Flama> llama.
España árabe en el siglo IX
Superestrato árabe
Los pueblos árabes que invadieron la península a partir del 711 D.C. También eran diversos y también su lengua evolucionó a través de los casi ocho siglos que permanecieron en la Península.
Esta lengua (o mejor dicho, las variantes que de ella se asentaron en la Península), provocaron que las lenguas de la antigua Hispania se separasen más de las demás lenguas románicas que no fueron sometidas a esta influencia.
Lo curioso es que fonéticamente, el árabe no deja rastro.
En morfología, únicamente queda un sufijo: la vocal tónica en posición final de baladí o alhelí.
En cambio, hay una enorme aportación al léxico a partir del mozárabe (la lengua de los árabes españoles, que se adapta a la fonética románica:
Palabras bélicas: atalaya, adalid, centinela.
Palabras referidas a la agricultura y a la hidrología: alberca, agricultura, acequia, noria, alcachofa, zanahoria,.
Palabras de oficios e industrias: Tarea, taza, azufre, albañil, mahón, alféizar, celosía.
Del comercio: Arancel, tarifa, aduana.
De la vivienda: vivienda, arrabal, alcoba.
Del vestido: albornoz.
Institucional y administrativo: alcalde, albacea.
Topónimos: Alcalá, Guadalajara, Guadalquivir, Alpujarras, Guadalupe, Medina, Medinaceli, Trafalgar, etc.
Onomástica: Zaida, Zoraida, Yaritza, Almudena, etc.
Sobre todo, es importante tener en cuenta la importancia radical de la cultura árabe por lo que se refiere a la introducción de la alta cultura filosófica, médica, científica y literaria clásica (especielmente griega y árabe), que vehiculó la civilización musulmana en la Península ( y a través de ella, al resto de Europa), durante los largos siglos de su asentamiento en la Península. Asimismo, los usos y costumbres de la sociedad reflejaron, hasta muy entrado el siglo XX, el legado árabe-musulmán.
Capitel visigodo
EL MUNDO VISIGODO
Entre romanos y árabes, los grandes conocidos, existe en España un pueblo, una civilización, prácticamente ignorada fuera del ámbito de los estudiosos de la historia: los visigodos. Salvo dos o tres hechos clave, pocos podrÃan hablar de esta cultura, fundamental sin embargo.
Podemos detectar el origen del pueblo godo en Scandia, la actual Götaland de Suecia. Después les localizamos en Elblag, Polonia, y luego en el valle medio del VÃstula. De ahà se ramifican por toda Europa. A partir de siglo IV quedan divididos fundamentalmente en visigodos y ostrogodos, occidentales y orientales. Constantino les concede el estatus de federados. Su sucesor, Valente, los trata peor, por lo que es muerto y sus tropas vencidas en Adrianópolis; Teodosio después de esto, les renueva el estatus. En el año 410, en unión de los esclavos bárbaros que vivÃan en Roma, la saquean y ponen fin a su hegemonÃa. Un año antes estaban ya establecidos en la Gallaecia de Hispania, y anteriormente nunca faltaron los intentos de establecer alianzas, incluso matrimoniales, como en el caso de Ataúlfo con Gala Placidia, hija de Teodosio y hermana de Honorio, y a la sazón su rehén.
Convertidos los francos al catolicismo en 496, las luchas contra los visigodos arrianos son continuas. Enfrentados cerca de Poitiers, los visigodos son derrotados y muerto Alarico ll, con lo cual se ven obligados a abandonar Aquitania y huir al sur, a través de los Pirineos, hacia Hispania.
Teudis, elegido rey, desea crear un reino en la PenÃnsula, y pone capital en Barcino; tras su muerte, su sucesor Atila la traslada a HÃspalis, Sevilla, no sin continuas rebeliones de los hispanorromanos. Y después y definitivamente, a Toletum.
Preciso es omitir el largo desfile de reyes, entronizaciones, derrocamientos y muertes; la Crónica de Fredegario nos habla del Morbus Gothorum, la enfermedad de los godos: una especie de monomanÃa de poder que lleva a este pueblo a abrirse paso hasta el trono matando al que hubiese en el camino; hijos, padres, hermanos y primos caÃan a los lados como ramas taladas. Sólo los grandes reyes supieron perdurar. Los sucesivos concilios trataron de establecer una firme monarquÃa hereditaria, pero las intrigas de los nobles no lo hicieron posible; y en ello se va a llegar a la posibilitación de la invasión musulmana de la penÃnsula. El penúltimo rey godo, Witiza, nombra sucesor a su hijo Aquila, pero una gran parte de la nobleza proclama a uno de los suyos, Rodrigo. Los partidarios del heredero llaman en su ayuda a los bereberes africanos, mientras Rodrigo está en el norte de España. Apenas hay resistencia: en el 711, en el rÃo Guadalete, el mundo visigodo termina.
Fuertemente romanizada, la legislación visigoda habÃa sido un mantenimiento de la romana, contenida en diez sistemas legislativos magistrales:
El Códice de Teodosiano, legislación romana tardÃa, unificando todas las leyes existentes; las Novellae, añadidas a las anteriores; el Codex Eurici, que pasa del derecho consuetudinario germano a la ley escrita; el Breviarum Alarici, que recoge y amplia el Codex Theodosianus; la Lex Theudi Regis, leyes procesales; la Lex Visigothorum, obra definitiva de la legislación visigoda. El resto son actas conciliares, fórmulas de derecho, etc.
La sucesión al trono es un problema constante; aunque generalmente se elegÃa dentro de un único linaje, el nuevo rey debe ser aceptado por la aristocracia goda. Por los pactos con los romanos confirman su suprema autoridad entre su pueblo. La regulación de la lÃnea sucesoria se establece en el IV Concilio de Toledo, en el 633, sacralizando el poder. El Aula Regia se integra por una serie de nobles al servicio del rey: maiores palatii, seniores, optimates y primi, con cargos, y los gardingos, sólo militares. El resto de la corte la componÃan los viri ilustres, los comites y el dux. Los comites, derivados en la Edad Media en condes, tienen diferentes funciones: El comes thesauriorum para la tesorerÃa, el comes patrimonii para la administración, el comes spatariorum para la guardia personal, etc. El dux provinciae llegó a máximo mando militar, unido a la administración de su provincia. Muchos nobles romanos accedieron a ese cargo. Por debajo del dux está el comes civitatis, administrador de justicia.
En la estructura del ejército también puede verse la asimilación del mundo visigodo al romano. La unidad fundamental era la thiufa, al mando del thiufado. Se constituye como fuerza defensiva de la monarquÃa, con ejércitos privados que componen el real con sus mesnadas.
Casi al par que el ejército, la Iglesia jugó un papel decisivo en la Hispania de los siglos VI y VII, sobre todo a partir del III Concilio de Toledo, en que Recaredo realiza la unificación religiosa. A los concilios se termina por trasladar gran parte de la actividad legislativa. Como es potestad del rey el nombrar obispos, la conformación como asamblea polÃtica se configura cada vez más. A medida que esto crece, la relación con Roma se va enfriando. A ello se añade el enorme poder económico que tiene, al poseer extensas y ricas tierras, propiedades inalienables con estatus de feudo.
Desde los primeros momentos hubo factores que marcaron las diferencias entre los dos pueblos que convivÃan en España: godos e hispanorromanos, pero pronto se fueron desdibujando. El principal fue el religioso: catolicismo contra arrianismo. A la llegada de los bárbaros la religión oficial en España era la católica, con influencias paganas y un cierto número de judÃos. Los pueblos bárbaros, excepto los nuevos paganos, eran arrianos, que niegan la Trinidad. En los primeros momentos hubo clara oposición entre ambos grupos. Después, Leovigildo intentó la unificación, cosa que logra Recaredo.
Otro problema fue la repartición de tierras: a los godos se les otorgan dos tercios, y un tercio queda para los hispanorromanos, según el llamado Contrato de Hospitalidad, que no afectó sino a la aristocracia, no a las pequeñas propiedades.
Se mantuvo siempre la particularidad del pueblo vascón, en el norte. Siempre fueron muy poco receptivos a la romanidad. De ello se deriva la conservación de su propia lengua y la continuidad de las prácticas de su propia y ancestral religión. Permanecieron independientes a lo largo de todo el reino visigodo, excepto Victoriacum, fundada por Leovigildo, quizá la actual Vitoria. Mantuvieron luchas frecuentes, pero en ningún momento fueron sometidos. Al contrario, sus ásperas montañas fueron refugio de rebeldes. Se supone que conformaron los mayores grupos de bagaudas o bandoleros de caminos, siempre en ataque a los destacamentos visigodos.
La ciudad se encierra cada vez más en sà misma, en un espacio intramuros; a los edificios administrativos y públicos se añaden las iglesias y sus anexos, tras la llegada del cristianismo. Aparecen también enterramientos cerca de ellas, pese a la prohibición de sepultar en núcleos urbanos, costumbre que en la Edad Media cobrará cada vez más auge. Crecen también las áreas martiriales, dedicadas al culto a los santos mártires.
La principal de las ciudades es, naturalmente, la capital, Toletum. Se ubica en un punto defensivo natural sobre un cerro rocoso que baña el Tajo, y cuyas vegas son excelentes zonas de caza, horticultura y pastoreo. Durante el s. VI, con la presencia de la Corte, sufre importantes remodelaciones, sobre todo en cuanto a la creación de centros de culto. Debió existir un poblamiento romano, con un circo, templos y villas, pero de ellos tenemos pocos testimonios, sobre todo por la siguiente población musulmana, que reestructuró por completo los espacios urbanos.
Acerca de estos espacios podemos hablar de las construcciones arquitectónicas. En primer lugar encontramos los de tradición paleocristiana, que perdurará hasta el s. VII. En segundo lugar la hispanovisigoda, que a partir de ese siglo aportará una serie de innovaciones: diversas planimetrÃas, y ornamentación escultórica, sobre todo en el área de influencia de los talleres de Toledo. La escultura parece corresponder toda a los siglos VI y VII, con centros artesanales en la Bética, la Lusitania, Mérida y Toledo. Pero un comentario sobre esto serÃa demasiado amplio, y de ello hacemos gracia al lector.
Sabemos también que la medicina estaba bastante avanzada, según podemos leer en las EtimologÃas del sabio San Isidoro de Sevilla, gigante de la sabidurÃa visigoda. Dice que los médicos aprendÃan gramática para poder comprender lo que se lee, dialéctica para poder discutir sus ideas, geometrÃa, música y astronomÃa. Se ordena que los médicos recorran la ciudad, recojan a cualquier enfermo que encuentren y lo trasladen al hospital (xenodocium lo llaman), lo pongan en lechos y le preparen medicinas apropiadas.
Las excavaciones en cementerios proporcionan el dato de que la población sufrÃa de insuficiencias alimenticias: caries, piorrea, cálculos, falta de flúor, osteoporosis y osteopatÃas en general, lo cual indica una educación alimentaria muy deficiente. El Ãndice de mortalidad, sobre todo infantil, era muy alto, pocos sobrepasaban los 50 años.
Hemos ofrecido un recorrido sobre una parte del mundo de nuestros ancestros visigodos, quizá un tanto desconocidos entre los mismos españoles, aplastados entre romanos y árabes con sus sólo doscientos años de existencia. Pero estuvieron ahÃ, dejaron una huella indeleble, y de ella he querido ofreceros tan sólo un paso en su caminar.
BREVE CRONOLOGÃA DE LA ESPAÑA VISIGODA
415 Los visigodos penetran en Hispania; instalación de Ataúlfo en Barcino.
416 Valia firma con Honorio un tratado foederati por el cual se compromete a liberar a Hispania de los germanos que la habÃan invadido en 409.
Se inician campañas sistemáticas contra vándalos silingos, alanos y suevos.
418 Valia firma un nuevo tratado con Roma, por el cual los visigodos pueden establecerse como foederati en Aquitania, instalando su capital en Tolosa.
466-484 Reinado de Eurico, que desde Tolosa afianza las conquistas visigodas, incorporando de pleno la Tarraconense a sus dominios al aprovechar el hundimiento definitivo del Imperio de Occidente.
497-507 Presión de francos y borgoñones sobre el reino de Tolosa.
507 Batalla de Vouillé, que supone el hundimiento del reino tolosano, tras la cual quedan reducidos los visigodos a sus dominios en la penÃnsula ibérica y al reino de Arles (Septimania, etc.).
531 Se inicia, de hecho, el reino visigodo de España, al trasladar la capitalidad del reino de Arles y Narbona a Barcelona.
561 Atanagildo traslada la capitalidad a Toledo.
Comienza la ocupación por los bizantinos del litoral mediterráneo y atlántico, desde Alicante al Algarve, junto con las Baleares. Se inicia el reinado de Leovigildo.
CRONOLOGÃA DE LOS MONARCAS GERMANOS EN HISPANIA HASTA LA UNIFICACIÓN DE LEOVIGILDO
Reino Visigodo
Ataúlfo = 410-415
Sigerico = 415
Valia = 415-418
Teodoredo =418-451
Turismundo = 451-453
Teodorico I = 453-466
Eurico = 466-484
Alarico II = 484-507
Gesaleico = 507-510
Teodorico II = 511-526
Amalarico = (511) 526-531
Teudis = 531-548
Teudiselo = 548-549
Agila = 549-554
Atanagildo = 554-567
Liuva I = 567? ó 568?-m. 572
Leovigildo = 568? ó 569?-586
Reino suevo
Hermerico = 409-441
Rekhila = 441-448
Rekhiario = 448-457
Maldras = 457-460
Remismundo = 460-469
Karriarico = Alrededor de 550
Teodomiro = 559-570
Miro = 570-583
Eborico = 583-584
Andeca = 584-585
LOS GRUPOS RACIALES EN LA ÉPOCA DE LOS VISIGODOS
Las distinciones raciales de la Hispania visigoda pueden resumirse en los siguientes grupos:
1.Población hispanorromana. Núcleo fundamental, mayoritario numéricamente y extendido por toda la penÃnsula.
2.Núcleo germánico. MinorÃa no fusionada con los indÃgenas, pero mezclada con ellos y de hecho dividida en dos grupos principales:
a) En el noroeste peninsular, los suevos (con pequeños núcleos de vándalos y alanos).
b) En la mayor parte de la penÃnsula, los visigodos, diseminados por casi todos los territorios peninsulares (a excepción, hasta Leovigildo, de la zona anteriormente mencionada y, asimismo, de Vasconia y -al parecer- de la región, de difÃcil localización, conocida como Oróspeda).
3. Núcleo hebreo. Los grupos judÃos constituÃan minorÃas activas (con frecuencia discriminadas), instaladas fundamentalmente en las ciudades.
4. Otros núcleos minoritarios orientales y africanos. En especial a partir del expansionismo imperialista justinianeo (coincidiendo, por tanto, con el perÃodo de instalación polÃtica bizantina en determinadas zonas peninsulares) se instalaron diversos núcleos de sirios, africanos y súbditos bizantinos en el sudeste peninsular.
NOTAS SOBRE LA DEMOGRAFÃA DE HISPANIA EN LA ÉPOCA VISIGODA
No es posible efectuar un cálculo de la población de la penÃnsula ibérica durante la época de predominio visigodo. De acuerdo con evaluaciones aproximadas puede inferirse que a mediados del siglo V las realidades demográficas, al consolidarse la instalación visigoda, serÃan las siguientes:
7.000.000 de hispanorromanos.
200.000 visigodos y asimilados.
Es presumible que la población de la penÃnsula aumentara a lo largo de los tres siglos de predomino visigodo, debido a una serie de factores de relativa estabilidad, que podÃan ayudar a tal fenomenologÃa. No obstante, el crecimiento de dicha población debió de ser relativamente reducido.
Al establecerse en las Galias, los visigodos eran aproximadamente unos 100.000, duplicándose posteriormente (a lo largo del siglo V) su número, no sólo por el aumento lógico de sus propios efectivos, sino por la incorporación de otros núcleos de germanos, especialmente ostrogodos.
Carecemos, por otro lado, de cifras exactas respecto a los efectivos de población representado por los suevos (núcleos de mayor persistencia en la penÃnsula) y los restantes invasores germanos. Como referencia aproximada respecto a la importancia de dichos contingentes se ha calculado que los vándalos y alanos (que emigraron a Ãfrica tras una breve permanencia en la penÃnsula) eran unos 80.000
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Los Visigodos, siglo ...
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Posteado 26 May 2008 17:01
por YACOB
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