¡Presentamos nuestros respetos ante ti, noble rey del mare nostrum! ¡Espero ver a vuestra armada sembrando el terror por los mares, pero no por nuestras aguas! Negociemos, pues, derechos comerciales, y más tratados de otros asuntos, en un futuro cercano.
Ma'a elsalama! Bilshifa! Bilhana! ¡Y, recuerda siempre, amigo, en tiempos de tormenta, siempre podrás acudir a los puertos que se levantan al rededor de las columnas de Heracles, a por protección y víveres, puesto que jamás os negaremos nada de lo citado antes, podrás contar con nosotros!