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TEMA: Conflicto en el Norte

Conflicto en el Norte 03 Sep 2009 00:38 #34778

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El año que le Roi Philippe accedió al trono fue bastante turbulento. La muerte de su hermano mayor en una justa le había abocado al papel de monarca cuando ya se veía dedicándose el resto de sus días a cazar venados y perseguir cortesanas por los pasillos de palacio. Además, gran parte de la nobleza se había rebelado durante la agónica enfermedad de su padre, años antes, y ahora la mitad del territorio francés la ocupaban condados rebeldes que se negaban a acatar la autoridad de la corona. Por si fuera poco, ese reciente período de inestabilidad había sido aprovechado por el reino de Inglaterra que había arrebatado el condado de Caen de su legítimo señor.

Phillippe se percató que sería sensato que para poder ocuparse con tranquilidad de la recuperación de su ascendencia sobre los sublevados sería primordial asegurar primero un clima de cordialidad con el resto de reinos europeos. El consejo de nobles, con gran sensatez y sabiduría, le indicó que resultaría muy provechoso para Francia lograr una firme alianza con el reino de Escocia, que aunque pequeño, también aspiraba a alejar al inglés de sus fronteras y podrían colaborar contra la Pérfida Albión. Así pues, todo fue dispuesto para que se establecieran prontamente las negociaciones que preceden a toda tarea de este tipo. La oferta francesa era clara y sencilla: deberíamos atacar al unísono al inglés para restarle capacidad de reacción, así, mientras el ejército galo golpeara Caen, los escoceses harían lo propio contra Nottigham. No podía fallar. Si todo saliera bien, en el futuro podríamos repartirnos los territorios rebeldes que encontrásemos en las exploraciones del Mar del Norte. Así quedó escrito y redactado y se envió con los mejores diplomáticos hacia Edimburgo.

Poco tiempo después, tras regresar Phillipe herido pero victorioso tras la toma de Brujas, el condestable avisó al rey de que se había recibido una respuesta a la oferta enviada

- “¿Y bien?” – inquirió Phillipe

- “Majestad, me temo que no sean buenas noticias”- el condestable preparaba a Phillipe para que encajara las noticias que él ya conocía.

- “Dime sin más dilación qué han respondido, estoy cansado, sangro, y no estoy de humor para zarandajas”.

- “Señor, el rey escocés no dice ni sí ni no a nuestra propuesta de ataque conjunto al inglés. No es claro en sus respuestas” - el condestable miraba al suelo mientras informaba a su señor.

- “¡Demonios! ¿Acaso tienen un plan mejor ellos? ¡Que lo digan!. ¡Francia no puede permitir que Inglaterra siga fortaleciéndose con el transcurso de los años. Cuanto más nos demoremos, más nos costará echarla al canal!” –el tono del soberano se iba encolerizando

- “Pero eso no es todo majestad, aún no os he contado lo peor...” – el condestable había puesto casi un pie fuera de la estancia temiendo tener que salir corriendo.

- “¿Cómo es eso? ¡¿a qué os referís?! Habladme pronto y claro Condestable, ¡os lo ordeno!” - vociferó Phillippe.

- “Es que... “–titubeaba el condestable - “...el rey escocés reclama su derecho a toda conquista de territorios rebeldes en el Mar del Norte, reclama su derecho a toda conquista en las Islas británicas, y nos pide además que le entreguemos alguna posesión mediterránea para ampliar su expansión por aquellas latitudes” – el condestable agachó la cabeza temiendo que comenzaran a volar objetos por toda la sala- “a cambio nos ofrecen su... errr.... ayuda, pero no dicen en qué”.

- “¡¡Maldigo cada púa de la corona de espinas del Cristo bendito!!” – las venas del cuello hinchadas como globos y su tez roja como las brasas, Phillipe comenzó a desgarrar los tapices que colgaban de las paredes a mandoblazos de su espada –“pero ¡¿acaso toman los escoceses por tonto al Rey de Francia?!, ¡¿qué clase de arrogante presuntuoso reclamaría todo sin ofrecer nada a cambio?!”

Como vieran los galenos que la herida del rey volvía a brotar con fuerza echaron a todos los presentes de la sala y aconsejaron al monarca que se retirase a reposar.


*****

En el mes de abril siguiente, Phillippe, restablecido de sus heridas, se preparaba para asediar Amberes. Había dispuesto un extenso campamento en una explanada desde la que se divisaba bastante bien la ciudad y los accesos a ella.

Una noche, bien avanzada la madrugada, el silencio fue bruscamente roto por el desbocado galopar de un corcel que se aproximaba apresuradamente.

-“¡Mensaje urgente para su Majestad!, ¡mensaje urgente para su Majestad!”, - el joven mensajero, extenuado, parecía que iba a perder la voz con cada grito.

Antes de que el Rey saliera de su aposento, dos lozanas mozas salieron de él cabizbajas a toda carrera hacia el exterior. Cuando Phillipe acabó de leer el pergamino, su rostro se ensombreció, sus ojos proyectaban una ira a duras penas contenible, y su primera reacción inconsciente fue buscar dónde había dejado su espada. -“¡Convocad al Consejo! ¡AHORA!”.

En breves minutos, una docena de somnolientos nobles y generales se acomodaban como podían en el interior de la carpa real. Algunos hacían cábalas acerca de si Amberes iría a levantar el asedio, otros apostaban que probablemente Inglaterra viniera en socorro de la ciudad. Los más sabios guardaban silencio y observaban preocupados al rey dando vueltas como un poseso. Súbitamente se detuvo y habló sin circunloquios:

- “Caballeros, noticias de extrema gravedad han llegado a mi conocimiento hace escasos momentos” – Phillipe hablaba casi atropelladamente - “El futuro de Francia se encuentra amenazado y probablemente nos veamos obligados a levantar el asedio y partir de inmediato. Os he convocado pues necesito conocer vuestro parecer”.

- “Proseguid por favor, Señor, sabéis que nuestra espada os seguirá mientras exhalen aliento nuestros pulmones” exclamó el Conde de Reims.

- “¡El rey escocés, ese perro embustero y traidor, ha ofrecido y conseguido una alianza con el reino de Inglaterra!” reveló el rey.
La estancia se llenó de maldiciones y exclamaciones de todo tipo. El Duque de Rennes se levantó indignado:

- “Pero Majestad, eso no tiene sentido, ¿qué obtendría Escocia de un pacto así?”

- “Aguardad caballeros” –advirtió el monarca- “aún no he terminado de exponeros la gravedad de la situación en su conjunto”.

En ese momento se hizo un silencio monacal sólo perturbado por el crepitar de las antorchas.

- “Me informan a su vez de que se acerca una flota escocesa en dirección sur. Están a tiro de piedra de nuestras costas. Miles de soldados y caballos rebosan en sus bodegas. Es un ejército imparable”- Phillipe parecía desolado por momentos. -“Si logran desembarcar en nuestra tierra, no podremos pararles”.

- “Pero, Majestad, ¿no podrían tener otro rumbo que no fuese nuestro reino” preguntaba un general.

- “La población más cercana es Londres, pero bastaría un tercio de las tropas que lleva embarcado si deseara atacarla”,-reflexionaba en voz alta el rey.

- “Por no decir que no tiene sentido si además acaban de sellar una alianza con Inglaterra” –la contundencia de las palabras del Conde de Reims era inapelable.

- “Además, la flota ha pasado de largo por la costa de Nottingham como si tal cosa, la ciudad tampoco ha sido atacada” - proseguía Phillipe.

- “Majestad, con todo respeto” –intervino el Gran Marechal – “si el objetivo de Escocia fuese atacar a Inglaterra, cualquier sargento de milicias recién ascendido hubiera desembarcado la mitad para asediar Nottingham y destinado el resto para Londres” –el Consejo respetaba profundamente la opinión del Gran Marechal, pues su experiencia en batalla no tenía parangón en todo el reino – “Emplear tres mil soldados en la toma de un enclave que sólo requeriría quinientos implica dejar dos mil quinientos hombres ociosos” –proseguía el gran estratega- “y dudo que entre las intenciones del soberano escocés esté la de agraciar a su soldadesca con un crucero de placer”.

- “¡Cuánta elocuencia revisten tus palabras fiel Marechal!” –sentenció el rey, “¿qué sugerís?”

- “Señor, si vos me autorizáis a ello, con las primeras luces del alba podré tener dispuesta una flota mercenaria y movilizar algunos destacamentos para intentar evitar que esos salvajes se acerquen aún más a nuestro suelo patrio” concluyó el Gran Marechal.

Todas las miradas quedaron fijas expectantes a la respuesta de Phillipe.

- “El futuro de Francia está en juego, Le Roi embarcará también”.

Re: Conflicto en el Norte 03 Sep 2009 02:10 #34782

Los argumentos ya están más que debatidos... Saliendo del roleo, buena historia eso sí, a ver si te animas a seguir la guerra que siempre gusta verlo desde otra perspectiva por muy... en fin... por como sea xD

P.D.: No te creas que esto va a limpiar tu imagen en Europa ;) (es broma xD)

Re: Conflicto en el Norte 03 Sep 2009 02:37 #34783

  • SeSp1
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  • Héroe Legendario
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No sabia que la perfida Albion era Sicilia pero gracias por recordarmelo aunque no fuera tu intencion

PD:aunque no sea la perfida albion, te estoy dando un por saco


Gracias Regne

Re: Conflicto en el Norte 03 Sep 2009 03:16 #34784



Muy buena Mencey!!!!

En Bizancio nos encanta pasar las noches paseando por los jardines y escuchando y debatiendo con la corte Imperial las noticias que nos llegan del lejano y bárbaro norte. Con crónicas como esta, el entretenimiento y esparcimiento del emperador quedan asegurados.

Re: Conflicto en el Norte 03 Sep 2009 18:02 #34799

  • Airamand
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  • Samurai Nodachi
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Airamand I de Castilla, absorto lee los pergaminos una y otra vez; cuando termina de leerlos vuelve a empezar, y lleva así varias horas, como si el tiempo se hubiese detenido en aquella calurosa estancia a orillas del Guadalquivir, lejos de la corte.

Por fin levanta la cabeza y observa detenidamente al mensajero que le ha entregado los pergaminos, cuya cara aun refleja el sudor ya seco de muchas horas de galope, y sobre sus hombros reposa cansinamente el polvo multicolor de los distintos condados que tuvo que atravesar para llegar ante su señor.

Con un imperceptible ademán de su mano desenguantada, ordena a todos los alli presentes que le dejen solo, pues la incertidumbre y lo inesperado de los acontecimientos en el Norte le resultan extrañamente familiar, (demasiado familiar diría el).

Sus tropas habían avanzado hacia el sur, en silencio, al igual que el escoces, y aunque buscaba la paz solo encontró una inesperada guerra con su vecino Omeya. La actitud de descrita por el cronista frances respecto de su vecino escoces, divagando y postergando publicamente sus decisiones cuando en lo mas profundo de su ser el objetivo ya estaba determinado, era frecuente entre los soberanos de otras cortes.

Además, no hacía mucho que miles de soldados portugueses se habían embarcado en las costas peninsulares con rumbo desconocido, y habían encontrado un trágico destino en el fondo del mar. ¿sería esa la suerte que corrió su amigo Breogham I? (N.T.: hay que situar cronologicamente este evento en el anecdotario, supuestamente aun no han llegado las noticias del resultado de las acciones francesas).

Odiseas hacia el sur, secretos cortesanos, barcos hundidos....

Y pronto Airamand I tendría que embarcar para continuar su viaje hacia el sur, y el hecho de ser sorprendido en altamar apuñaló su corazon con una oscura precupacion mas alla de lo razonable.


P.D. Mencey, muy buena, sigue contando, sique... :VP:
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