En una posada de Nápoles, un noble italiano leía un documento sellado por el anillo del conde que le había robado a un mensajero.
-esta sustracción no sería problema ya que siempre se solían enviar por ley, 3 o 4 mensajeros al mismo destino y por distintos caminos por si acaso ocurriera lo que yo acabo de hacer- pensó nuestro noble.
A nuestro noble siempre le gustaba estar informado de los asuntos del país y así lo demostraba su habitación secreta de su gran mansión en la región de Milán repleta de documentos robados, ahora se había trasladado a Nápoles para conseguir este documento valioso e interesante a la vez, que decía lo siguiente:
Túnez a 1094 de nuestro señor, Carta del Conde Bernardo al Duque Giorgio. a entregar en mano
Padre, perdonad que no hayáis recibido noticias mías desde antes de la toma de Palermo, pues estuve muy ajetreado y despachando muchos asuntos en torno a la campaña, os informo de nuestros avances que han sido bien notables.
Palermo calló con relativa facilidad gracias a nuestros aliados del norte que aportaron suficientes tropas como acordamos con su káiser para hacer posible el asedio a una fortaleza tan grande. Se produjeron bajas en el ejercito tanto Milanés como Imperial, la ciudad fue saqueada y entregada a los Imperiales como según indicaba vuestra última carta.
Pero hubo un problema, después de conquistar Palermo, no podíamos hacer otra cosa que mirar desde las almenas del recién castillo conquistado como nuestra flota una por una era enviada al fondo del océano en increíbles victorias de mención para ser narradas por juglares y trovadores por tan solo dos escuadras de bandera gris, aun así sobrevivieron suficientes navíos aunque tuvieron que replegarse hacia la ciudad de Roma.
Mientras se arreglaban los desperfectos del castillo para que cambiase de manos, nos llegaron noticias de que los Franceses, habían asediado y tomado la débil fortaleza de Cagliari y sus navíos habían hundido la mínima pero gran experimentada flota siciliana.
Hay que tratar urgentemente el asunto de los Franceses, ya me entendéis padre, este asunto he de hablarlo en persona con vos.
–a que se referirá aquí sobre los Franceses, que es tan importante que no puede mencionar en esta carta, una ofensiva contra los franceses tal vez- se dijo a sí mismo el noble italiano
Tras esto contrate los servicios de una flotilla de cocas mercenaria que nos trasportase hasta el castillo de Túnez, pero nuestra sorpresa cuando llegamos fue otra sin duda a la esperada y así resonaban en los barcos los vítores de los soldados confiados pues el gran castillo de Túnez ahora era tan solo una pequeña ciudad con murallas de madera.
Iniciamos el cerco nada más desembarcar, pero hubo un problema, no teníamos suficientes tropas para asaltar la ciudad, el ejército estaba muy cansado y mermado, asique lo único que podíamos hacer era mantener el cerco, rezar a dios para que los defensores no saliesen de la ciudad, y esperar que llegasen los refuerzos reclutados en Palermo antes de entregar el castillo. Por suerte el despacho llego a su destino y en 2 meses desembarcaron 3regimientos de caballería pesada, entonces comenzó el asalto a la ciudad simplemente con arietes.
Los lanceros abrieron dos brechas con los arietes en la muralla principal y antes de haber soltado el ariete, os defensores estaban cargando contra ellos como aire que lleva el diablo, pues sabían que era vencer o morir en su último bastión.
Yo me encontraba en la retaguardia; ordene reforzar las posiciones con todas nuestras tropas de infantería y un regimiento de caballería. Mientras rezaba porque aguantasen pues sabía que no conseguirían ganar ellos solo, ordene a una unidad de arqueros mermada indispuesta para el combate, que cogiese el madero con punta de hierro y forma de buey, que estaba por montar en otro ariete y abriesen otra brecha en un lateral de la muralla sin que se diesen cuanta los defensores.
Fue un éxito, yo junto a los 2regimientos de caballería pesada que quedaba entramos por el lateral y barrimos la fuerza defensora no sin esfuerzo. En ese dia 50 sicilianos fueron capturados, murieron más de 250italianos entre los dos bandos.
Pero ahora ya todo ha acabado, la guerra ha acabado. Liberé a los prisioneros con la condición de que se quedasen en la ciudad de Túnez como civiles y en un futuro si lo deseaban como militares.
Ahora espero aquí en esta ciudad con preciosas vistas al mar vuestra respuesta para saber cual será mi siguiente paso.
Conde Bernardo
Offroll
que os ha parecido, es asi la primera que hago en mucho tiempo xD espero que les haya gustado