La Verdad... el honor... la fidelidad....
Que altos conceptos se están discutiendo aquí. No sabíamos en la Orden que los simples plebeyos tuvieran tanta cultura.
El rey Lituano será enterrado en Vilna con todos los honores que corresponden a un caballero honrado, valiente, gentil y perspicaz que tuvo la mala fortuna de hallarse en el camino de la Orden Teutónica. El Gran Maestre vería mancillada su caballerosidad si negara ese favor a quien ahora es su enemigo pero que durante muchos años fue su amigo leal y sincero.
Por otro lado, si el Emperador dice que los polacos son amigos, es que son amigos. Si dice que son herejes, es que son herejes.
El Sacro Emperador Germano es el único de los presentes que cuenta con el apoyo Papal y mientras el pacto de vasallaje se cumpla por ambas partes, la Orden se someterá a sus órdenes pues así lo dicta el Código de la Orden y las normas de la caballerosidad. Haga lo que haga el Emperador, ataque a quien ataque, y utilice las tácticas que utilice, la Orden estará a su lado, atenta a sus deseos.
El Emperador ayudó a la orden en los momentos de más necesidad y el Gran Maestre no tolerará que su nombre sea mancillado, arrastrado y vilipendiado.
Todos aquellos que ahora os alzais levantando la voz , hinchandoos el pecho con grandes palabras como honor, lealtad y caballerosidad, atacasteis un dia a la Orden sin previa declaración de guerra. Rusia, Polonia, Dinamarca y la desaparecida Mongolia atacaron a la Orden basándose en absurdas suposicones y sin que hubiera un ataque previo por parte de nuestras tropas.
Los rusos atacaron Lida sin previa declaración de guerra. Los mongoles ocuparon brevemente Goradnia y Byalistock sin que la Orden tuviera la más minima intencion de entrar en Mongolia y de nuevo, sin declaración de guerra. Los Daneses ocuparon Visby, hundieron barcos y faltaron a su palabra en varias ocasiones durante el conflicto de Narva y Reval. Los sucios Polacos atacaron Minsk cavando con ello su propia tumba....
Todos estos, que en su dia no dudaron en atacar a la Orden mediante la más pura y simple de las traiciones, por la espalda y sin avisar, simplemente porque el miedo atenazaba sus corazones, hablan ahora de conceptos que no han ejemplificado jamás.
No señores. Acusais al Emperador de vuestras propias faltas. Haceis de él el espejo de vuestras debilidades y la imagen que os devuelve es una grotesca e ihumana copia de vuestras propias facciones.
Si alguien puede hablar aquí de honor son aquellos pertenecientes al linaje de los Regne de Lituania. Y si alguien puede hablar de generosidad es el Emperador Rukser.
Todo lo demas, son palabras vacias de sentido en bocas oscuras y traicioneras.
Pelead con valentia, empuñad con firmeza la espada y defended vuestros territorios con fiereza. Es vuestro derecho y vuestra obligación. Pero no acuseis a otros de vuestras propias faltas. Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.