Saludos irlandés.
Ha ocurrido algo terrible. Una equivocación de dramáticas consecuencias. Sentaos y dejad que os explique.
Imagino que recordais como en la embajada Inglesa, el rey inglés concedió los señoríos de Dublin y Trim a nuestro señor Mandbjorn.
El rey, satisfecho por el trato, mandó un pequeño destacamento al mando de su hijo para tomar posesión de ambas ciudades. El príncipe, de acuerdo con las instrucciones recibidas, mando emisarios a los alguaciles de sendos lugares, pero los emisarios volvieron con la noticia de que Trim estaba tomada por un ejército Irlandés y Dublín lucia bandera Irlandesa y estaba bajo asedio de los ejercitos ingleses.
Cuando los emisarios explicaron al príncipe lo ocurrido, este montó en furia (nuestro príncipe es un hombre muy dado a los prontos violentos), y les cortó la cabeza en el mismo sitio donde estaban. Con su propia espada.
Después, dió ordenes de atacar ambas ciudades. Pero como quiera que los únicos que sabían con exactitud la ruta para llegar ante las puertas de Trim y Dublín, eran los hombres que yacían descabezados en cubierta, nuestro noble príncipe erró el rumbo (hay quienes dicen que nunca será buen marinero) y , tomando la primera playa que encontró, tomó con violencia extrema la ciudad que él supuso era Trim.
Lamentablemente se equivocó y tomó por error una ciudad que hay más al norte. Duwonpratik.... o algo parecido se llama (por odín que vuestro idioma es complicado). Bueno, el hecho es que tomó la ciudad y pasó a cuchillo a sus habitantes. Después, la saqueó a conciencia y le prendió fuego. La cosa estaba funcionando bastante bien, hasta que un soldado irlandés, al que tenían prisionero, le dijo al príncipe que aquello no era Trim, que era la otra que os he dicho.
Entonces fué cuando el príncipe se enfadó de verdad. Acuchilló personalmente a los supervivientes del ejercito enemigo y por un momento temimos que tambien la emprendiera con nosotros, sus propios hombres. Mandó levar anclas y fue raudo a explicarle a su padre el desenlace de la expedición. Os podeis imaginar como se puso nuestro viejo rey. Sus gritos se oían al otro lado del fiordo.
La cuestión es que el rey Mandbjorn os manda excusas desde lo más profundo de su ser. Ha castigado duramente a su propio hijo y espera que algún dia podais olvidar este terrible error.
También os agradece profundamente que hayais guardado las ciudades de Trim y Dublín a salvo de las cuadrillas rebeldes que en nuestros dias campan por los bosques y os sugiere que aprovecheis el emisario que teneis en Castle Town para cederle los derechos de las dos ciudades.
Sin embargo... Ay! Me temo que el hijo del rey esta formando un ejercito. Nuestro impetuoso príncipe afirma que vos habeis tomado las ciudades que nos pertenecen y que no pensais cedernoslas. Tiene en su poder un documento que acredita que Dublín fue fundada en el siglo IX por el pueblo vikingo y somos, por tanto, sus legítimos propietarios. Mucha gente está de su lado y parece ser que se proponen una expedición de saqueo por la costa Irlandesa asaltando todas las ciudades que aparezcan a su paso como hicieron en DuwninPatrick.
El rey no ve con buenos ojos esta expedición, pero tampoco puede hacer nada por evitarla. El príncipe está captando numerosos hombres y no conviene a nuestro pueblo una división en lo alto de la familia real. Por eso, su máximo deseo es que vuestro emisario actue rápidamente concediendonos Dublin y Trim este mismo turno. Esa sería la única manera de parar la expedición que prepara nuestro valeroso, decidido y sangriento príncipe.
Perdonad, oh rey, que haya sido portador de tan malas noticias. Antes de acabar, dejadme añadir, que este, vuestro humilde mensajero, tambien añade su pesar al de las víctimas de este desastroso error.
Mi persona está bajo vuestra voluntad.