Valerosos y ladinos señores de Escocia:
Os traigo fúnebres nuevas a vuestro reino. En principio, el Rey y la Corte se negaban a creerlo, pero los agentes de espionaje situados en la frontera escocesa (los mismos que expulsasteis) han presentado pruebas irrefutables sobre el complot escocés.
El fuerte que tomasteis con la única escusa de dar muerte a unos bandidos rebeldes, ha incrementado su guarnición. Para colmo de males descubrimos a uno de vuestros nobles acampado y escondido en los bosques cercanos. Demasiada guarnición y demasiada relevancia como para mandar a un noble por unos míseros bandidos. Curiosamente a muy poca distancia de una de nuestras posesiones del norte, la cual, sin murallas y ante vuestras tropas, habría sido saqueada sin darnos posibilidad de plantar cara.
Es cierto que podríamos tomar esto como una simple casualidad, o una paranoia de nuestros agentes fronterizos, aún molestos por vuestro trato hacia ellos, pero no ha sido el único indicio. Otro ejército, situado al este de la frontera, pertrechado con armas de asedio, se esconde de nuevo vilmente entre los bosques, muy próximo a nuestros fuertes y ciudades en Newcastle.
Otra coincidencia? Podría ser... Pero más llamativo puede ser ver como un diplomático galés (pueblo que como sabéis escupió en nuestras propuestas de paz y ha iniciado una invasión en terreno inglés) se encaminaba felizmente hacia vuestros destacamentos fronterizos....
Tras mucho meditar, y sin hallar con certeza la verdad, el Rey declaró su decisión. No podía arriesgarse a sufrir otra puñalada baja de un vecino. La decisión ha sido dura, pues poco tenemos para hacer frente a los ejércitos que sabemos se están movilizando y es posible que empecemos perdiendo terreno, pero pronto, y contando con la iniciativa, daremos la vuelta a esto.
Como resultado, el noble que fue visto refugiado en los bosques y su ejército fue derrotado por los hombres de Inglaterra. El perro bárbaro logró escapar y refugiarse en terreno escocés. Como prueba de honor, el ejército capturado fue puesto en libertad y corrió a refugiarse con su cobarde señor. Aún no hemos pisado suelo escocés como prueba de honor de la que deberían aprender los desquiciantes y sucios galeses.
El fuerte fronterizo fue tomado sin dificultad alguna por una partida de levas que arrasó con las asustadas tropas escocesas que aún no creían que su noble les hubiera abandonado. Aún así, los escoceses lucharon con honor y valor hasta el último hombre.
Por otro lado, una de vuestras flotas había sido apostada en uno de los pasos que comunican con el norte, junto con una flota pirata. Ambas flotas fueron hundidas por nuestros diestros e ingeniosos marineros. El almirante no dio tregua a los piratas y hundió y arrojó al mar a todos ellos. A los barcos escoceses sin embargo se les dio la opción de retirada. Tendréis pronto noticias suyas cerca de la frontera.
Aceptaremos una disculpa pública y una oferta de alto al fuego con garantías si así lo deseáis, pero, conociendo el legado de vuestro irreductible pueblo, creemos que no aceptaréis esta oferta y lucharéis hasta la muerte. Si así lo deseáis, así sea. No os convirtáis en los homónimos de vuestros amigos galeses.
Que Dios os Guarde.
Sir Ismayl de Live