La revista "El Jueves" de esta semana trae unas reflexiones sobre Eurovisión que no tienen desperdicio...
"¿Vale la pena salvar Eurovisión?
Es el concursillo ese del
año catapum que radiaba
Uribarri (a lo mejor los mayores de
106 años lo recuerdan) que ganó Massiel hace
siglos y que parece que
ya no lo ven ni en las residencias de la Tercera Edad.
TVE también está harta de gastar dinero en mandar
Chayannes de medio pelo para hacer el ridículo. Y ha decidido que quien quiera participar que se grabe su propio
bodrioclip y lo cuelgue en una paginilla de "MYSPACE" creada al efecto. De ahí, a lo mejor se sacaría algún candidato, si no es muy vomitivo.
La primera razón para follárselo es que
teniéndolo todo para arrasar en España (rollo
"Noche de Fiesta", gusto pésimo, calidad nula y originalidad cero) tiene
menos audiencia que la carta de ajuste.
Segundo, porque
desprestigia aún más (si ello fuera posible) nuestra deteriorada
imagen internacional (
"Yurops living a selebreison" y
"¿Quién maneha mi barca?": los himnos del "loser" europeo).
Tercero, porque resulta
perjudicial para la economía española, provocando daños y pérdidas a un amplio sector de nuestros empresarios: Octavio Acebes, Rappel y la Pitonisa Lola...
En cuarto lugar,
los penosos videoclips de presentación, mezcla de anuncio de "Viajes el Corte Inglés" y reportaje de "Callejeros".
Son letales para nuestro turismo.
Por último,
por los tongazos. Países emblemáticos como Austria o Italia ya no participan porque, gracias a los
putos televotos, hace años que solo ganan
países del este y balcánicos, muy dados a
hacer piña para votarse entre ellos.
Un reportaje de Nick Platino..." :rolf:
En fin... :roll: Vale que El Jueves no es precisamente una autoridad en la materia y que el
animus jocandi es evidente en una revista de un humor más bien tirando a grosero, cuando no abiertamente soez, pero en este caso sí que dice algunas verdades como puños (es evidente, por ejemplo, la escasa audiencia del evento eurovisivo en comparación con su esplendor de antaño y su fuerte politización, además de que por cada buena canción que puede oirse, cinco podrían tirarse perfectamente por el retrete...). Y como dice La Sexta: si en plan serio no nos hemos comido una rosca desde 1968... ¿por qué no pasar al
plan B?
Y una última reflexión que me demuestra que los españoles pasamos de Eurovisión como de comer carne agusanada: ¿por qué todos los que se rasgan ahora las vestiduras viendo al Chikilicuatre cantar el chiki-chiki no votaron en masa a otros candidatos más acordes con la seriedad que -según ellos- debe imperar en Eurovisión? Pues porque pasaron del tema olímpicamente, dejando que el frikerío encumbrase a su héroe.
Así que, por mí, que le pongan de una vez la losa y el RIP encima a esa Eurovisión de traje, corbata y gala de
Aplauso o
Noche de Fiesta y que deje paso al esperpento, a la novedad, a los nuevos aires, sean los que sean...