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[AAR CK2] Vencer o morir
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TEMA: [AAR CK2] Vencer o morir

[AAR CK2] Vencer o morir 10 Dic 2013 12:07 #70664

  • Baal Catalunya
Introducción histórica (1ra parte):

¿Cuándo empieza nuestra historia? ¿En una reunión del Consejo Regio aragonés ocurrida en Barcelona el 16 de mayo de 1204? ¿O en una boda celebrada unos cincuenta años antes, que dio a luz a un nuevo reino? ¿O puede que nuestra historia empezara mucho antes?
Según un puñado de escasos testimonios, entre ellos un puñado de monedas y algunas crónicas, los últimos años del reino visigodo de Toledo fueron más turbulentos de lo que nunca se hubiera imaginado. Pues cuando el rey Witiza murió en 710, el poder fue tomado violentamente por el duque de Bética, Roderico. No obstante los familiares del difunto monarca reaccionaron proclamando un nuevo soberano, Akhila II, que fue reconocido en las regiones de la Tarraconense y la Narbonense, estallando así una guerra civil.
Los witizianos, viendo que solos no podían vencer a sus rivales, decidieron pedir ayuda a una potencia exterior que recientemente había conquistado el norte de África. Un imperio que se extendía hasta las lejanas tierras de Persia.
Por este motivo, en el 711, las tropas musulmanas atravesaron el estrecho de Gibraltar, derrotando poco después, en la batalla de Guadalete, a la hueste del rey Roderico. Con esto, en teoría, ya habían cumplido lo pactado con sus aliados; no obstante Tariq ibn Ziyad, líder del ejército árabe, en ver la degradación del reino de Toledo concibió sus propios planes.
En una serie de rápidas campañas todos los dominios visigodos cayeron en manos de los sarracenos. El último que cayó fue la Narbonense, en el 720, a pesar del liderazgo de Ardón, el verdadero último rey godo.
Viendo lo fácilmente que habían derrotados los visigodos, pues la mayoría de los magnates pactó con los invasores para poder conservar su poder, los musulmanes lanzaron audaces incursiones contra el reino de los francos. No obstante fueron frenados en la mítica batalla de Tours en el 732 por Carlos Martel, líder de los francos.
A pesar de este contratiempo el Islam se instaló firmemente en la Península Ibérica, dando pronto grandes frutos. Pero pequeños reinos y principados cristianos sobrevivieron en las montañas del norte, entre los cuales destacaríamos dos que en un futuro tendrían un importante papel.

- Aragón:
Este es un pueblo muy antiguo, pues ya a inicios del siglo IX se menciona a un tal Asnar Galí como conde de Aragón. No obstante en aquel entonces solo dominaba una fracción del territorio que regiría en un futuro, pues la mayor parte del actual Aragón estaba bajo dominio musulmán.


El palacio de la Aljaferia, situado en Zaragoza, es el único gran edificio que queda de la época de las Taifas

Aunque al principio estuvo bajo la influencia franca con el tiempo formó parte del reino de Navarra, hasta que con muerte de Sancho el Mayor, en el 1035, su hijo Ramiro I (1035-1063) se proclamó rey de Aragón.
Al principio dicho reino tuvo una existencia difícil pues su vía natural de expansión, la taifa zaragozana, también la ambicionaba el reino de Castilla. Por este motivo durante mucho tiempo quedó encerrado dentro en sus límites y presionado por todos los lados por sus ambiciosos vecinos.
Para conseguir definitivamente la independencia, pues aun teóricamente estaba bajo la tutela de Navarra, Sancho Ramirez (1063-1094) infeudó su reino a Roma. Pero el afianzamiento definitivo fue cuando en 1076 Navarra pasó a ser dominada por los aragoneses, siendo este el punto de inicio de su gran expansión.
Aprovechando las crisis que sufrían la taifa zaragozana y los castellanos, los reyes Pedro I (1094 – 1104) y Alfonso I el Batallador (1104 – 1134) conquistaron las ricas ciudades sarracenas del valle medio del Ebro. Entre ellas destacaríamos Huesca y Zaragoza, que poco después se convirtió la capital del reino.


El castillo de Loarre fue construido en el siglo XI en el marco de la campaña para conquistar Huesca

No obstante tan grandiosa periodo se terminó pronto, pues cuando 1134 Alfonso I murió, de las heridas que sufrió en la batalla de Fraga, dejó escrito un testamento que conmocionó a los aragoneses y determinó el destino de su reino.


- Cataluña:
A pesar de que los musulmanes habían sido expulsados al sud de los Pirineos Carlomagno, el gran emperador de Occidente, desde hacía tiempo quería crear un protectorado en territorio hispano que protegiera sus dominios del poderoso emirato de Córdoba.
Aunque en un principio fracasó estrepitosamente (batalla de Roncesvalles, 778), consiguió su objetivo cuando en el 785 Girona se entregó a su dominio. Pocos años después, en el 801, redondeó su éxito cuando una expedición dirigida por su hijo Luís capturó la amurallada Barcelona. Así se conformó la Marca Hispánica, origen lejano de Catalunya.
Para administrar este territorio lo dividió en varios condados que serían dirigidos por los comitatus, gobernantes elegidos por el propio emperador.
No obstante pronto toda la Marca se vio envuelta en luchas fratricidas, con múltiples revueltas lideraras por los aristócratas indígenas descontentos con el nuevo régimen. En muchas regiones la gente huyó hacia las montañas, quedando completamente abandonadas grandes áreas. Entre ellas la actual comarca de Osona.
Para poner fin a esto los carolingios designaron como conde de Urgell, de Cerdanya, de Barcelona, de Osona, de Girona y de Conflent al líder de una familia de Carcassona que siempre les había sido leal, un hombre que con el tiempo sería una leyenda, un hombre llamado Guifré el Velloso (840-897).


Condados catalanes en el momento de su independencia a finales del siglo X

Aunque no fue él quien creó Cataluña, pues aun faltarían varios siglos, si fue el que puso los cimentos que permitió su nacimiento. Fue famoso por varios hechos, aparte de fundar monasterios como Ripoll y Sant Joan de les Abadessas, siendo los principales su programa de repoblación del territorio abandonado por las revueltas godas mediante el sistema de aprisió (sistema que consiste en que si un campesino trabaja una tierra durante treinta años esta será suya), y aprovechar el debilitamiento carolingio para reafirmar su poder. Pudiendo así pasar a su muerte sus condados a sus hijos, dando origen a la la longeva casa de Barcelona.
Durante las generaciones siguientes los condes fueron sucediendo, aumentando su poder tanto frente a los árabes como a los francos, aunque nominalmente eran vasallos de estos últimos. Este crecimiento sobretodo benefició al conde de Barcelona, que se convirtió en el más importante de la región desde que también consiguió los condados de Osona y Girona. No obstante en el 985 Almanzor, el verdadero gobernante del Califato de Córdoba, lanzó una ratzia que arrasó Barcelona capturando a muchos de sus ciudadanos. Borell II (927-992), conde de Barcelona de aquel momento, pidió ayuda al rey franco para combatir a los sarracenos; pero en no recibir respuesta en el 988 se negó en renovar vasallaje consiguiendo así la independencia de facto de sus territorios.
Aunque poco después el poder musulmán se desvaneció, como lo demostró la intervención de los condes en el 1010 en la guerra civil que puso fin el califato, con el paso de los tiempos la autoridad de los condes de Barcelona declinó, aumentando en cambio el poder los señores de los castillos que empezaron a explotar arbitrariamente a los campesinos.
La situación se deterioró tanto que durante el gobierno de Ramón Berenguer I (1023-1076) los nobles dirigidos por Mir Geribert, autoproclamado “príncipe de Olerdola”, se rebelaron contra el conde. Aunque esté los derrotó para afianzar su poder instauró un sistema feudal en que los campesinos servían a los señores de los castillos y estos servían al conde de Barcelona. Así se inició un período de prosperidad que continuó con el gobierno de los condes Ramón Berenguer II (1053-1082) y Berenguer Ramón II (1053-1087), y el conde Ramón Berenguer III (1082-1131). Las características principales de este periodo fueron:

o Inicio del dominio de los condes de Barcelona sobre los otros condados, consiguiendo en algunos casos la anexión (Besalú en el 1111) y en otros el vasallaje (Condados de Empúries y de Urgell).

o Inicio de la política occitana. Expansión sobre las ricas tierras de Occitania, consiguiendo además otros dominios como el condado de Provenza.

o Primer intento de expansión mediterránea, donde en el 1114 Ramón Berenguer III intentó, ayudado por las fuerzas de la república pisana, la conquista de las Islas Baleares. Aunque la ciudad de Palma cayó, se tuvo que abandonar por una incursión que lanzaron los almorávides contra los condados.

o Gran auge económico, convirtiendo Barcelona en una de las primeras ciudades cristianas occidentales donde se encunó moneda de oro. El motivo era tanto por el naciente comercio como por las parias, un tributo que los reyes árabes pagaban a los gobernantes cristianos a cambio de que no les atacasen.

Fue en esta época cuando Catalunya nació, pues Ramón Berenguer III los pisanos lo mencionan como “dux Catalanensis” y “rector Catalanicus”, mientras que el conde de Empúries lo llaman “Catalanicus heros”. Sobre el origen etimológico de este nombre hay varias teorías, entre las cuales destaca la que dice que viene de castlanus, que era como en latín se referían a los gobernadores de los castillos, por el gran nombre de castillos presente en Catalunya.


El monasterio de Sant Pedro de Rodas fue el más importante del condado de Empúries

En el 1131 Ramón Berenguer IV sube al trono condal de Barcelona. Pocos años después recibe una carta de Aragón que le abre un camino a un futuro prometedor.
Última Edición: 08 Feb 2014 15:36 Por CeltiberoEspartiata.

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 10 Dic 2013 12:09 #70665

  • Baal Catalunya
Introducción histórica (2da parte):

- La unión:
Cuando los nobles aragoneses leyeron, en el año 1134, el testamento de Alfonso el Batallador se quedaron estupefactos cuando vieron como los herederos del reino de Aragón eran las órdenes del Temple, del Hospital y del Santo Sepulcro de Jerusalén, fieles compañeras del difunto monarca. Ante tan gran disparate los aristócratas proclamaron como nuevo rey a Ramiro, hermano de Alfonso que en aquel momento era obispo de Roda-Barbastro. Después de dejar su condición de prelado se casó con Inés de Poitou, teniendo al cabo de poco tiempo una niña llamada Petronila (en catalán se le llamó Peronella).
No obstante pronto las revueltas nobiliarias se extendieron por todo el reino y Alfonso VII de Castilla, que ambicionaba el reino, invadió Zaragoza. Y si esto no fuera suficiente los navarros recuperaron su independencia eligiendo como rey a Garcia V el Restaurador.
Para hacer frente a esta crisis, a pesar de reprimir con éxito algunas revueltas nobiliarias, pidió ayuda a Ramón Berenguer IV. Con el conde de Barcelona se estableció un pacto, en el 1137, que consistió en los esponsales de Petronila con Ramón (en este momento Petronila solo tenía un año) y que el conde sería Príncipe de Aragón y tendría la máxima autoridad sobre este reino. Después de la firma de los esponsales Ramón Berenguer IV se hizo cargo de la situación consiguiendo controlarla mediante generosos donativos a las órdenes militares, a cambio de que estas rechazaran la herencia, y recuperando Zaragoza de manos de los castellanos a cambio de firmar un pacto de vasallaje. Mientras tanto Ramiro II, que conservó el título de rey de Aragón, se retiró de la política activa.



Una vez conseguida la unión Ramón Berenguer se lanzó contra los musulmanes acabando con la presencia musulmana en los territorios de la actual Catalunya con la captura de Tortosa (1148) y la de Lleida (1149). Igualmente colaboró con Castilla, en 1146, en la captura de Almería.
En el 1151 firmó un tratado con Alfonso VII, el de Tudellén, con el cual Valencia y Murcia seria para los catalanoaragoneses, pero a cambio tendrían que rendir vasallaje a Castilla.

- Alfons el Casto, II de Aragón y I de Barcelona (1162-1196):
subió al trono a la muerte de su padre cuando aún era menor de edad. Como no era el primogénito había sido bautizado como Ramón Berenguer, pero al ascender al trono las Cortes Aragonesas le obligaron a cambiar su nombre por el de Alfons. Durante su minoría se terminó la reconquista de Aragón con la fundación, en el 1171, de Teruel en los territorios capturados a los árabes. Pero cuando llegó a la mayoría de edad su principal objetivo fue conseguir la hegemonía en Occitania, consiguiendo éxitos tan importantes como la anexión del condado de Provenza después de la extinción de su casa regente, que descendía de Ramón Berenguer III. En la Península Ibérica aunque se implicó en las luchas entre los distintos reinos cristianos colaboró con la conquista de Cuenca a manos de Castilla en el 1176. Con este último reino firmó en el 1179 el tratado de Cazorla, con el que Alfonso daba Murcia a cambio de no retar vasallaje a Castilla por Valencia y por Zaragoza.
En política interior siguió la política de sus antecesores de reforzar el poder regio. Un éxito importante de esta política fue la cuando se convirtió, mediante obras jurídicas como los Usatici Barchinonae (Usatges de Barcelona), en garante el orden público y la paz en Catalunya, que en aquel momento se definió como “la tierra que va desde Salses hasta Tortosa y Lleida” (de Salsis usque Dertusam et Ilerdam cim suis finibus). Incluyendo, por tanto, los antiguos condados de origen carolingio. Respeto su relación con estos cabe destacar la anexión de los del Rosselló (1172) y del Pallars Jussà (1192).


Imagen de Alfonso el Casto sacado del Liber feudorum maior, una magna recopilación de todos los feudos que había en la Catalunya de entonces

Durante sus últimos años fue testigo del auge de los almohades, una dinastía bereber que unifico al-Andalus y puso fin a las campañas expansionistas cristianas. Un buen ejemplo de esto fue la batalla de Alarcos (1195), donde la mayor parte del ejército castellano fue aniquilado. Ante tal poder los reyes cristianos, entre ellos Alfons, decidieron acercar posturas para hacerles frente, no obstante el rey aragonés murió antes de que esta política se concretara en alguna campaña bélica.

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 10 Dic 2013 12:10 #70666

  • Baal Catalunya
Capítulo 1: Preparándose para la lucha (1ra parte)

Sanç de Aragón, conde del Rosselló y canciller del rey aragonés, suspiro de alivio cuando salió de la sala. Pues aunque al final había tenido éxito, desde el principio tuvo serias dudas de si podría cumplir con la misión que hacia un par de semanas le había encomendado su señor.
Mientas unos serviles escuderos le guiaban a la salida del palacio, la mente de Sanç viajó al pasado. Concretamente a la reunión del Consejo Real que se celebró en Barcelona el 16 de mayo de 1204.
Aunque la mayoría de los asistentes en ella eran viejos conocidos, desde en un principio hubo una gran tensión entre ellos. Pues porque el principal tema de la reunión era que hacer ante los cambios producidos recientemente en Occitania.
Harto del secular acoso que sufría su familia a manos de los miembros de la casa de Barcelona, Raimond VI, conde Tolosa, decidió que solo consiguiendo un poderoso aliado se terminaría esta pesadilla. Y así fue como, después de ver que ni Inglaterra ni el Sacro Imperio querían ayudarlo, el conde occitano juró vasallaje al poderoso rey galo Philippe II Capet.



Este simple hecho, un simple juramento, derrumbó de golpe buena parte del dominio establecido en la zona por los condes de Barcelona. Pues, temerosos de enfrentarse al poderío de Francia, la mayoría de los aliados locales de los catalano-aragoneses, como el vizconde de Carcassona, juraron lealtad al conde tolosano y al monarca francés. Siendo la única excepción los irreductibles señores pirenaicos, como el conde de Foix y el vizconde de Bearn, y la región de Gévaudan.


Francia en mayo de 1204

Aunque en un principio los consejeros abordaron adecuadamente este peliagudo asunto pronto, pronto estalló una fuerte discusión cuando vieron con frustración que poca cosa se podía hacer. Como puñales envenenados volaron entre los presentes fuertes acusaciones, siendo las más suaves las de ser los causantes del desastre occitano.
Pere cuando vio el lamentable espectáculo de sus consejeros, en un principio estoicamente se mantuvo callado. Esperó a ver si se calmaban por si solos. No obstante, en ver que no era así, dio con su mano un sonoro golpe en la mesa que tenía enfrente y con voz atronadora ordenó a todos que callaran.



Asustados por tal muestra de ira regia, los cortesanos callaron de repente y escucharon las palabras de su soberano. Este, ya más calmado, les dijo que no importaba quien era o quien no era el culpable de lo sucedido. Sino que hacer ante los hechos consumados. Y la realidad era, aunque le doliera mucho, que durante los próximos años nada se podía hacer, pues el poder de Francia era inconmensurable. No obstante esto no quería decir que la casa de Barcelona renunciara a lo que era suyo por derecho. Lo recuperaría algún día, de esto se podía estar seguro, y esta afrenta sería vengada con la sumisión de sus enemigos.
Después de decir esto dio un buen trago de una copa que tenía cerca, pues el anterior discurso le había dejado con la garganta seca. Una vez hubo saciado su sed, remprendió de seguida su alegato
- Además, mis queridos amigos, no nos podemos olvidar que como se dice siempre Dios aprieta, pero no ahoga. Y si bien hemos perdido temporalmente Occitania, hay otro lugar donde nos podemos resarcir con creces. Un lugar en que si no actuamos pronto, podría convertirse en una amenaza como nunca ha visto la Cristiandad.


(continuará)



Nota del autor: el verdadero sometimiento del condado de Tolosa a Francia sucedió en 1229. En este año Raymond VII de Tolosa, a causa de la presión militar francesa, cede mediante el tratado de Meaux-París (http://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Par%C3%ADs_%281229%29) el vizcondado de los Trencavel, anteriormente señores de Carcasona, al rey francés de Louis IX y permite la boda de su única hija, Jeanne, con Alphonse de Poitiers, hermano de Louis. Cuando Alphonse murió en 1271 sin descendencia, el condado, según otra disposición del tratado, pasó a manos de los monarcas galos.
Como curiosidad cabe destacar que la primera imagen que he colgado representa el momento en que Raymond VII se somete al rey Louis IX.

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 11 Dic 2013 08:57 #70694

  • Baal Catalunya
Capítulo 1: Preparándose para la lucha (2da parte)


Mientras Sanç caminaba por las concurridas calles hacia su hospedaje, donde se prepararía para una pronta partida a su tierra, su mente iba repasando el discurso que dio el rey Pere en aquella vital reunión.
En un tono melodramático advirtió que una tenebrosa tormenta se acercaba a los reinos cristianos de Iberia. Una tormenta que podría destruir toda la labor hecha por sus ancestros y condenarla al olvido. Una tormenta llamada imperio almohade.



Poco después de su surgimiento, causado por los discursos del enloquecido predicador Muhammad ibn Tumart, los almohades se lanzaron, hace unos ochenta años, a la conquista del mundo. Partiendo de su tierra natal, la cordillera del Atlas, sometieron en un breve espacio de tiempo toda la Mauretania y a la Ifriquia a su odiosa tiranía. No obstante no estuvieron satisfechos con este rico botín, pues impulsados por una diabólica codicia desembarcaron, en 1147, en al-Andalus y lo ocuparon cruelmente.
Fue aquí donde los moros se encontraron por primera vez con un rival que les ofreció una poderosa resistencia, pues los reinos cristianos del norte repelieron la mayoría de sus ataques. Incluso matando un califa en uno de ellos.
Pero a pesar de estos éxitos, para los fieles la situación había empeorado ostensiblemente durante las últimas décadas. Pues bajo la dirección del enérgico califa Abu Ya’qub Yusuf al-Mansur, hombre sabio y justo a pesar de seguir tan desviada fe, los sarracenos recuperaron su vigor e infligieron fuertes derrotas a las huestes cristianos. La principal de ellas en Alarcos, donde en 1195 el ejército castellano, liderado por el rey Alfonso VIII, fue completamente aniquilado.



Aunque ya hace años que murió tan astuto líder, concretamente unos quince, el poder de los almohades no había disminuido ni un ápice. A pesar de ser liderados por el timorato hijo de Ya’qub, Muhammad al-Nasir.



A pesar de sus debilidades sabe que no tiene el respeto de sus gentes, pues lo ven como un líder mediocre comparado con su antecesor. Y si esto no fuera suficiente sus propios hermanos, principalmente el maquiavélico Abd Alláh, conrean con esmero este sentimiento para poder así arrebatarle fácilmente el trono.
Ante este desolador panorama la única solución que ha encontrado para afianzar su reinado es conseguir lo que nunca ha logrado ninguno de sus antecesores, ni tan siquiera su querido padre. El sometimiento completo de Hispania al aborrecible credo islámico.



Cuando el rey Pedro llegó a este punto humilmente pidió consejo a sus oyentes sobre qué hacer ante tan grave amenaza. Como evitar que sus hogares fueran profanados por las hordas de la Media Luna.
Después de un pequeño debate sus consejeros le dijeron que solo se podían hacer dos cosas, siendo la primera el asesinato del califa almohade y la otra la búsqueda de más aliados.
Al-Nasir solo tenía dos hijos, el mayor de los cuales, Yahyá, solo tenía nueve años. Esto hacía intuir que si el califa muriera súbitamente, su sucesión sería disputada. Pues aunque según la ley islámica ningún menor puede acceder al califato, seguramente parte de la Corte almohade lo elegiría como señor, para así dominar el imperio durante su minoría de edad. No obstante, como ya había comentado anteriormente el rey, los hermanos de Al-Nasir estaban obsesionados con acceder al trono, y era fácil imaginar que ante cualquier debilidad del califato levantarían la bandera de la rebelión.
Por lo tanto, por todos los motivos anteriores, le aconsejaron que ordenara el asesinato de al-Nasir. Y que para cometer este crimen, en lugar de enviar nuestros agentes, lo mejor sería incentivar a los moros para que fueran ellos los ejecutores.
Sorprendentemente en un principio al monarca aragonés no le terminaba de gustar este plan; pues pensaba que sería mal caballero si usaba métodos arteros para derrotar a los infieles. No obstante al final accedió cuando vio que esta muerte podría ayudar mucha a la expansión de la Verdadera Fe.
Una vez zanjado este asunto el Consejo Regio pasó a tratar sobre la búsqueda de nuevos aliados. Asunto que todos sabían que era de vital importancia, ya que en aquel momento la Corona de Aragón no tenía ningún aliado, siendo la única excepción la lejana Hungría. Por lo tanto se hacía evidente a todos que para poder expulsar a los sarracenos de Hispania, se necesitaría conseguir la amistad de varios reinos poderosos. Para así, entre todos juntos, poder igualar su enorme poder.

(continuará)
Última Edición: 11 Dic 2013 08:58 Por .

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 18 Dic 2013 23:22 #70983

  • Baal Catalunya
Capítulo 1: Preparándose para la lucha (3ra parte)


El Consejo Real largo rato discutió sobre cuáles eran las alianzas más provechosas para el futuro de la Corona de Aragón. Y aunque se propusieron muchas ideas, algunas de las cuales eran completamente quiméricas, al final se eligieron las siguientes:

- Reino de Sicilia: aunque hasta fechas recientes estuvo unido al Sacro Impero Germánico, pues su reina se casó con el emperador germánico Heinrich VI Hohenstaufen, recuperó su independencia a la muerte de este último, ocurrida en 1197. Pues a pesar de que el difunto dejó un hijo, Friedrich, su corta edad hizo que solo pudiera acceder al trono siciliano.
A pesar de todo este señorío sigue siendo rico y poderoso. Y aunque su soberano sea aún un menor, pues solo tiene unos nueve años, todo hace prever que se convertirá en un gran soberano cuando alcance la pubertad.
Por este motivo los consejeros y el rey consideraron adecuado conseguir la amistad de este reino, ofreciéndole al joven Friedrich la mano de Dolça, hermana de Pere y de unos doce años.



- Reino de Noruega: aunque es una monarquía muy alejada, y hay escasa información sobre ella, se sabe que tiene un considerable poder. Poder que algún día podría servir para derrotar a la Media Luna. Por esto se decidió ofrecer a Guttorm I Yngling, soberano de los noruegos a pesar de solo tener cuatro años, la mano de Constança, hija bastarda del monarca aragonés y de la misma edad que el nórdico.



- Reino de Navarra: por su posición estratégica y por sus valerosas huestes, a pesar de su reducido tamaño, era claro que sería un buen aliado. Por esto se aprobó ofrecer a Antso VIII, soberano de este reino, la mano de Elionor, hermana del soberano aragonés y de unas veintidós primaveras.



- Reino de Portugal: otra hermana de Pere serviría para afianzar aún más la posición de Aragón en Iberia. Pues la mano de Sança, de unos dieciocho años, seria ofrecida a Afonso de Bourgogne, hijo primogénito del rey lusitano Sancho I y de la misma edad que ella.



- Ducado de Bretaña: aunque comparado con sus vecinos no es especialmente ni rico ni poderoso, había algo que lo hacía muy especial. Pues desde hacía poco, a causa de la muerte súbita de la anterior duquesa, era regido por una chiquilla de cuatro años, Alix I de Thouars. Esto hacia que quien se casara con ella, sería el fundador de una nueva casa ducal.
Por este motivo se ordenó el envío de una embajada a los bretones para ofrecerles como nuevo señor a Ferran, hermano del rey de Aragón y con unos diez años más que su futura esposa. Si esta maniobra salía bien, y la casa de Barcelona ocupaba este trono, Aragón ganaría un nuevo aliado para un largo tiempo.


Castillo de Brest, sede de la corte ducal bretona


- Ducado de Flandes: la situación de este dominio francés era parecido al bretón, pues desde que hacia escasos días era regido por Johanna van Vlaanderen, de unos diez años. En este caso el motivo de esto era que el anterior duque, y padre de Johanna, había sido elegido recientemente como primer soberano del naciente Imperio Latino de Oriente.
Por esto el rey Pere consideró que sería adecuado ofrecer a la duquesa la mano de su hijo Pere del Rei, de un año menor de Johanna. Pues aunque no se ganaría ninguna alianza con esta unión, pues el niño era bastardo, al menos otro miembro de la casa de Barcelona regiría un gran señorío.


Bruges, capital del ducado flamenco y uno de los centros económicos más importantes de Europa


- Reino de Castilla: por último, justo antes de levantar la reunión, se habló de un asunto de vital importancia, pues se trataba de elegir la esposa del rey Pere. La que sería la nueva reina de Aragón.
Para un matrimonio de esta alcurnia solo se podía elegir a la hija de un gran soberano, la amistad del cual pudiera ofrecer grandes beneficios a la Corona. Por esto, después de un cuidadoso proceso de selección, se escogió a Blanca d’Ivrea, hija del rey castellano Alfonso VIII.
Los motivos que llevaron a esta elección eran varios, entre los cuales cabe destacar la seguridad que proporcionaría a la frontera aragonesa y que, como Pere, Alfonso también quería emprender pronto la lucha contra los infieles.



Para tan importante unión se decidió elegir, a diferencia de los otros casos, como embajador a un alto cargo de la corte catalano-aragonesa. Alguien que fuera a la vez un buen diplomático, para tener éxito en su objetivo, y un aristócrata importante, para indicar así a los castellanos la elevada importancia que daba el rey Pere a este asunto.
Teniendo en cuenta estas características el Consejo pronto encontró a su hombre. Alguien que era a la vez canciller y conde del Rosselló. Y además tío del monarca aragonés, con lo que se elevaba aún más su estatus.



Sanç sonreía mientras salía, con su comitiva, de Toledo. Pues sabía que su sobrino le tenía que recompensar generosamente por conseguir que Alfonso VIII accediera a su justa petición. Ayudando así a la Corona de Aragón para la futura lucha que se aproximaba.
Última Edición: 18 Dic 2013 23:24 Por .

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 24 Dic 2013 19:07 #71075

  • Baal Catalunya
Capítulo 2: Fitna (1ra parte)

Umah se extrañó cuando vio la gran muchedumbre que se dirigía hacia la plaza que había enfrente el palacio del gobernador local, Sa’d Mardanasid. Aunque hacía semanas que oía, como toda la población, rumores de que este planeaba algo, no había hecho mucho caso de estos. Bastante trabajo ya tenía con su pequeña zapatería, como para meterse en asuntos ajenos. No obstante esta vez le venció la curiosidad, y decidió ir a ver que sucedía.
Cerró cuidadosamente su tienda, pues no quiera que le robaran, y se unió a la creciente masa, formada desde jóvenes fanáticos antialmohades hasta otros curiosos como él, llegando así de seguida a su cercano destino.
Al cabo de un rato, cuando la plaza estaba completamente abigarrada, se abrió una de las principales ventanas del palacio. Por ella asomó Sa’d, que cuando vio al enfervorecido gentío que había abajo empezó de seguida un discurso que nadie olvidaría.
Con palabras melosas recordó a los asistentes lo que había sucedido últimamente en Mauretania. Unos hechos que confirmaban las sospechas populares de que los almohades se habían corrompido hasta extremos insospechados.



Todo empezó hace un par de meses, por el diez de julio, con la muerte, durante un suntuoso banquete celebrado en la residencia de un importante noble sarraceno, del califa al-Nasir. Sospechando, por su súbita defunción, que había sido envenado con el vino de dátiles que le habían servido, los guardias califales interrogaron duramente a los criados que sirvieron en la fiesta. Descubriendo así una horrible conspiración.



Era un hecho conocido que el ambicioso y cruel Abd Alláh, hermano del finado, deseaba desde hacía años el trono califal. Y que había creado a su alrededor una camarilla, formada por algunos funcionarios y religiosos de segunda fila, que le apoyaba en todas sus conspiraciones. Pero nadie se podía imaginar que él, un miembro de la familia real almohade, sería capaz de aliarse con los infieles aragoneses para urdir la muerte de su regio pariente.



Cuando la corte supo esto, temió que el regicida intentara tomar violentamente el poder. Y la purgara de elementos que considerada desafectos a su gobierno, para sustituirlos con partidarios suyos.
Por esto proclamaron rápidamente a un nuevo califa, a uno que les permitiera tanto hacer frente al conspirador como controlar a su antojo el imperio. Por esto, a pesar de que al Nasir tenía otros hermanos, escogieron como nuevo señor al pequeño hijo del difunto, Yahya I al – Mu’tasim billáh. Aunque explícitamente la ley islámica prohibía que un menor de edad asumiera el califato.



Estos dos sucesos, que un príncipe real conspirada con infieles la muerte de su señor y que el nuevo califa fuera un niño dominado por sus cortesanos, para el gobernador demostraban lo bajo en que habían caído los almohades. Que los antaño estoicos guerreros surgidos del Atlas se habían convertido en unos tiranos inmorales y traidores a su fe.
Después de decir estas palabras calló un momento para ver el efecto que habían tenido entre los asistentes. Y no pudo estar más satisfecho con el resultado obtenido, pues hasta los simples curiosos, como Umah, se habían conmovido profundamente.
Viendo esto decidió que ya era hora que les dijera las últimas noticias que le habían llegado de Mauretania. Sobre un hecho que, sin que nadie lo supiera, marcaría el inicio del fin del califato.

(continuará)


Nota del autor 1: aunque en el juego Yahya sale con el numeral V, ya que tiene en cuenta a todos los soberanos islámicos de Mauretania, yo pongo el I porqué es el primero de los gobernantes almohades con este nombre.


Nota del autor 2: feliz Navidad.
Última Edición: 24 Dic 2013 19:07 Por .

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 07 Ene 2014 23:09 #71399

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Capítulo 2: Fitna (2da parte)

Después de un breve descanso, para recuperar su aliento, Sa’d Mardanasid reemprendió su discurso. Sabedor de la importancia que tenía, pues determinaría la historia futura de la ciudad, decidió usar todas sus habilidades oratorias para hacer que el público vibrara.



Les contó, con un tono melodramático digno de los antiguos actores griegos, como el taimado Abd Alláh, en ver que el trono había sido ocupado por Yahya I, juró solemnemente lealtad al nuevo califa. No obstante, como muchos sospecharon, sus palabras no tenían valor pues su ambición seguía siendo la misma. Y quien ha matado un hermano bien poco amor puede tener para un sobrino.
Por esto la corte se tranquilizó cuando sorpresivamente Abd Alláh se retiró a los grandes latifundios que poseía por los alrededores de Fez. Pues pensó que, en ver sus ambiciones políticas truncadas, allí se abandonaría a la lujuria y el hedonismo. Lástima que Abd Alláh no era de este tipo de hombres.


Fez

Durante el agosto en el califato reinó una tensa paz. Una paz preñada de odio, de rabia y de rumores. Pues mientras los cortesanos, aprovechando la minoría de Yahya I al – Mu’tasim billáh, impusieron su tiranía sobre la población; Abd Alláh, en el más estricto de los secretos, se preparó para su conjura más audaz. Y entretanto, ante semejante espectáculo, se extendía entre todo el mundo la sensación de que pronto los perros de Marte se cebarían con los restos del antaño poderoso imperio almohade.
Después de una breve pausa, con voz trágica, el gobernador informó a su audiencia que lo que tanto temían por fin había sucedido. Pues hacia escasos días le llegó un mensajero proveniente de Marrakech, la augusta capital califal, informando de unas trágicas nuevas que habían sucedido hacia un par de semanas.
Dijo que por el diez de septiembre Abd Alláh, aduciendo que el gobierno de su sobrino era ilegitimo tanto por su edad como por las exacciones cometidas por sus consejeros, se autoproclamó como el verdadero califa almohade, poniéndose el nombre de Abd Alláh I al – Ádil, e incitó a los fieles que depusieran al advenedizo Yahya I. Pronto esta sediciosa llamada fue escuchada, pues la rica y populosa Tánger y los salvajes bereberes de Tamdoult lo reconocieron como su legítimo señor.



Una vez hubo explicado lo sucedido, el mensajero le dijo que los regentes del imperio habían decidido que el único modo de parar a los rebeldes sería crear un gran ejército. Una hueste que superara incluso a la del legendario rey persa Jerjes. Por esto enviaron mensajeros a los cuatro confines del califato, para ordenar el levantamiento de las levas locales y su marcha hacia Marrakech.
Después de decir esto el gobernador calló un momento, para ver cómo la gente reaccionaba ante estas noticias. Vio con disimulada alegría que, como el esperaba, estaba furiosa, pues nadie quería ir a morir en una tierra extranjera por una fútil y lejana disputa. Por lo tanto consideró que había llegado el momento que tanto tiempo había esperado, el de emprender una empresa que marcaría el destino de todo al – Andalus:

- Queridos ciudadanos de la gloriosa Balansiya, ya veis como quienes nos tenían que proteger ahora nos subyugan. Pues quienes nos tenían que proteger de los cristianos (1) ahora tienen tratos con ellos, y quienes tenían que unir la Umma (2) ahora la dividen. Por esto he decidido, conjuntamente con los principales de esta ciudad, no reconocer más a tan abyecta tiranía, e intentar recuperar por las armas la libertad que hace tanto tiempo que perdimos.
Ya sé, amados hermanos, que vuestros corazones deben estar turbados con esta noticia, pues nosotros somos pocos y los almohades son legión. Pero no os preocupéis ya que las Baleares, el Algarve, y las cercanas Borriana y al-Laqant también lucharan con nosotros, ya que su corazón también anhela recuperar lo que una vez perdieron.



Y si aún dudáis sabed que no serán solo nuestras milicias ciudadanas las que se enfrentara a las hordas de los fanáticos bereberes, pues unos siete mil soldados del ejército almohade se han negado seguir a las incoherentes ordenes de superiores y se han unido a nuestra justa causa.
Por lo tanto, queridos ciudadanos de la gloriosa Balansiya, ahora os hago un par de sencillas preguntas que quiero que contestéis con sinceridad. ¿Os uniréis a esta sagrada lucha para expulsar a los almohades y así recuperar nuestra libertad? ¿O no haréis nada y permitiereis los africanos nos impongan su despótica tiranía? ¿Qué elegís pueblo de Balansiya?

Como si fueran una sola persona todos los presentes en la plaza, incluidos los simples curiosos como Umah, gritaron fervorosas proclamas favorables a la secesión. Iniciándose así una guerra que condenaría al Islam peninsular.
Pues pocas semanas después el rey Pere de Aragón envió mensajeros a todos los nobles eclesiásticos y seculares de sus reinos, para convocarlos a unas Cortes Generales que se celebrarían en Monzón a inicios del mes siguiente. Quería pedirles su ayuda para una próxima campaña militar en las tierras de los infieles, una campaña que daría gloria y riquezas a quien participara en ella.



1: en realidad los almohades no tuvieron una mentalidad tan yihadista como se ha pensado posteriormente. Pues en realidad, cuando llegaron a al – Andalus, ante el expansionismo cristiano tuvieron que adoptar un papel principalmente defensivo. Y las ofensivas que lanzaron, como la que condujo a la batalla de Alarcos, sobretodo eran para frenar las agresiones feudales.
Una muestro de esto es el testamento del califa almohade Ya’qub al – Mansur, donde se menciona al – Andalus como una península huérfana, mostrando su preocupación que podrían correr los musulmanes “huérfanos” y dejando encomendado “fortificar sus murallas, defender sus fronteras, organizar sus tropas y a sus súbditos”.
Esto último está sacado de www.goodreads.com/book/show/10489466-his...a-a-pocas-medievales.

2: la umma es un término que se refiere a la comunidad de creyentes del Islam.

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 15 Ene 2014 15:12 #71694

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Capítulo 3: Bautismo de fuego (1ra parte)

A pesar de que sus manos temblaban nerviosamente desde que había partido de Barcelona, Guillem de Cardona sabía que no era por miedo a la próxima lucha que se avecinaba. Más bien era porque la ansiaba ardorosamente, pues sabía que por fin había llegado el momento que tanto tiempo había esperado. Un momento que anhelaba desde que era un niño, cuando los sabios tutores que había pagado su padre, el poderoso vizconde de Cardona (1), le introdujeron en el mundo de la caballería. Unos tutores, que a diferencia de otros, no solo le formaron el cuerpo, sino que también convirtieron su mente en una arma más peligrosa que cualquier espada.


Castillo de Cardona, hogar del linaje homónimo

Por esto, queriendo tanto poner en práctica todo lo que había aprendido como conseguir la gloria y las riquezas dignas de un Cardona, Guillem desde hacía tiempo quería unirse a la guerra contra el infiel.
Inicialmente quiso unirse a la cruzada que proclamó el papa Innocencio III, en el 17 de junio, para recuperar la ciudad santa de Jerusalén. No obstante, a pesar de que pronto se unieron a ella los soberanos de Sicilia, Bretaña y Navarra, y algunos duques alemanes e italianos, Guillem cambió de planes cuando, por noviembre, le llegaron noticias de las recientemente concluidas cortes de Monzón.



Aunque todo el mundo sabía que habían tratado de una próxima campaña contra el infiel, grande fue la estupefacción cuando supieron cuál sería el objetivo. Pues en vez de elegir territorios cercanos, como Balansiya o Mayurqa, quien sufriría la ira de los aragoneses y catalanes sería la lejana Mursiya.



Como es lógico los que no habían podido asistir a las Cortes, pues en ella fueron solo los nobles y los eclesiásticos, se preguntaron los motivos de esta curiosa elección. Más tarde supieron que eran dos principalmente: el primero sería dejar actuar libremente a los rebeldes separatistas, para que consiguieran sus objetivos y debilitar así los almohades; mientras que el segundo sería capturar territorio leal a estos últimos con el mismo fin.
A pesar de que de seguida en sus reinos se extendió un fervor cruzado, Pere sabía que tenía que hacer una cosa antes de convocar a las levas. Pues aun estando en Monzón envió varios emisarios a sus aliados para que pedir que cumplieran con sus obligaciones y participaran en la campaña. Aunque de algunos no esperaba gran ayuda, como Hungría que en aquellos momentos estaba luchando contra Venecia por el dominio de Zara, de otros sí que esperaba un vital apoyo, como Portugal y Castilla.
Una vez hecho esto el monarca ordenó el levantamiento de todas las huestes de sus reinos, para que partieran lo más pronto posible a los puertos catalanes de Tarragona, donde se reunirían las tropas aragonesas, y de Barcelona, punto de reunión de las catalanas. Una vez allí se embarcarían hacia su destino, las largas playas murcianas.
Su proclama fue rápidamente obedecida, pues de seguida interminables columnas de infantes y caballeros se dirigieron a sus puertos de destino. Entretanto, como no disponía de una numerosa flota propia, el monarca había enviado sus agentes a las villas marítimas catalanas para que reclutaran todas las naves mercantes disponibles. Y así poder llevar el ejército a las tierras andalusíes.



Mientras Tarragona y Barcelona se llenaban cada vez más de soldados, el rey tomó una vital disposición sobre la campaña. Aunque él ardía de deseos de partir a la lucha, sus consejeros se lo impidieron argumentando que no sería bueno para la Corona que se muriera sin dejar hijos. Pues los reinos podrían caer en la anarquía por las disputas entre los distintos miembros de la casa de Barcelona. Y esto sin contar el peligro de una más que probable intervención extranjera, pues su hermano pequeño Alfons, duque de Provenza, era vasallo del emperador germánico.
Por esto, y porque pronto llegaría la princesa castellana Blanca para casarse con él, el rey eligió a dos nobles para el comandamiento de sus huestes. Una decisión, como otras tantas suyas, que fue polémica.
Para liderar a los 4954 hombres de la hueste catalana eligió al occitano conde Foix, Raimond Rogier I. A pesar de ser un guerrero veterano, y tener fuertes relaciones con Catalunya, muchos se quejaron pues era un hombre que simpatizaba con los herejes cataros. Y que además había hecho públicas declaraciones de que se quería deshacer del dominio aragonés. Ante estas críticas el monarca se encogió de hombros y solo contestó que por lo que él sabía el conde era un buen católico, y respeto a lo otro puede que se lo repensara viendo la fama y honores que podía obtener sirviéndolo.



Menos polémica hubo en la elección del comandante de la hueste aragonesa, formada por unas 5659 almas, aunque a algunos les disgustó que el beneficiario fuese el catalán conde de Empúries Hug IV. Lo que no sabían es que el rey no había elegido a ningún noble del reino de Aragón pues no encontró a nadie de confianza.



Esta fue, durante meses, la última decisión que tomó el rey sobre la guerra. Pues escasos días después, por mediados de diciembre, el ejército catalán se embarcó en el puerto de Barcelona, mientras era fervorosamente despedido tanto por el monarca como por una entusiasmada ciudad, mientras que los aragoneses, por falta de navíos, iniciaron una larga marcha hacía el sud, siendo igualmente laureados a su partida por la población local.



De repente un grito sacó Guillem de sus pensamientos. Alguien había visto a los lejos la costa murciana. Con cuidado, pues temía caer en el agua, salió a cubierta y se acercó a la proa para contemplarla. Cuando la vio las manos le dejaron de temblar. Pues sabía que por fin había llegado el momento que tanto había esperado. El momento de la fuerza y el honor, y de la ira y fuego.

(continuará)


1. Vizcondado de Cardona: título ostentado desde el siglo X por el linaje de los Cardona. Esta familia desde su aparición jugó un importante papel en la política catalana medieval. En gran parte gracias al control de las minas de sal de Cardona, que les proporcionó unos ingresos elevados, y la buena relación que tenían con los condados pirenaicos (Urgell, Pallars). Pues les convirtió en unos vitales mediadores entre la Corona y los condados catalanes de la Catalunya occidental, evitando muchos conflictos pero también aprovechando las disputas feudales para incrementar su basto poder patrimonial.
Además de su linaje surgieron un gran número de personajes que tuvieron una gran importancia en la historia tanto de la Catalunya como de la Corona de Aragón medieval, como guerreros, almirantes, eruditos, abades, obispos, cardenales, diplomáticos y consejeros regios.
A causa de su influencia política y económica en el siglo XIV pasaron a ser de vizcondes a condes de Cardona, obteniendo el título ducal, gracias a su parentesco con el rey Fernando el Católico, un siglo más tarde.
Por todo esto los Cardona fue durante la Baja Edad Media el único linaje de la antigua alta nobleza catalana que sobrevivió a la crisis que cayó encima esta clase social, siendo los únicos que obtuvieron el título de “Grandes de España”.
No obstante, por falta de hereros masculinos, en el siglo XVI se entroncan primero con los duques de Segorbe, y después con los castellanos duques de Medinaceli.
Última Edición: 15 Ene 2014 15:13 Por .

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 04 Feb 2014 08:40 #72202

  • Baal Catalunya
Capítulo 3: Bautismo de fuego (2da parte)

- Guillem, Guillem …
Aunque se estaba adormeciendo desde hacía rato, estas palabras de su escudero le despejaron. Con un suave gesto se lo agradeció, pues no quería perderse ni un detalle de la reunión. Aunque la mayoría de los asistentes en ella le parecieran una banda de patanes.
Dios… Le disgustaba mucho que las decisiones importantes de la campaña se tomaran en grandes asambleas donde estaban presentes todos los capitanes y caballeros que había en el ejército catalán. Pues aunque entre ellos había hombres sensatos y con experiencia, mayoritariamente eran unos necios soberbiosos ávidos de conseguir gloria a cualquier precio.



Aún se acordaba cuando hacía unas cuatro semanas, por el trece de diciembre, desembarcaron en la costa de las ricas huertas murcianas. Antes de avanzar hacia su objetivo Raimond Rogier envió a los exploradores para comprobar el estado de las defensas de la zona. Estos, cuando volvieron al cabo de unos días, le dieron buenas y malas noticias. Respeto a las primeras confirmaron que, como ya se esperaba, la mayoría de las levas locales, excepto unos 1032 hombres que estaban estacionados en Almansa, habían sido enviadas a las lejanas tierras mauritanas. Desgraciadamente también informaron de que las murallas de las ciudades de la región eran poderosas y de excelente factura, principalmente las de Mursiya.


Murallas árabes de Murcia

Guillem ya había tenido noticias de estas. Sabía que habían sido hechas hacia unos cuarenta años por el Rey Lobo (1), un poderoso señor de la guerra que logró dominar la parte oriental de al-Andalus. Aunque estaban hechas principalmente de tapia, eran un fuerte recinto formado por unas noventa torres. Tan poderoso era que los almohades la tuvieron que asediar dos veces para conseguir su rendición, durando el último sitio un año entero.
Por esto en la asamblea que se celebró para decidir cómo plantear el asedio, frente a otras posturas más beligerantes, Guillem alegó por la prudencia. Sabiendo que un asalto directo estaría condenado al fracaso, propuso que lo mejor sería aislar completamente la ciudad para que el hambre y la miseria la debilitasen. Consiguiendo así su rendición sin perder muchos hombres.
A pesar de algunas críticas al conde occitano le gustó este plan y decidió que se procedería de este modo. De hecho tan impresionado estuvo con los conocimientos bélicos de Guillem, que a partir de entonces le tuvo en alta estima y apreció su consejo por encima del de los demás.
Aunque estaba ensimismada con los recuerdos de lo sucedido últimamente la mente de Guillem paulatinamente volvió a la asamblea. Pues aunque el plan que estaba a punto de proponer Raimond ya lo conocía, de hecho lo habían ideado los dos juntos, quería estar atento para ver como reaccionaban los asistentes.
No obstante, antes de comentarlo, el conde hizo un breve resumen de la situación. Primero dijo que, a pesar de algunas escaramuzas con los defensores, se había logrado aislar completamente la ciudad mediante la construcción de unos fuertes estratégicamente situados. Nadie que quisiera salir o entrar de Mursiya, tanto por tierra como por el rio que la bordeaba, escaparía de la atenta vigilancia de los catalanes.



Una vez dicho esto el conde explicó las noticias que habían llegado de los aliados de Aragón. Se ve que les entusiasmó la posibilidad de participar en la campaña, pues de seguida miles de soldados empezaron un largo viaje para unirse al sitio de la ciudad infiel. En pocos días hicieron un gran trecho, pues mientras lo último que se sabía del ejército lusitano, formado por unos 4510 hombres, era que ya había llegado por los alrededores de Badajoz, las huestes castellanas, de unos 7000 soldados y lideradas por su propio soberano, estaban por la aragonesa Calatayud.



Para terminar dijo que la única gran hueste sarracena que había en todo al – Andalus era la de los rebeldes secesionistas, que habían conseguido reunir la impresionante cantidad de unos 10000 hombres. Y a pesar de que desaprobaban la presencia cristiana en territorio andalusí, de hecho patrullas de ambos bandos habían tenido violentos encontronazos, los portugueses informaron que la hueste estaba por los alrededores de Granada dirigiéndose hacia Algeciras, posiblemente para evitar la llegada de refuerzos almohades.
Por todo esto Raimon Rogier expuso a los presentes que el concurso de la hueste aragonesa, que aún estaba en territorio cristiano, no era necesario para el sitio. No obstante si se embarcaba en la flota catalana podría atacar la costa bereber, tanto para intentar dispersar a los regimientos almohades como conseguir información de lo que sucedía en Mauritania. Pues lo único que se sabía era que la región había caído completamente en la anarquía, aunque se ignoraba cual era la situación los distintos bandos.
Aunque el plan propuesto era muy audaz, pues de desde hacía siglos muy pocos ejércitos cristianos habían triunfado en el Norte de África (2), para sorpresa de Guillem y del conde la mayoría de los asistentes aprobaron el plan. De hecho de lo único que se quejaron burlonamente era que mientras los aragoneses se divertirían en sus correrías, a los catalanes les esperaba meses de duro trabajo y tedioso asedio.
El Cardona sonrió cuando oyó esta ocurrencia; pues sabía, muy a su pesar, que era cierta. Pues mientras durante meses lo único que harían seria esperar la caída la fortificada Mursiya, los hijos del reino de Aragón triunfarían en nombre de la Cruz en tierras de infieles.

(continuará)


1: a pesar de sus oscuros orígenes, pues provenía de una familia aristocrática muladi (cristiano convertido al islam) Muhammad ibn Sa’d ibn Mardanish, conocido como Rey Lobo por las fuentes cristianas, entre los años 1147 y 1172 fue capaz de hacerse fuerte en un amplio territorio levantino que comprendía Murcia y Valencia. Al igual que otros cabecillas, como su suegro y aliado Ibn Hamushk, fue lo más parecido a un señor feudal en al – Andalus: un militar que reclutaba mesnadas con soldados y caballeros cristianos. Según sus contemporáneos su dominio fue feroz, con exigencias implacables de rendas e imposiciones de duros servicios de trabajo a la población.
Aunque llegó a amenazar poblaciones como Córdoba, y resistió inicialmente a los almohades, su poder se desmoronó rápidamente ante la fuerte ofensiva lanzada por el califa Abu Ya’qub Yúsuf. Como consecuencia de esta los hijos de ibn Mardanish, después de la muerte de su progenitor en 1172, se rindieron, obteniendo generosas concesiones, a los almohades.

2: una de estas excepciones fue el reino normando de Sicilia, que en 1146 conquistó gran parte de la actual Tunisia y algunas regiones de Libia. Su dominio duró hasta 1160, cuando fue expulsado por los almohades.
Última Edición: 18 Mar 2014 22:48 Por .

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 10 Feb 2014 16:45 #72336

Magnífica historia, aunque esos 10.000 musulmanes en Granada son una presencia inquietante....

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 12 Feb 2014 15:28 #72399

  • Baal Catalunya
CeltiberoEspartiata escribió:
Magnífica historia, aunque esos 10.000 musulmanes en Granada son una presencia inquietante....


Yo no soy quien tiene que estar más preocupado por estos

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 21 Feb 2014 08:24 #72543

  • Baal Catalunya
Capítulo 4: Por las tierras de los infieles (1ra parte)

Cuando los miembros del ejército aragonés supieron cuál sería su destino, quedaron completamente estupefactos. Pues nunca una hueste del Reino de Aragón había navegado el proceloso mar para devastar las tierras de los infieles. De hecho la mayoría de los soldados más jóvenes hasta hacía pocos meses no habían visto nunca el mar.
A pesar de esto cuando embarcaron en la flota catalana, en el 9 de enero de 1205, en el ejército imperaba un ambiente de exaltación religiosa y patriótica. Pues todos sabían que iban a emprender una odisea que los convertiría en héroes inmortales.



Un mes después de su partida la armada llegó frente a las costas bereberes. Como Hug, conde emporitano y líder del ejército aragonés, vio que sería un desatino desembarcar en la costa sin saber lo que sucedía en Mauretania, pues sus hombres podían ser fácilmente emboscados, ordenó que la flota fondeara en las Islas Chafarinas y se hiciera fuerte allí. Y que una vez hecho esto se enviaran exploradores, disfrazados como sarracenos y conocedores de su lengua para pasar inadvertidos, para obtener información de cómo iba la guerra civil almohade.



Pasaron semanas de una tensa espera antes de que volvieran. Pero la información que aportaron permitió a los líderes cristianos hacerse una idea exacta de lo sucedía en Mauretania.
Lo primero que descubrieron, causándoles gran alegría, fue que la rebelión anti-almohade se había extendido. Pues Mandil Maghrawavid, el poderoso jeque de las tribus bereberes de Lemdiyya, y las ricas ciudades costaneras argelinas se habían unido hacia unes meses al bando de Abd Alláh. No obstante la provincia de Tremecén, que estaba situada entre Fez y Lemdiyya, se negó a entregarse a los sediciosos, entorpeciendo así las comunicaciones entre las dos regiones.
Viendo que si no conseguía su captura no podía emprender su ansiada ofensiva contra Marrakech, pues dicha provincia estaba entre Fez y Lemdiyya entorpeciendo su comunicación, el califa rebelde ordeno a sus partidarios y aliados su conquista. Estos obedecieron de seguida, y pronto un ejército de unos diez-mil trescientos hombres emprendió el asedio de Oujda, uno de los principales baluartes lealistas en Tremecén.



Y no solo los partidarios de Abd Alláh habían emprendido la iniciativa contra los almohades, pues hacia escasas semanas los secesionistas baleáricos habían desembarcado en la costa marroquí para devastar las regiones de Massat y el Pequeño Atlas, aledañas a la imperial Marrakech.
A pesar de todos estos reveses la corte almohade había conseguido su objetivo. Pues según los exploradores por mediados de enero salió de las puertas de Marrakech una inmensa hueste de unos once-mil hombres. Y mientras los soldados de Abd Alláh mayoritariamente eran infantes y jinetes ligeros reclutados apresuradamente, el ejército almohade estaba formado por múltiples contingentes de origen y condición diferentes. Pues había desde caballería pesada y ligera veterana de mil campañas, a arqueros e infantes bereberes provenientes del salvaje Atlas pasando por las milicias urbanas andalusíes.



Desde un principio se vio claramente que el objetivo de esta hueste era liberar Soussa del asedio que sufría, ignorando completamente a las bandas secesionistas que devastaban los alrededores de la capital. De hecho por el camino, cuando estaba por el Rif, se le adjunto un contingente de unos dos-mil hombres, formado principalmente por voluntarios fanáticos pro-almohades, hecho que la enfortaleció aún más.



Una vez hubo oído todos estos informes, el conde Hug convocó a los barones y capitanes de su ejército y les pidió consejo sobre cómo proceder. Después de una breve deliberación le respondieron que, como según las últimas informaciones pronto las dos huestes sarracenas entrarían en batalla, volviera enviar a los exploradores para averiguar su resultado. Pues solo si el ejército almohade salía muy debilitado de esta la hueste aragonesa tendría alguna posibilidad en cumplir con su misión. Sino lo único que conseguirían sería un martirio inútil.
A diferencia de la vez anterior volvieron pronto, y las noticias que llevaron causaron gran preocupación. Pues a los pies de la fortificada Oujda las dos huestes infieles habían chocado a inicios de abril, siendo las lealistas las vencedoras. Aunque los rebeldes cargaron con furia sus filas fueron diezmadas tanto por la lluvia de flechas lanzada por los arqueros como por la tenaz defensa hecha por los andalusíes. Solo dos-mil hombres pudieron huir con su señor Abd Alláh, reduciéndose las perdidas almohades a unos escasos tres-mil quinientos hombres.



Y además, según algunos correos que un audaz explorador consiguió de un mensajero almohade que capturó, la armada califal empezaba a concentrarse en los puertos de la región de Massat, con el fin de llevar la hueste califal al al-Ándalus.
No obstante, como dice el viejo refranero, “Dios aprieta pero no ahoga”. Pues otro de los mensajes que llevaba el emisario sarraceno informó a los aragoneses que desde hacía unos meses la ciudad de Mayurqa estaba asediada por un contingente de unos novecientos cuarenta soldados liderados por Ishaq, tío del califa almohade y gobernador de Tremecén.



Como os podéis imaginar esto animo el corazón de los cristianos, ya que por fin podrían conseguir el honor y la gloria que tanto ansiaban.
Pocos días después, después de enviar una galera a Hispania para informar tanto a su soberano como al ejército catalán de las nuevas, Hug ordenó a las naves que se dirigieran a su nuevo destino. Las islas Baleáricas.

(continuará)

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 18 Mar 2014 23:34 #72823

  • Baal Catalunya
Primero de todo queria disculparme por no escribir antes, pero he estado atareado durante un tiempo. Y ahora os subo un capítulo nuevo, que espero que no sea muy soporífero.

Capítulo 4: Por las tierras de los infieles (2da parte)

Desde una pequeña colina Hug, conde de Empúries, veía como sus hombres se embarcaban en las naves que perezosamente balanceaban con las suaves olas. Pronto el también se uniría a ellos, poniendo así fin a una extraordinaria aventura.
Aún se acordaba cuando, por el 16 de abril, la caballería aragonesa aniquiló completamente a la pequeña hueste almohade, solo pudiendo huir cobardemente Ishaq y su sequito más cercano.
Aunque estaban justo delante de Madina Mayurqa, una de las mayores ciudades del Mediterráneo Occidental, Hug y los comandantes aragoneses no sabían cómo actuar. Pues aunque de su captura obtendrían gran recompensa, como era una de las principales bases de los rebeldes anti-almohades su caída no beneficiaria ni políticamente ni militarmente a la Corona de Aragón.
Por esto se acordó enviar una galera a Barcelona, tanto para pedir consejo al rey Pere como para informarse de cómo iba el conflicto. Una vez hecho esto, y después de construir un campamento fortificado a las afueras de la urbe sarracena, se dedicaron a saquear impunemente toda la isla, arrasando completamente la rica campiña y las numerosas alquerías que había en ella. Tan salvaje fue la furia de los aragoneses que gran número de campesinos aterrorizados se refugiaron en las recónditas cuevas de la sierra de Artà (1).



No obstante pronto las partidas saqueadoras volvieron con noticias preocupantes. Pues en sus expediciones cada vez más se topaban con gran número de jinetes sarracenos, jinetes que no llevaban ninguna librea ni bandera conocida. Aunque esto inquietó a los aragoneses, pues temían que hubiera un numeroso ejercito desconocido en algún lugar de la isla, pronto este misterio fue resuelto cuando un emisario moro llegó al campamento.



En una audiencia personal con Hug, mientras jugaban una partida de ajedrez, el heraldo dijo que su señor era el poderoso y venerable Yahya ibn Ghaniya (2), descendiente y sucesor de los poderosos emires almorávides. Le explicó que cuando el imperio de estos últimos fue destruido por los almohades, sus ancestros se refugiaron en las islas baleáricas, el último territorio leal. Durante tiempo esperaron su oportunidad para recuperar lo perdido, hasta que en 1184 Ali ibn Ghaniya, hermano mayor de Yahya, lanzó una audaz expedición a las tierras del Magreb para recuperar su herencia perdida. A pesar de que en un principio la suerte no les fue favorable, como lo demuestra la muerte de Ali en 1187, algunas décadas después Yahya consiguió el dominio de gran parte de Libia y de Ifriquiya (actual Túnez y parte oriental de Argelia). No obstante su victoria no fue completa, pues pocos años antes de su triunfo los almohades capturaron las Baleares.



Por este motivo Yahya, en cuanto supo de la guerra civil almohade, envió a Mayurqa unos nueve-mil soldados. Les dio una orden simple, recuperar su patria natal o no volver.
Cuando hubo terminado su explicación el emisario añadió que como su señor no tenía ningún contencioso con los aragoneses, por ahora no los atacarían. No obstante si les impedían cometer con su sagrada misión, no tendrían piedad con ellos.
El conde, después de sospesar un momento su situación, le dijo al emisario que por él no habría ningún problema, pues solo los almohades sacarían provecho de un conflicto entre ellos dos. Y para demostrar su buena voluntad añadió que su hueste se retiraría a los alrededores de la playa de Santa Ponça, un magnifico embarcadero natural situado al oeste de Madina Mayurqa, donde partirían cuando recibieran órdenes de su señor Pere.
Estas llegaron escasas semanas después de este encuentro, cuando los cristianos ya se habían instalado en su nueva ubicación. El emisario enviado por el monarca primero transmitió al conde emporitano y los principales comandantes del ejército las últimas nuevas que habían llegado a Barcelona:
- Respecto al actual conflicto con los infieles solo se podía decir que iba mejor de lo esperado. No solo hacia unes meses que Alfonso VIII y sus hombres habían llegado a Mursiyya, alcanzando así el ejército sitiador unos doce-mil hombres, sino que por los alrededores de Qurtubah los portugueses habían aniquilado a unos mil almohades que se retiraban de Almansa.


Situación actual del conflicto

Sobre las huestes secesionistas los exploradores informaron que mientras la más numerosa, formada por unos diez-mil soldados, se dedicaba a asediar Gharnata, otra más pequeña, de unos cuatro-mil hombres, asediaba la ciudad manchega de Tarazona.



- De las noticias internacionales a la corte catalano-aragonesa le interesó principalmente una crisis que había estallado últimamente en el Sacro Imperio Romano Germánico. Su soberano, Philipp von Hohenstaufen, unos meses atrás atacó Francia para capturar la rica región de Gante. No obstante, a pesar de que las huestes alemanas eran poderosas, los francos les infligieron tan severas derrotas que incluso algunas regiones germánicas, como el condado de Borgoña, cayeron en sus manos.



Este desastre desacreditó tanto la imagen del emperador, pues muchos lo consideraban culpable de lo sucedido debido a su negligente dirección, y pronto dentro el Imperio estalló una violenta revuelta secesionista. Aunque su principal foco era Italia, siendo principalmente activas las repúblicas de Treviso, Urbino, Florencia, Padua, Boloña y Siena, también se unieron a ella algunos condados suizos, como el de Ginebra y el obispado de Valois, y los poderosos ducados de Brabante y Provenza. De este último cabe destacar que su joven señor era Alfons de Barcelona, el ambicioso hermano del rey de Aragón.



- Aunque no se les prestó tanta atención como con la noticia anterior, también a Barcelona llegaron nuevas del lejano Oriente.
La más destacable era que aprovechando que el recientemente fundado Imperio Latino de Oriente estaba en guerra con el Reino de Bulgaria, ya que quería apoderarse de las tierras meridionales de este último, Theodoros I Laskaris, soberano del Imperio de Nicea, había emprendido una audaz ofensiva contra los odiados usurpadores latinos en un intento los antiguos dominios bizantinos. Tiempos difíciles se avecinaban para la Verdadera Fe en aquellas tierras.


Latinos asaltando una fortaleza bizantina

Más positivas para la Cristiandad eran las nuevas provenientes de Tierra Santa, pues indicaban que al-Adil I, el sultán egipcio que dominaba Jerusalén, se enfrentaba a la rebelión del poderoso gobernador de Mosul. Este hecho entusiasmó a los católicos, uniéndose a la sagrada lucha nuevos contingentes germanos e italianos.

Una vez hubo explicado todo esto, el emisario les transmitió a Hug y a sus capitanes las ordenes de su soberano. Estas consistían en que, teniendo en cuenta el curso de la guerra, el ejército aragonés abandonara las Baleares, pues no había mucha a ganar en estas islas, y navegara hacia Mursiyya, donde se uniría al ejército asediador.
Cuando algunos de los nobles presentes le preguntaron el motivo de este movimiento, pues la hueste catalano-castellana ya era numerosa, el heraldo les replicó que la corte temía que el magno ejercito califal, del cual no se sabía nada desde hacía semanas, abandonara la Berbería para ir a levantar el sitio que sufría esta ciudad.
En ver que eran lo mejor que podían hacer, Hug ordenó a sus comandantes que se preparan para partir. Pues pronto dejarían estas islas iniciando así una nueva etapa en este conflicto.


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Última Edición: 30 Mar 2014 00:48 Por .

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 30 Mar 2014 00:47 #72920

  • Baal Catalunya
Capítulo 5: Una pica en al-Andalus (1ra parte)

La mayor parte de la primavera y verano del 1205 fue monótona para la hueste catalano-aragonesa. Pues desde la llegada del cuerpo aragonés a Mursiyya, hecho ocurrido a finales de abril, hasta los inicios del mes de agosto no sucedió nada digno de mención. La único excepción fue que por finales de junio el cuerpo portugués tuvo un estúpido encontronazo, cerca del castillo de Almansa, con el ejército rebelde que había asediado Tarazona, pues aunque dispersaron a los infieles solo sobrevivieron mil setecientos soldados de los cuatro-mil quinientos iniciales. Poco después los depauperados supervivientes se unieron al ejército asediador de Mursiyya, que llegó así a la increíble cifra de unos diecinueve mil hombres.
Para sobrellevar este aburrimiento los soldados cristianos comentaban, durante las interminables guardias que hacían en la empalizada que rodeaba la condenada ciudad, las últimas noticias que llegaban con las naves catalanas que los aprovisionaban:

- Aunque en un principio la cruzada cosechó varios éxitos, cuando los egipcios hubieron terminado de reunir todas sus huestes pronto expulsaron a los cristianos de los escasos castillos que habían conquistado inicialmente. Este éxito se completó cuando poco después los infieles aplastaron cerca de Jaffa a un poderoso contrataque liderado por el rey de Navarra.



A pesar de su fracaso Sancho VII ganó gran fama y gloria durante esta batalla, pues demostró un valor y una fortaleza que escasos caballeros poseían. Por eso, para toda la posteridad, seria conocido como Sancho el Fuerte.

- Aprovechando que su señor, el sultán egipcio al-Adil I, estaba vapuleando a los cristianos una alianza de distintos gobernadores sirios liderados por el emir Az-Zahir I, gobernante de Alep e hijo del legendario Ṣalaḥ ad-Din, atacó el ducado de Antioquia. Sin el apoyo de los demás estados cruzados su señor, Bohemond IV de Poitou, fue expulsado rápidamente de la fortificada Antioquia condenando así a muerte uno de los principales señoríos cristianos de Oriente.

- Y si esto no fuera suficiente por aquellas fechas el reino armenio de Cilicia, también conocido como Pequeña Armenia, estaba siendo completamente derrotado por las hordas turcas, habiendo caído ya a sus manos la mayoría de sus ciudades. Aunque en las regiones más montañosas aún había núcleos de resistencia, era evidente para todos que pronto caerían.



- Para sorpresa de todo el mundo el Imperio Latino de Oriente, principalmente gracias a la bravura de sus caballeros y a la excelente dirección del emperador Baudouin I, en los últimos meses había conseguido épicas victorias frente a los bizantinos como a los búlgaros. Puede, que después de todo, a pesar de sus peligrosos vecinos, aún tuviera alguna posibilidad en sobrevivir.

- Desde hacía medio año el reino de Hungría estaba en guerra con la Serenísima República de Venecia con el objetivo de recuperar la ciudad de Zara, que tan traicioneramente capturaron los venecianos durante el transcurso de la reciente IV cruzada. Aunque los italianos derrotaron varias veces a los serbios, aliados de los húngaros, no habían podido evitar la caída de Zara en manos de los magiares.


Iglesia de San Donato de la ciudad de Zara

- Como era fácil de suponer las huestes almorávides se apoderaron rápidamente de gran parte de Mayurqa. Lo que nadie sabía es que dentro de unos meses abandonarían súbitamente todas sus conquistas, pues tendrían que volver a Ifriquiya para hacer frente a una rebelión de algunas tribus libias.

Pero mientras los soldados se contaban estas noticias en la huerta murciana, al rey Pere de pronto le surgió un problema inesperado.
A pesar que desde su boda con la princesa castellana Blanca acometió con fogosidad la tarea de intentar engendrar un heredero, los resultados habían sido infructuosos. Decepcionado el monarca cada vez frecuentó menos su compañía, y se lanzó a los brazos de la bella y joven esposa de un octogenario caballero.



Un día, después de que ella compartiera con él un divertido chisme sobre un vergonzoso secreto de un alto miembro de la Corte, Pere se dio cuenta de la importancia de los rumores. Pues muchos secretos que teóricamente están bien guardados, en realidad son la comidilla de todo el mundo. Por lo tanto si alguien los escuchara atentamente, podría descubrir información importante que de otro modo hubiera sido imposible.
Por este motivo, para comprobar la veracidad de su teoría, el rey ordenó a sus criados que escuchasen discretamente todo lo que comentaban los cortesanos y los sirvientes, para después decírselo. Aunque en un principio solo se enteró de chismes pueriles, como que la lechera esperaba en secreto un hijo del herrero, al cabo de una semana sí que oyó algo que le dejó preocupado.



Se decía que Sanç, canciller real y conde rosellonés, desde hace tiempo estaba muy enfadado con el monarca, pues creía que no había recibido la recompensa que se merecía por conseguir la alianza con Castilla. Enfado que aumentó aún más cuando, poco antes de iniciar la campaña murciana, Pere dio la razón al monasterio de Sant Marti del Canigó respecto una disputa que tenía con Sanç sobre unos feudos situados cerca de Perpinyà, capital del condado del Rosselló.


Sant Martí del Canigó

Sintiéndose menospreciado y ultrajado, su mente envenenada por la amargura concibió una traición execrable: deponer a su soberbioso sobrino y proclamarse él como nuevo rey de Aragón. Con ese fin se unió a la cruzada contra los almohades, para aprovechar la guerra para buscar aliados entre los principales nobles aragoneses y catalanes.
Preocupado Pere envió una carta privada a Raimond Rogier I y a Hug IV, tanto para advertibles de las intenciones de su felón pariente como para ordenarles que le informaran de quien le mostraba abierta amistad.
Pasaron semanas antes de llegar la respuesta, hecho que ocurrió por inicios de agosto. En ella Raimond y Hug le decían que también en el campamento cristiano corría dicho rumor; de hecho algunos caballeros, entre ellos Guillem de Cardona, les habían denunciado airadamente que Sanç los había sondeado sobre si se unirían a una revuelta contra el soberano. Y que aunque ellos se habían negado tenían sospechas de que otros, aunque pocos por suerte, habían accedido a sus peticiones.
Lo que ignoraba Pere es que en aquellos mismos instantes la fortificada Mursiyya, agotada después de un largo sitio, se rendía a las fuerzas cristianos. Poco después la bandera real ondearía por encima de la captiva ciudad, un hecho que durante los siguientes años se repetiría en muchas otras ciudades andalusíes.



(continuará)
Última Edición: 30 Mar 2014 00:49 Por .

Re: [AAR CK2] Vencre o morir 05 Abr 2014 19:29 #72950

  • Baal Catalunya
Capítulo 5: Una pica en al-Andalus (2da parte)

Poco después de la caída de Mursiyya una galera catalana, que venía de explorar el Estrecho, informó de una grave noticia. Pues hacía escasos días, por finales de agosto, vio como una gigantesca armada había trasladado a Qadis el ejército imperial almohade.
Este hecho preocupó a los soldados cristianos, pues quería decir que por fin en al-Andalus había una hueste infiel capaz de derrotarlos. No obstante a su favor jugaba el hecho de que entre ellos y Qadis había la hueste rebelde que desde hacía meses estaba asediando Gharnata, aunque siempre habría el peligro de que los almohades pasaran por otros caminos para llegar a Mursiyya.



Por este motivo los comandantes catalano-aragoneses, con el consejo de sus aliados, decidieron que lo mejor sería capturar la vital Qartayanna, uno de los principales puertos naturales mediterráneos de toda la península, lo más pronto posible. Para asegurar así la llegada de los suministros antes del posible ataque del ejército almohade.
Un par de semanas después, por el nueve de septiembre, de iniciar el sitio la hueste lusitana, muy a su pesar, tuvo que volver a su patria. Pues escasos días antes unos heraldos enviados por su soberano le comunicaron que su anciano tío, el maestre de la orden hospitalaria Afonso, se había rebelado, con el apoyo de parte de la pequeña nobleza, con el fin de apoderarse de la corona de Portugal. Una triste noticia cuando más que nunca se necesitaba la unidad de los cristianos.



Aunque el sitio se desarrollaba sin ningún problema, la moral de toda la hueste era bastante baja. Pues nadie tenía noticias del ejército califal desde su llegada a Qadis, y por lo tanto no se podía saber cuál sería el primer objetivo que atacarían. ¿O ellos o los rebeldes? La espera se hacía larga e interminable.
Esta incertidumbre se terminó cuando un día unos exploradores catalanes capturaron, cerca de al-Mariyya, un par de jinetes almohades muy asustados. Cuando les preguntaron “amablemente” de dónde provenían, contestaron que eran hombres del ejército califal. Contentos en oír esto, ya que veían que por fin podrían saber los planes enemigos, les interpelaron que dijeran donde estaba situado. Ante esto los infieles solo respondieron con una lacónica y triste frase:
- Destruido, está destruido.
Completamente anonadados con esta afirmación los exploradores les urgieron que les contara lo que había sucedido.
Los jinetes contaron que poco después de que el ejército califal desembarcara en Qadis, partió hacia Gharnata para derrotar la hueste rebelde. Ya que los comandantes almohades consideraron que sería suicida atacar la hueste cristiana teniendo otra de enemiga en la retaguardia.



Durante la marcha todo fue bien, ya que aparte de alguna patrulla aislada no encontraron ninguna señal de los rebeldes. De hecho los almohades quedaron estupefactos cuando llegaron a Gharnata, ya que el ejército secesionista había desaparecido. Según les dijeron los principales notables de la ciudad había partido hacia un par de días, cuando seguramente tuvo noticias del avance almohade.
Henchido de orgullo por este éxito tan fácil la mayoría de los hombres de la hueste califal levantaron su campamento, que no fortificaron ya que menospreciaban las capacidades bélicas de los secesionistas, delante de las murallas de la ciudad. Los únicos que entraron en ella fueron unos tres-mil soldados, que guarnecieron la alcazaba local, y los principales generales almohades, que asistieron a una cena conmemorativa ofrecida a su honor por las autoridades locales.


Alcazaba de Granada en la actualidad, muy reformada en época nazarí

No obstante en aquella misma noche la suerte del imperio almohade quedó sentenciada. Ya que bajo la atenta vigilancia del astro de Artemis unas flechas certeras abatieron silenciosamente los vigías que protegían el campamento. Una vez hecho esto los escondidos arqueros lanzaron una lluvia de fuego sobre las tiendas, incendiando la mayoría de ellas. Esto provocó el pánico más absoluto entre los almohades, ya que nadie sabía lo que sucedía y todo el mundo intentaba frenéticamente salvarse de las ardientes llamas.
De repente, en ver el éxito de su misión, uno de los arqueros se levantó e hizo sonar su cuerno de caza. En cuanto oyeron esta señal un numeroso ejército que se encontraba en unas boscosas colinas cercanas, se acercó a paso ligero a Gharnata. El ejército secesionista que los almohades pensaban que había huido cobardemente antes de su llegada.
Mientras los rebeldes se lanzaban sobre los supervivientes de la masacre, los soldados que guarnecían la alcazaba descubrieron con horror el auténtico alcance de la trampa rebelde. Pues cuando fueron a comunicar lo que sucedía a sus superiores, pues estos aún no habían vuelto de la cena, se encontraron con que habían sido envenenados junto a los notables locales.
En cuanto les informaron de esta nueva los capitanes almohades ordenaron huir de la ciudad; ya que cuando hubieran terminado de exterminar a los soldados del campamento los sediciosos se lanzarían contra Gharnata, y seguramente esta no se defendería ya que el pánico se había extendido entre la población. Para evitar los ataques enemigos ordenaron ir a al-Mariyya, la ciudad fortificada más cercana, por Sierra Nevada, a pesar de que esto haría la marcha muy dificil.



Del ejército de once-mil hombres que era en un inicio solo estos tres-mil, sin contar algún que otro suertudo que pudo huir, fueron los únicos que huyeron con vida de la masacre de Gharnata. Todos los demás terminaron enterrados en profundas fosas comunas frente las murallas de la ciudad que habían ido a salvar. Tan brutal había sido el impacto moral de la derrota, que entre los supervivientes se producían deserciones diariamente. Como la de los jinetes que contaron esto a los catalanes.



Los exploradores en oír esto sonrieron por la ironía que tenía todo el asunto. Ya que esta batalla, liberada entre los moros, era la que aseguraba el éxito de la cruzada lanzada por Aragón. Ya que cuando muchas villas y fortalezas murcianas, como la propia Qartayanna en el nueve de octubre, en cuanto supieron del debacle almohade se rindieron a las huestes cristianas. Solo una ciudad se negó a entregarse, Lorca.



Por esto los catalano-aragoneses y los castellanos le pusieron inmediatamente sitio, pues sabían que con su caída toda la región de Mursiyya habría sido liberada de la mahometana fe. Lo que ignoraban es que pronto allí sucedería un hecho, que con el tiempo marcaría el destino de la Corona de Aragón.


Castillo de Lorca en la actualidad, de origen musulmán aunque muy reformado por Alfonso X

(continuará)
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