EL TESORO DE BARAK VARR
La noticia se extendió rápidamente por todo el viejo mundo. Barak Varr un importante bastión enano y el único puerto marítimo de esta raza, situado en las cumbres de Varenka en los lejanos Reinos Fronterizos, había sido saqueado y expoliado de muchos de sus cuantiosos tesoros por unos piratas tileanos.
El Rey de esta fortaleza, el estoico Byrrnoth Grundadrakk, no tardó en solicitar ayuda a todos los posibles aliados para que les fuera devuelto aquello que les pertenecía por derecho, pues su flota había sido diezmada y enviar a sus hombres a perseguir a los piratas, conllevaría dejar la fortaleza a merced de otros asaltantes.
A cambio de tan generosa ayuda, el noble Rey prometió un premio único para el valiente caballero que volviera con el tesoro. Ni más ni menos que una de las piezas más valiosas de dicho tesoro: El Cetro de RocaMar, un valioso bastón rúnico que las leyendas dicen que permite dominar las aguas si el dueño de dicho cetro se lanzaba a la mar.
Unos exploradores, a los que se les encomendó la tarea de seguir el rastro de los piratas dicen que estos se lo han llevado a una isla muy misteriosa, con gran variedad de paisajes y climas, y que los piratas utilizan como base.
Hablaron de muchos peligros y dejaron claro que quien quisiera aventurarse a recuperar el tesoro debería hacerlo acompañado de un ejército para defenderse de los enemigos que encontrasen... y de otros posibles "rescata-tesoros".
Los primeros en responder a la llamada, fueron los estalianos. A parte de su interés en mantener una buena relación con sus socios comerciales de Barak Varr, el poder que podría darles el artefacto mágico, supondría una grandísima ventaja a la hora de mantener en pie su imperio comercial y las cada vez más comunes y peligrosas expediciones a Lustria y todo el mundo.
La noticia también llegó pronto al Imperio que, cada vez más amenazado por las continuas invasiones de los bárbaros del Norte, no podía perder la oportunidad de sumarse el misterioso artefacto, así como de asegurarse la lealtad de la armada enana de Barrak Varr, por lo que el Emperador encomendó a los nobles de Averland sumarse a esta aventura al tratarse de una de las regiones con mayor trato con las gentes del Sur y, de paso, pausar las continuas disputas de los nobles locales por la muerte del anterior Conde Leitdorf.
A su vez, otros reinos enanos, recibieron la llamada y así, tanto Custodio de los Agravios Thorgrim como el Rey Matador Ungrim y decidieron mandar tropas desde Karaz-A-Karak y Karak-Kadrin respectivamente, creyéndose cada uno con la responsabilidad y la necesidad de vengar personalmente el agravio acaecido contra sus hermanos de Barrak Varr.
No está tan claro como la noticia llegó a oídos de los orcos, ni como consiguieron una flota para lanzarse a la mar, pero las útimas noticias informan de que distintos clanes pieles verdes, se han puesto en camino a la isla pirata para apropiarse para ellos el tesoro robado. Los Luna Torzida y los Mano Ensangrentada están dispuestos a derramar sangre por diversión y, si consiguen un montón de cozaz brillantez por el camino, mejor que mejor.
En la isla, esperan muchas amenazas a estos cazatesoros. Peligros que jamás creerían encontrar allí. Pues lo que no saben, es que parte de las ruinas de la isla, pertenecen a un exiliado señor vampírico, otrora un noble caballero bretoniano, defensor de la ciudad de Mousillon, pero ahora deseoso de ampliar sus huestes con los cadáveres de la guerra que está por comenzar... y no solo eso... Pues los Poderes Ruinosos no se quedarán de brazos cruzados viendo correr la sangre sin aprovechar para extender su influencia en nuestro mundo...