VENCRE O MORIR

Reino: Corona de Aragón.
Año de comienzo: 1336 (Guerra de los Cien Años).
Mod: Quasimod (mod del CK que incorpora reinos inventados, como Catalunya y Occitania, y otros de reales, como Galicia y Mallorca).
Dificultad: Normal
Agresividad IA: Normal
Objetivos:
- Conseguir la máxima puntuación en el 1450.
- Recuperar los dominios que pertenecen por derecho a la Corona de Aragón: reino de Mallorca, reino de Navarra (aunque puede que después la independice), reino de Nápoles, reino de Sicilia y los territorios de Occitania, Provenza y Murcia.
- Destruir el reino de Castilla y León consiguiendo la independencia de León.
- Crear uno o dos reinos nuevos regidos por miembros del Casal de Aragón.
- Intervenir en la Guerra de los Cien Años (y de una manera que me parece que muy pocos se imaginan).


PD: Aunque es una narración sobre una partida, no un juego, lo he puesto aquí porque no tiene ninguna relación con los Total War

Introducción histórica
¿Cuándo empieza nuestra historia? ¿En una fría noche de enero del 1336 cuando un joven rey está consultando los mapas de todo un mundo que ansia dominar? ¿En una boda sucedida en el año 1150 que dio a luz a un nuevo reino?¿O puede que nuestra historia empiece mucho antes?
En el 710 Witiza, rey de un decadente reino visigodo de Toledo, moría. Siguiendo las viejas costumbres los principales nobles del reino se reunieron pasa elegir su sucesor, después de una ardua disputa Roderico fue proclamado nuevo rey, aunque no todo el mundo se mostro partidario de su elección. La familia del difunto Witiza, viendo que el poder se escapaba de sus manos, entro en franca rebelión en los territorios de la Tarraconense y Narbonense, que anteriormente ya se habían rebelado otras veces contra Toledo, eligiendo como nuevo monarca a Akhila II. Roderico, que no podía tolerar esto, dirigió sus huestes para batir en batalla a los sediciosos, batalla que nunca sucedió porque hechos grabes sucedían en la Bética.
Los witizianos, viendo que solos no podían vencer a sus rivales, llamaron a unos recién llegados al Norte de África para que los ayudaran, unos recién llegados que se proclamaban seguidores de un nuevo dios, Alá. En el 711 las tropas musulmanas travesaron el Estrecho y en gran batalla, la de Guadalete, aniquilaron a Roderico y sus hombres. En teoría aquí había terminado su ayuda, pero Tariq ibn Ziyad, líder del ejército árabe, tenía su propia agenda.
En una serie de rápidas campañas todo el reino cayó ante las manos de los sarracenos siendo la última plaza la Narbonense, que fue capturada en el 720. En el sitio de esta murió Ardón, el último de los reyes visigodos.
Viendo lo fácilmente que habían caído los visigodos, pues la mayoría de los magnates pactó con los invasores para poder conservar su poder, lanzaron sus huestes hacia el norte aunque fueron derrotadas en la mítica batalla de Tours en el 732 por Carlos Martel, líder de los francos, terminando así la primera expansión musulmana por Europa.
Aunque la mayor parte de la Península había caído frente el poder musulmán, pequeños reinos y principados cristianos sobrevivieron en las montañas, destacando dos en el Oriente Ibérico:

- Aragón:
Uno de los primeros pueblos europeos actualmente existente mencionado, ya saliendo a inicios del siglo IX un tal Asnar Galí como conde de Aragón. No obstante en aquel entonces era solo un pequeño territorio en medio de los valles pirenaicos, pues además había los condados de Sobrarbe y Ribagorza y el dominio musulmán en el actual Aragón era muy fuerte, pues incluso Huesca era una ciudad islámica.


El palacio de la Aljaferia, situado en Zaragoza,es el último gran resto del emirato zaragossano.

Aunque al principio estuvo debajo la influencia franca con el tiempo cayó bajo la dependencia del reino de Navarra, dependencia que duró hasta la muerte de Sancho el Mayor en el 1035, que fue cuando Ramiro I (1035-1063) se proclamó rey de Aragón.
Al principio dicho reino tuvo una existencia difícil pues su vía natural de expansión, la taifa zaragozana, también la ambicionaba el reino de Castilla. Al final Aragón fue derrotado quedando mucho tiempo encerrado en sus límites y presionado por todos los lados por sus ambiciosos vecinos.
Para conseguir definitivamente la independencia, pues teóricamente estaba debajo la tutela de Navarra, Sancho Ramirez (1063-1094) infeudó su reino a Roma pero el afianzamiento definitivo fue cuando en el 1076 de produjo la unión navarro-aragonesa.
Y si además de sumar este éxito sumamos el hecho de que la Taifa de Zaragossa sufría una crisis, y que los castellanos tenían sus propios problemas con los almorávides, una dinastía bereber fanática (serian como los talibanes del período) llamada para hacer frente la amenaza cristiana, entenderemos porqué en los reinados de Pedro I (1094-1104) y de Alfonso I el Batallador (1104-1134) se produjo la gran expansión de Aragón dominando en poco tiempo las ricas ciudades sarracenas del valle medio del Ebro, siendo la principal Zaragoza, que poco después se convirtió la capital del reino.


El casillo de Loarre fue construido en el siglo XI en el marco de la campaña para conquistar Huesca

No obstante tan grandiosa periodo se termino pronto pues en el 1134 Alfonso I murió de las heridas que sufrió en la batalla de Fraga, dejando el reino sin ningún heredero, pues nunca tuvo hijos, y un testamento bastante raro que a mucha gente no le hizo ni pizca de gracia.

- Cataluña:
Mientras Aragón nació temprano Cataluña fue el resultado de un proyecto más largo. Pero mejor que empezamos por el inicio y no adelantamos hechos.
Aunque los musulmanes habían sido expulsados al sud de los Pirineos Carlomagno, el gran emperador de Occidente, no dormía tranquilo. Los musulmanes cada año lanzaban razias que devastaban su reino, y esto se tenía que terminar. Después de pensar mucho llegó a la conclusión de que la única solución era conquistar una franja de tierra al sud de sus dominios para que así los ataques de los árabes se agoten mucho antes que lleguen a tierra franca.
Aunque una primera expedición fracasó, en el 785 Girona se entregó al dominio carolingio (carolingio: referido a Carlomagno o a su familia) y pocos años después, en el 801, una expedición dirigida por Luís, heredero de Carlomagno, capturó Barcelona. Así se conformó lo que años más tarde seria conocido como la Cataluña vieja.
Después de conquistar todo este territorio, que en aquel entonces se llamaba Marca Hispánica, para su administración se dividió en varios condados que serian dirigidos por los comitatus, gobernados puestos por el propio rey.
No obstante pronto toda la Marca se vio envuelta en luchas fratricidas, con múltiples revueltas lideraras por los aristócratas indígenas descontentos con el nuevo régimen. En muchas regiones la gente huyó hacia las montañas, quedando completamente abandonadas.
Para controlar todo esto los carolingios designaron primero como conde de Urgell, de Cerdanya, de Barcelona, de Osona, de Girona y de Conflent a el líder de una familia de Carcassona siempre leal al monarca, un hombre que con el tiempo seria una leyenda, un hombre llamado Wifredo (en catalán Guifré) el Velloso (840-897).


Mapa de los condados catalanes en el siglo IX

Aunque no fue él quien creó Cataluña, aun faltaría algún siglo, si fue el que puso los cimentos que permitió su nacimiento. Fue famoso por varios hechos, aparte de fundar monasterios como Ripoll, siendo los principales su programa de repoblación del territorio abandonado por las revueltas godas mediante el sistema de aprisió (sistema que consiste en que si un campesino trabaja una tierra durante treinta años esta será suya), y aprovechando el debilitamiento carolingio reafirmó su poder pudiendo pasar a su muerte sus condados a sus hijos poniendo así fin al sistema anterior de elección de los condes a manos del rey carolingio.
Así los condes fueron sucediendo, aumentando su poder tanto frente a los árabes como a los francos, aunque nominalmente vasallos suyos. Este crecimiento sobretodo benefició al conde de Barcelona, convirtiéndose en el más importante de la región sobretodo desde que también consiguió los condados de Osona y Girona. No obstante en el 985 Almanzor, el hombre fuerte del decadente Califato de Córdoba, decidió que tenía que terminar con la osadía del conde barcelonés y en ese mismo año lanzó una ratzia que arrasó Barcelona capturando a muchos de sus ciudadanos. Borell II (927-992), conde de Barcelona de aquel momento, pidió ayuda al rey franco pero en no recibir respuesta en el 988 se negó en renovar vasallaje consiguiendo así la independencia de facto de sus territorios.
Aunque se frenó a los sarracenos, como lo demostró una ratzia lanzada en el 1010 que arrasó Cordoba, con el paso de los tiempos el poder de los condes de Barcelona declinó, aumentando su poder los señores de los castillos que empezaron a explotar a los campesinos. La situación se deterioró tanto que durante el gobierno de Ramón Berenguer I (1023-1076)los nobles dirigidos por Mir Geribert, autoproclamado “príncipe de Olerdola”, se rebelaron contra el conde; aunque esté los derrotó para afianzar su poder instauró un sistema feudal en que los campesinos servían a los señores de los castillos y estos servían al conde de Barcelona. Así se inició un período de prosperidad que continuó con el gobierno de los condes Ramón Berenguer II (1053-1082) y Berenguer Ramón II (1053-1087), y el conde Ramón Berenguer III (1082-1131). Las características principales de este periodo fueron:

o Inicio del dominio de los condes de Barcelona sobre los otros condados, consiguiendo en algunos casos la anexión (Besalú en el 1111) y en otros el vasallaje (Condados de Empuries y de Urgell).

o Inicio de la política occitana. Expansión sobre las ricas tierras de Occitania, consiguiendo además otros dominios como el condado de Provenza.

o Primer intento de expansión mediterránea, en el 1114 Ramón Berenguer III intentó la conquista de las Islas Baleares. La conquista se abandonó por el peligro almorávide que amenazaba los condados.

o Gran auge económico, convirtiendo Barcelona en una de las primeras ciudades cristianas occidentales donde se encunó moneda de oro. El motivo era tanto por el naciente comercio como por los tributos que se hacían pagar a los reinos musulmanes.

Fue en esta época cuando Catalunya vio la luz, pues Ramón Berenguer III los pisanos lo mencionan como “duque de los catalanes”. Según algunos el nombre de catalán viene de castlanus, que era como en latín se referían a los habitantes de los castillos, por el gran nombre de castillos presente en Catalunya.


El monasterio de Sant Pedro de Rodas fue el mas importante del condado de Empuries

En el 1131 Ramón Berenguer IV sube al trono condal de Barcelona. Pocos años después recibe una carta de Aragón que le hace muy feliz. Pero esto es otra historia.

- La unión:
Cuando los nobles aragoneses leyeron, en el año 1134, el testamento de Alfonso el Batallador no se lo podían creer, los herederos del reino de Aragón eran las órdenes del Temple, del Hospital y del Santo Sepulcro de Jerusalén, fieles compañeros de las largas expediciones del difunto monarca. Ante tan gran disparate los aristócratas proclamaron como nuevo rey a Ramiro, hermano de Alfonso que en aquel momento era obispo de Roda-Barbastro. Se le obligó a dejar su condición de prelado y se casó con Inés de Poitou, teniendo al cabo de poco tiempo una niña llamada Petronila (en catalán se le llamó Peronella). Mientras las revueltas nobiliarias se extendieron por todo el reino y Alfonso VII de Castilla, que ambicionaba el reino, invadió Zaragoza, aprovechando todo este desbarajuste los navarros proclamaron su independencia eligiendo como rey a Garcia V el Restaurador. Viendo todo esto, y aunque consiguió aplastar varias revueltas nobiliarias, pidió ayuda a Ramón Berenguer IV. Con el conde de Barcelona se estableció un pacto, en el 1137, que consistió con los esponsales de Petronila con Ramón (en este momento Petronila solo tenía un año) y el conde sería Príncipe de Aragón y tendría la máxima autoridad sobre Aragón. Después de la firma de los esponsales Ramón Berenguer IV se hizo cargo de la situación consiguiendo controlarla mediante generosos donativos a las órdenes militares a cambio de que estas rechazaran la herencia y recuperó Zaragoza de manos de los castellanos a cambio de firmar un pacto de vasallaje. Mientras Ramiro, que conservó el título de rey de Aragón, se retiró de la política activa.
Una vez conseguida la unión Ramón Berenguer se lanzó contra los musulmanes acabando la expulsión del Islam de los territorios de la actual Catalunya mediante la captura de Tortosa (1148) y la de Lleida (1149). Como no sabía en qué reino integrar, si Aragón o Catalunya, los proclamó marquesados independientes aunque fueron repoblados por catalanes, siendo en tiempos de Jaime I cuando se integraron en Catalunya. Una expedición emprendida poco antes, en el 1146, fue la colaboración con Castilla para capturar Almería de los decadentes almorávides.
En el 1151 firmó un tratado con Alfonso VII, el de Tudellén, con el cual Valencia y Murcia seria para los catalanoaragoneses, pero a cambio tendrían que rendir vasallaje a Castilla.
A su muerte, en el 1162, empezó un nuevo reino, la Corona de Aragón, que una serie de monarcas lo llevarían a la gloria.

Alfonso el Casto, II de Aragón y I de Barcelona (1162-1196): subió al trono a la muerte de su padre cuando aún era menor de edad; como no era el primogénito había sido bautizado como Ramón Berenguer pero al ascender al trono las Cortes Aragonesas le obligaron a cambiarse el nombre por el de Alfonso. Durante su minoría de edad se terminó la reconquista de Aragón con la fundación, en el 1171, de Teruel en los territorios capturados a los árabes. Pero cuando llegó a la mayoría de edad su principal objetivo fue conseguir la hegemonía en Occitania, consiguiendo éxitos tan importantes como la anexión del condado de Provenza después de la extinción del casal de Provenza, descendiente de Ramón Berenguer III. En la Península Ibérica se implicó en las luchas entre los distintos reinos cristianos aunque colaboró con la conquista de Cuenca a manos de Castilla en el 1176. Con este último reino firmó en el 1179 el tratado de Cazorla, con el que Alfonso daba Murcia a cambio de no retar vasallaje a Castilla por Valencia y por Zaragossa. En los últimos años vio que los almohades, que se habían debilitado, fueron sustituidos por los almorávides, otra tribu bereber fanática, representando una autentica amenaza para los reyes cristianos, como lo demostró la batalla de Alarcos (1195) donde la mayor parte del ejército castellano fue aniquilado. Rápidamente se vio que solo una alianza entre los distintos reyes peninsulares pondría fin a la amenaza y Alfonso inició las gestiones para llevar a cabo el proyecto, lástima que poco después moría.
Para más información sobre los Almohades: [url:32czkidv]satrapa1.com/musulmanes/Tumart/Ibn-Tumart.htm[/url]
Para más información sobre Alarcos: [url:32czkidv]www.balawat.com/alarcos/pbata18.htm[/url]


Torre de San Martín de Teruel (1315-1316)

Pedro el Católico, II de Aragón y I de Barcelona (1178-1213): dicen que en toda buena familia hay una oveja negra, en el caso del Casal de Aragón seria Pedro el Católico. Continuó con la campaña de dominio de Occitania iniciada por sus ancestros casándose con María de Montpelier, señora de esta rica ciudad; aunque posteriormente se intento divorciar ella fue la madre de su único hijo legítimo, el futuro Jaime I. En su época alcanzó gran fama en una empresa sucedida contra el Islam; la batalla de Navas de Tolosa en que junto con los reyes de Castilla, Alfonso VIII, y de Navarra, Sancho VII, derrotó a una gran hueste almohade dirigida por el califa Muhammad an-Nassir. No obstante una cruzada liderada por el franco Simón de Monfort estaba aniquilando a los señores occitanos que eran acusados de herejes por la protección dada a los cataros. Aunque al principio intento reconducir el conflicto por vías diplomáticas al final se convenció, muy a su pesar, que tendría que enfrentarse militarmente al poder terrenal del papado; este intento termino en un gran desastre pues en la batalla de Muret (1213) el ejercito occitanoaragonés fue aniquilado y el rey murió en el combate. Fue el inicio del fin de la aventura occitana.
Para más información sobre Muret:[url:32czkidv]satrapa1.com/articulos/media/muret-web/muret.htm[/url]


Infante almohade

Jaime el Conquistador, I de Aragón (1213-1276): con la muerte de su padre y ante el hecho que el nuevo rey solo tenía unos cinco años la Corona de Aragón entró en su primera gran crisis. Aunque la resistencia catara no fue derrotada hasta bastantes años después de Muret la falta de un liderazgo claro en Aragón y la amenaza de una excomunión contra quien ayudara a los herejes hizo que esta se inhibiera del conflicto. Hasta que el rey no alcanzó la mayoría de edad los nobles empezaron a luchar entre ellos para asumir mayor cotas de poder devastando todo el país. Una vez mínimamente controlados los aristócratas y viendo que la expansión por Occitania ya era imposible se inició las conquistas de los reinos que por los tratados anteriores le correspondían a Aragón siendo el primero en caer el emirato de las Baleares (1229), que fue una empresa principalmente impulsada y llevada a cabo por los catalanes, sobretodo para asegurarse su expansión comercial, mientras que la otra gran conquista fue el reino de Valencia (1229-1245), iniciada por la nobleza aragonesa que veía que se quedaba relegada frente a los catalanes aunque después el monarca tomó el control. Para evitar enfrentamientos entre catalanes y aragoneses por el control de estas tierras el rey creó el Reino de Valencia, dotándole de ley propia. Cuando los musulmanes de Murcia se rebelaron contra Alfonso X de Castilla en el 1265, este último pidió ayuda a Jaime I para aplastar a los rebeldes; este último lideró una expedición que derrotó a los sediciosos y aunque devolvió Murcia a Castilla, hecho que desagradó a muchos nobles, la repobló de catalanes. A su muerte dividió su reino entre sus dos hijos, a Pedro le correspondió Aragón, Cataluña y Valencia; mientras que a Jaime le correspondió Mallorca, Rosselló y Montepellier naciendo de este modo el reino de Mallorques.


Pinturas del Salón del Tinell (siglo XIII), Palacio Real Mayor de Barcelona

Pedro el Grande, III de Aragón y II de Barcelona (1276-1285): mientras la Corona de Aragón entraba en su edad de oro otro reino mediterráneo hacía tiempo que estaba azotado por conflictos. El anteriormente poderoso reino de Sicilia (formado por la isla del mismo nombre y todo el sud de Italia) ahora estaba tiranizado por el rey Carlos I de Anjou, tío del rey francés Felipe III el Atrevido. Su subida al trono se debía el apoyo que le dio el Papado para frenar al poder de la familia Hohenstaufen, anteriores reyes de Sicilia. Aunque la mayor parte de la familia Hohenstaufen fue exterminada una hermana del último rey, Constanza, se había casado antes de su caída con Pedro III, hecho que convertía a este último en un legítimo candidato al trono siciliano. Aprovechando que Carlos I estaba en el continente a punto de emprender una expedición contra los bizantinos en el 1282 los sicilianos se rebelaron contra los ocupantes franceses exterminando un buen numero de ellos en las llamadas Vísperas Sicilianas; pero cuando vieron que ellos solos no podrían impedir una nueva invasión de la isla pidieron ayuda a Pedro III al que le proclamaron nuevo rey de Sicilia. Como los ataques directos contra la isla terminaron en un sonado desastre el Papa Martín IV, fiel aliado de los franceses, excomulgó a Pedro III arrebatándole el derecho a ser el legítimo rey de Aragón y proclamando como nuevo rey a Carlos de Valois, hijo de Felipe III. Para imponer el nuevo monarca se proclamó una cruzada contra la Corona de Aragón, siendo el ataque principal a por Cataluña (1285). Aunque hubo momentos que parecía que la causa catalanoaragonesa estaba condenada al fracaso la férrea resistencia de la ciudad de Girona, la llegada de la flota a Cataluña y la propagación de una epidemia en el ejercito cruzado convirtió el ataque francés en un desastre, muriendo incluso el propio rey Felipe el Atrevido. En el mismo 1285 murió su rival Pedro el Grande.


Cruzado (en catalán croat) barcelonés hecho durante el reinado de Pedro el Grande

Alfonso el Liberal, III de Aragón y II de Barcelona (1285-1291): poco después de la muerte de su padre, Pedro el Grande, atacó y confiscó el reino de Mallorques a su tío Jaime por su alianza con Francia durante el conflicto por la isla de Sicilia. Mientras el heredó los dominios ibéricos su hermano Jaime se proclamó rey de Sicilia. Mantuvieron la lucha contra las franceses, sumándose además los conflictos con Castilla por la protección ofrecida por Aragón a los Infantes de la Cerda, legítimos herederos de Alfonso X expulsados por su tío Sancho IV. También se enfrentó contra la Unión aragonesa, una alianza de los principales nobles aragoneses que en tiempos del anterior rey habían conseguido a que accediese a una ampliación de los derechos del fuero de Aragón. En el 1291 signó la paz con Francia y la Santa Sede con el tratado de Tarascón, por el cual los franceses reconocían la pérdida de sus reinos a manos de los catalanoaragoneses pero a cambio el rey Alfonso se proclamaba vasallo del Papa y retiraba la ayuda a su hermano Jaime con la condición testamentaria de que el reino de Sicilia tenía que pasar a su otro hermano Federico.

Jaime el Justo, II de Aragón (1291-1327): sucedió a su hermano cuando este murió sin descendencia. Viendo que el conflicto por Sicilia estaba durando demasiado en el 1295 firmó el tratado de Anagni con los franceses y el papado; por dicho tratado el devolvía Sicilia a la Santa Sede y el reino de Mallorques a su tío Jaime, aunque a cambio recibía de manos del papado el derecho de conquista de Cerdeña y Córcega y Carlos de Valois rechazaba sus derechos sobre Aragón. Cuando los sicilianos se enteraron del tratado, temiendo volver a caer en manos de los Anjou, proclamaron como nuevo rey de la isla a Federico de Aragón, hermano de Jaime el Justo. Aunque los franceses y los aragoneses atacaron el nuevo monarca, los continuos fracasos y el hecho que Francia tenía un incipiente con el Papado permitió que mediante la Paz de Caltabellota (1302) Federico continuara siendo rey de Sicilia confirmándose así la división del antiguo reino de Sicilia en dos nuevos, el reino de Sicilia regido por el casal de Aragón y el reino de Nápoles regido por el casal de Anjou. Aprovechando la guerra civil existente en Castilla dando apoyo a la causa de los Infantes de la Cerda invadió Murcia, pudiendo conservar mediante el tratado la Sentencia Arbitral de Torrelles la mitad norte de dicho territorio, que se integró en el reino de Valencia, a cambio de retirar su apoyo a los Infantes. En el 1324 su hijo y heredero Alfonso emprendió la conquista de Cerdeña. Su mayor éxito en política interior fue poner fin a los condados de Urgell, mediante la boda de su hijo Alfonso con la ultima heredera de dicho condado, y de Empuries (el motivo que se usó para atacar este último fue la acusación de que Ponç Hug IV, conde de Empuries, era homosexual y que mantenía relaciones tanto con su hijo como con un amante, y este celoso mató al hijo) siendo regido a partir de entonces por casas secundarias de la de Aragón. Con la desaparición de los templarios en el 1319 fundó la Orden de Montesa con miembros y propiedades de la orden desaparecida. A su muerte se puso fin el periodo de mayor esplendor político de la Corona de Aragón, empezando así una larga decadencia.


Capilla de Santa Ágata, construida en el Palacio Real Mayor de Barcelona por Jaime II

Alfonso el Benigno, IV de Aragón y III de Barcelona (1327-1336): poco después de su ascensión al trono se casó con Violante de Castilla, hija de Sancho IV de Castilla que aunque había sido prometida de Jaime, primogénito de Jaime II, este huyó en la noche de bodas porque quería prender los hábitos. Violante tuvo dos hijos, Fernando y Joan, que quiso que tuvieran dominios propios; como la ley no permitía una nueva división de los reinos consiguió que su marido hiciera al primero marques de Tortosa y al segundo señor de Elche. Este hecho enfureció mucho al reino de Valencia y en medio de un clima crispado obligó a su rey a que jurara que no haría más donativos a sus hijos ni que dividiría al reino. La conquista de Cerdeña continuó, que con el tiempo se degeneró y en los siguientes reinados se convirtió en un autentico “Vietnam catalán”. Un hecho que aunque no fue parte de la política directa de la Corona sí que tuvo grandes consecuencias posteriormente fue la conquista de los Ducados de Atenas y Neopatria por parte de los almogávares, bandas de mercenarios de origen catalán y aragonés que desde Jaime I había participado en las luchas de Aragón y en las últimas décadas habían luchado primero a favor del Imperio Bizantino contra los turcos pero después contra él, que se unieron al reino de Sicilia. Fue en este reinado cuando empezó la decadencia de la Corona de Aragón, sobretodo de Catalunya pues en el siglo XV Valencia se convirtió en el más rico, entre otros motivos por el agotamiento que produjo las campañas mediterráneas y por el subdesarrollo tecnológico del campo catalán hecho que produjo que cada vez más la población catalana dependiera del cereal siciliano y africano iniciando así un ciclo de grandes hambres, como una gran hambre sucedida en el 1333 que fue conocida como “lo mal any primer” (el malo año primero).


Techumbre de la catedral de Teruel (XIV)

Pedro IV de Aragón y III de Catalunya (1336-…): hijo del primer matrimonio de Alfonso el Benigno cuando ascendió al trono expulsó a su odiada madrastra aunque no expulsó a sus hermanastros de sus dominios. Es un joven monarca con un mundo de posibilidades delante pero tiene que ir alerta, pues aunque la Corona de Aragón tiene mucho potencial empieza a notar el agotamiento de su rápido crecimiento, además tiene como vecinos a dos de las monarquías más poderosas de Occidente, Francia y Castilla y León. Por lo tanto un solo error, un solo error, y Aragón desaparecerá a manos de sus ambiciosos rivales. Todo el peso de una monarquía secular recaen en las espaldas de un chico, de esmirriada figura, que en una noche sin nubes está abocado sobre unos mapas que muestran un mundo por conquistar


El nuevo rey de Aragón (en catalán Pedro es Pere)

1. Ambición de reyes (1ra parte):

Palacio Real Mayor de Barcelona, 2 de enero del 1336
Había sido un día atareado, porqué des de siempre tratar con los altos estamentos de la sociedad catalana era cosa difícil, pero los nervios de la su recién pujada al trono no le dejaban dormir. Per distraerse pidió a su mayordomo que le llevara a su habitación una serie de mapas donde salía el mundo conocido. Cuando los tuvo el joven rey empezó a repasarlos con el dedo viendo desfilar ante sus ojos la nebulosa Albión como la conflictiva Asia Menor, la lejana Persia y la montañosa Navarra, la eternamente nevada Noruega y la eternamente soleado país del Nilo; en definitiva todo un mundo por conquistar.


Atlas de Abraham Cresques o también conocido como Atlas Mallorquín (1375)

De repente tres pequeños golpes en la puerta lo sacaron de sus sueños de poder y gloria, aunque le dieron un pequeño espanto, tan concentrado estaba en los mapas, de seguida pensó que no podía ser ninguna amenaza pues debajo de cada piedra del palacio había un guardia velando por su seguridad. Secamente dijo: Puedes pasar. Poco a poco se abrió la puerta entrando la elegante figura de Elisenda de Montcada, viuda de Jaime II y nueva cancillera de la Corona de Aragón.



- Señora, veo que no soy el único que no puede dormir esta noche.
- Tienes razón mi rey. – Sonrió mostrando sus bellos dientes – Demasiada acostumbrada estaba en la tranquila vida del convento de Pedralbes, y aunque le agradezco haberme dado tan alto cargo my cuerpo ya no es el que era antes. Por lo que veo estás haciendo una ojeada a nuestros vecinos ¿No? – Preguntó cuando vio en las manos de Pere un mapa de la Península Ibérica.
- Si – contestó el rey con una voz que demostraba la rabia que sentía ante el gran poder de Castilla– Aunque nosotros somos los señores de la Mediterránea ellos son los señores de la Península, teniendo en sus manos la rica Andalucía sus arcas son mucho más ricas que las mías. Se que su ambición es imponer su ley y su orden sobre toda Hispania, como en tiempos de los visigodos, y que desde su punto de vista solo somos un estorbo en el camino a su glorioso destino, pero por ahora lo único que podemos hacer es convertirnos en sus aliados para poder actuar tranquilamente sobre el mar.


Corona de Aragón en el 1336


Reino de Castilla y León en el 1336

- Veo que queréis recuperar los reinos de vuestros ancestros ¿Majestad?
- Si, fue un estúpido error de Jaime I el que permitió la existencia de esta satrapía llamada reino de Mallorques – mientras lo decía Pere se acordó de la noticia que recibió hacia escasos días de que las guarniciones situadas en Cerdeña hartas de el abandono de que habían sido objetos durante el reinado de su padre, habían rendido vasallaje a Jaime III, rey de Mallorques (esto es antihistórico porque nunca los mallorquines se implicaron en los asuntos de esta isla). No habría piedad para esta traición; nada, ni el hecho de que su hermana Constanza fuera la mujer del monarca baleárico evitaría que este reino encontrara su fin bajo la espada de Aragón– Y fue la presión de los franceses y del Papa lo que evitó que el reino de Sicilia se uniera a la nuestra Corona, por lo cual es normal que queramos hacer lo que tendría que haber sido y conseguir su dominio– De repente el rey se acordó de que había una pequeña parte de Sicilia que ya era parte de Aragón, pues hacia escasos meses que Gugliemo de Aragón, hijo del rey Federico de Sicilia y duque de Atenas, harto del menosprecio a que le sometía su padre porque solo tenía ojos para su heredero Orlando, le había rendido vasallaje para escapar así de la tiranía de su progenitor (aunque el ducado de Atenas cayó bajo dominio de la Corona de Aragón durante el reinado de Pere no fue en el 1336).


Reino de Mallorques en el 1336


Reino de Sicilia en el 1336


Ducado de Atenas en el 1336

- Mi rey, – interrumpió Elisenda harta de la demagogia patriotera de su señor - veo que estáis firmemente convencido de querer recuperar los dominios de vuestros ancestros
- Sí, todo lo que por derecho tiene que ser nuestro lo será y cualquier que se oponga… – reafirmó con voz grave mientras apretaba el puño– será aplastado sin miramientos.
- ¿Y Occitania? – preguntó con tono burlón - ¿Que no la queréis recuperar?

(....continuará...)

Como mola, me gusta un huevo, solo que… creo que le falta profundidad creativa, yo habría metido mas reinos imaginarios, no se.. el Condado de Entrevias, Reino de San Blas, Ducado de Chanberi o Marquesado de Vallecas, ya sabes, como echando toda la carne en el asador…

1. Ambición de reyes (2na parte):

- Occitania... – contestó sorprendido y un poco descolocado Pere – Occitania ya solo es un sueño, hace tiempo era una tierra rica donde mis augustos ancestros querían construir un poderosos reino, pero finalmente el sueño se deshizo y nos quedó la dura realidad. Además Francia no es una débil monarquía como las otras, y aunque seguramente entrará en conflicto con Inglaterra es un pez demasiado grande para nuestra pequeña boca.
- Hombres... – dijo resignada Elisenda - en el engrandecimiento de los reinos muchas veces interviene no la espada de hierro sino otra espada, aunque más de una vez más que una espada es una daga, que los hombres lleváis en la entrepierna.
- ¿Qué quieres decir?
- Como ya sabes la centenaria dinastía de los Capetos hace unos cuantos años se extinguió. Después de muchas luchas políticas y militares quien se hizo con el trono francés fue el rey Philippe VI de Valois, hijo de Charles de Valois y por lo tanto nieto de Philippe III el Atrevido.


Philippe VI de Valois


Reino de Francia en el 1336

El tiene una hija, Marie de Vallois que tiene más o menos tu edad, por lo tanto si os casáis y tenéis un hijo este podría ser el futuro rey de Francia.
- Estimada cancillera– interrumpió Pere – ya sé que soy completamente inexperto en el mundo de la política, pero que yo sepa esta chica tiene un par de hermanitos, Jean, duque de Normandía, y Philippr; ho sea que aunque la dejada embarazada me parece que este niño no heredará el trono de su abuelo materno.


Jean de Valois

http://img46.imageshack.us/img46/2867/philippedevaloisfill.jp
Philippe de Valois

- Por lo que hace al pequeño Philippe piensa que solo tiene un año y hasta que llegue a los 16, que es cuando se casará y podrá tener hijos, es más que probable que muera en un accidente o de una enfermedad. Más difícil es lo que tenemos que hacer respecto al duque de Normandía porqué está casado y es muy probable que pronto quiera ser padre, pero a favor nuestro tenemos el hecho de que es un maldito ingenuo y por lo tanto será fácil acabar con su vida. Aún no hemos infiltrado ningún agente en su corte porqué tú maestra de espías, Blanca de Aragón, cree que el mejor momento será aprovechar vuestra boda con su hermana pues estará lejos de los suyos.
- Veo que lo tenéis todo pensado cancillera, pero hay una cosa que no veo clara…
- ¿Qué cosa?
- Si todos tus planes funcionan mi hijo será el próximo rey de la monarquía gala, no obstante ya sabemos que muchas veces el amor entre padres e hijos se convierte en el más terrible de los odios y por lo tanto es posible que mi hijo cuando sea rey quisiera tener a sus manos la corona de su padre mediante la ayuda de Marte o que haga algo que le perjudique y convierta su reino en un campo de ruinas.
- Bien observado señor, yo también pensé sobre este asunto. La solución es tan simple como cruel, cuando vuestro hijo suba al trono lo matáis y así te conviertes en el primer rey de la monarquía franco-aragonesa.
- Cualquier sacrificio será poco por el engrandecimiento del reino de mis padres – contestó fríamente el soberano mientras se imaginaba siendo coronado en la catedral de Reims (lugar tradicional de coronación de los reyes franceses), aunque de repente este pensamiento cambió por otro más propio de un joven en la flor de la vida y con curiosidad dijo – Pediré la mano de Marie, como vos aconsejáis, pero antes quisiera saber una cosa. ¿La chica es guapa?
- Señor mío no os quiero engañar. En este asunto la forma de la cara y el cuerpo de la chica es una cuestión secundaria, porqué por decirlo finamente Marie es de “peculiar belleza”.


Marie de Valois

- Lastima… – contestó resignado mientras mentalmente intentaba hacer una lista de todas las venus que había en su Corte– ya se sabe que si quiero conquistar el mundo grandes sacrificios tendré que hacer, aunque nunca me imaginé que serian tan grandes.
Durante toda la conversa Elisenda se había fijado en los ojos del monarca dónde vio reflejada una cosa que le gustó mucho, y además le hacía pensar al difunto Jaime II: la ambición. La ambición de querer llevar la Corona a los podios más grandes de toda la cristiandad, la ambición que hace que cualquier dificultad sea aniquilada sin contemplaciones. Aunque al principio tenía sus dudas, ahora estaba completamente segura de que Aragón tenía un soberano digno que haría que de su gloria se hablase eternamente.

(Fin del capítulo)

2. Cuarenta años en el desierto (1ra parte):

Aunque en aquella noche no durmió mucho, y lógicamente mañana estaba muy cansado, Pere dictó una carta a su escribano en que pedía al rey castellano Alfonso XI una alianza con su reino. No obstante no tuvo tiempo de terminarla, pues mientras la hacía llegó en la Corte un diplomático castellano que ofrecía la amistad de su señor al rey aragonés. Como es lógico este la aceptó sin pensárselo dos veces.


Por lo que hace a la petición de mano enviada al rey francés tardó más de lo esperado en llegar a sus manos, pero por satisfacción nuestra Philippe nos la otorgó. Poco después llegó Marie, con una gran comitiva, al nuestro reino casándose en medio de una gran ceremonia a la catedral de Girona. Pere estaba muy feliz por los grandes resultados obtenidos en este asunto, como la rica dote que habían entregado los franceses consistente en quinientos florines de oro.


En la boda asistieron grandes altos mandatarios del reino vecino destacando entre ellos el nuevo cuñado del rey, Jean de Valois. En verlo Pere para sentarse en el trono de la flor de lis antes tenía que liquidar ciertos asuntos.
Ordenó a la maestra de espías que el duque de Normandía no tenía que volver vivo a su casa y ella, sabiendo el humor de su soberano ante los fracasos, empezó a preparar el atentado.
En teoría todo parecía muy simple. Todo el mundo sabía que, aunque estaba casado, en Girona disfrutaba de los favores de la bella esposa de un viejo burgués y que cada noche el iba, solo, a casa de ella pues su marido estaba en un largo viaje de negocios.

La casa de la amante de Jean (Fontana d’Or, el mejor palacio gerundense medieval aunque está muy restaurado)

Uno de nuestros mejores asesinos, disfrazado de vulgar ladrón, lo atacaría cuando hiciera una de sus salidas nocturnas y lo mataría haciendo ver que todo había sido un simple atraco. El problema es que aunque pueda que fuera un ingenuo incompetente como espadachín era bueno y nuestro pobre hombre se fue al otro barrio con un agujero en el estomago. Lo único de positivo es que nadie nos relacionó con todo esto.
El siguiente intento fue cuando Jean volvía hacia Francia. Un grupo de mercenarios contratados especialmente por la ocasión atacaría su caravana cuando pasara por un angosto camino. Lástima que el ataque fue un fracaso absoluto por la épica resistencia de los franceses, aunque por suerte nuestra mataron a todos los atacantes llevándose a la tumba el nombre de quien los había contratado.
Ante el hecho de que el rey se subía por las paredes Blanca hizo otro intento desesperado usando el tradicional sistema del “accidente de cacera por flecha desviada”. Jean había decidido hacer una visita a su padre antes de ir a su ducado, y para celebrar el encuentro decidieron celebrar unas grandes cacerías en los bosques de alrededor de París. Por asegurarnos el éxito, ante los repetidos fracasos, infiltramos uno de nuestros agentes entre los cuidadores que se encargan de los perros de Philippe. Aunque anteriormente había cumplido a la perfección encargos importantes esta vez fracasó estrepitosamente porqué lo reconoció un noble que había perdido su padre en las manos de nuestro hombre. Cuando fue capturado lo sometieron a torturas terribles en las cuales confesó quien lo había enviado, hecho que hizo que todas las cortes europeas viesen a Pere como un monarca con el cual era peligroso hacer tratos de cualquier clase. Harto de tantos fracasos nuestro rey decidió suspender todos los intentos de matar a Jean, al menos durante una temporada.

¿Mejor que lo dejamos para otro día?

Para distraerse decidió hacer una visita a su hermano Jaume, conde de Urgell, estando tan encantado con la recepción que le dio que lo hizo Duque de la Marca Hispánica ante el pueblo excitado de Balaguer, la capital de dicho condado.

Balaguer en la actualidad.

Sabiendo que tarde o temprano la Corona de Aragón entraría en un conflicto bélico ordenó que en todos sus dominios se hiciesen cuarteles en las principales ciudades para poder mejorar la calidad de las milicias ciudadanas y no depender tanto de las levas feudales. Los primeros se hicieron en el reino de Valencia.
Poco después llegó una noticia de las tierras valencianas, concretamente de las castellonenses. Los principales terratenientes de la zona para poder aumentar las vendas de arroz hicieron talar muchos bosques para convertirlos en campos de conreo. Esto alegró a Pere pues con este hecho los ingresos que se extraen de la zona aumentaron.

Por fin buenas noticias.

No obstante otra noticia proveniente de dicho reino lo amargó profundamente porqué Joan, el infante conde de Denia y uno de los hijos de Leonor de Castilla, declaró públicamente que consideraba erróneas las leyes del Reino de Valencia y que por lo tanto el nunca las aplicaría en sus dominios. Este hecho hizo disminuir aun más el prestigio de Pere por desesperación de este.

La felicidad dura tan poco en la casa del pobre.

A finales de Julio nuestros espías, infiltrados en la corte normanda, nos informaron del hecho de que Jean había dejado embarazada a su esposa. Esto le impactó tanto a Pedro que durante un tiempo estuvo al borde de la depresión murmurando maniáticamente en todo momento: ¿Cuándo terminará esta travesía en el desierto? ¿Cuándo terminará esta travesía en el desierto? ¿Cuándo terminará esta travesía en el desierto? ¿Cuándo terminará esta travesía en el desierto?

¿Por qué el desgraciado tendrá que tener tanta buena puntería?


(...continuará...)

2. Cuarenta años en el desierto (2da parte):

No fue hasta medio hasta medio año después, en el frio mes de enero del 1338, cuando una noticia animó a Pere. Después de muchos esfuerzos en la cama, a veces los más agotadores, Marie de Valois por fin estaba embarazada. Esto hizo que Pere ordenase celebrar una misa mayor en la catedral de Valencia, ciudad donde estaba des de hacia un par de meses para dirigir la ampliación del puerto para satisfacer el creciente comercio valenciano, para dar gracias a Dios por la buena noticia y para pedirle que no hubiera ningún problema durante la gestación.


Tan feliz estaba que cuando le informaron que Jean ya tenía un precioso hijo llamado Hugues contestó con una risa sarcástica: Os preocupáis demasiado, con lo confiado que es este niño cuando sea necesario ya nos desharemos de él fácilmente. Pero en su interior la preocupación de que el trono francés escapase de sus manos ya le rondaba.

Una piedra en el camino de la Corona de Aragón

No obstante fue otro hecho el que hizo ver a Pere que el tiempo de la contemplación había terminado y que era la hora de tomar importantes decisiones:
- Señores, como ya sabéis el reino de Mallorques hace un par de semanas, concretamente el día veinte de marzo, declaró la guerra al reino Hafsida. Aunque los motivos alegados por el rey Jaume III son la típica cantinela de lucha contra el infiel me gustaría que tu, Elisenda, me dieses tu opinión.
- Mallorques ha declarado la guerra por dos motivos principalmente. El primer de todos es que desde su fundación el reino ha sido muy débil frente a los otros por su escasa cohesión territorial, por esto sabe que si consigue unos grandes dominios en África obtendría un gran poder que lo convertiría en un digno rival de Francia i Aragón, además de tener un gran prestigio entre la Cristiandad por la lucha contra el sarraceno. El otro motivo es que el jeque de Annaba, un vasallo del rey Hafsida, intentó cobrar más tributos a la colonia mallorquina de de comerciantes que hay en su ciudad y cuando estos se negaron fueron expulsados violentamente; los supervivientes presentaron sus quejas ante Jaume y este, habiendo sido informado de que el rey Hafsida estaba pensando en aumentar la tributación al comercio que hay con Mallorca, decidió que la mejor solución parar poder preservar el beneficioso comercio era expulsar los gobernantes musulmanes de la zona.

Tunis, capital del reino Hafsida

- Muy bien, o sea que todo es cuestión de vil dinero ¿No? – contestó Pere entrelazando las manos – Senescal Roger Almenara ¿Tú crees que los baleáricos están preparados para la aventura?
- Es difícil de decir, porque aunque los tunecinos son el reino más débil del África del Norte sus huestes son ligeramente superiores a las mallorquinas y además estas no están acostumbradas en luchar con el clima desértico. Por lo tanto creo que les será muy difícil la conquista del reino Hafsida, y aunque lo veo poco probable temo que en el peor de los escenarios las Islas Baleares se pueden ver implicadas en la espiral de destrucción.
- Ho sea que gane quien gane el vencedor saldrá muy debilitado ¿No?
- Si.
- Estimada maestra racional (contable en la Corona de Aragón), Maria de Aragón ¿Si quisiéramos aprovechar esta favorable conjetura y atacar al reino Hafsida sería un gran esfuerzo para nuestras arcas?
- Os lo diré sin embudos mi rey – chasqueó la consejera – Para poder emprender una expedición de esta magnitud con un mínimo de garantías es necesario convocar la mayor parte de vuestra mesnada feudal, que está compuesta por unos veinte-mil soldados. Teniendo esto en cuenta, y el hecho de que además tendríamos que pagar la flota para poder llevar a vuestros hombres a la otra orilla del Mediterráneo, diría que como mínimo necesitaríamos unos mil florines…
- ¡¿MIL FLORINES?! – interrumpió el rey sorprendido viendo que la broma salía cara – ¿Y si solo convocara parte de mi hueste y todas las tropas de mis vasallos no me saldría más barata mi aventura?
- Tienes razón mi señor – y en ver la cara de alivio de Pere le dijo todo seguido – Pero el coste del transporte tampoco cambiará mucho y, como ya sabes, los nobles catalanes y aragoneses no son una gente que les guste mucho esto de ir a luchar a lugares lejanos y salvajes, o sea que su lealtad hacia vosotros empeorará bastante. Además, según la vieja costumbre, las ciudades infieles se las queda el máximo líder del ejercito que la ha capturado y como nuestro señor no podrá estar en todos los sitios muchas de ellas caerán en manos de de nuestros aristócratas aumentando así su poder.
- Pues sí que es complicado el asunto… - murmuró Pere mientras estaba pensando sobre lo que le había dicho María cuando de repente una idea se le apareció en la cabeza – Atacar al reino de Mallorques nos saldrá más barato ¿No?
- ¡Señor! – contestó bien fuerte Elisenda – Mallorques es un reino cristiano, por lo cual el único modo que tenemos para quedarnos con sus tierras es reivindicarlas y esto hará que tu prestigio baje. Y si esto no fuera suficiente atacar un reino que lucha contra los infieles hará que muchos os consideren como un nuevo Nerón y no como un rey cristiano. Además…
- Estimada dama – interrumpió con tono imperativo el monarca – Aunque es un reino independiente en teoría Jaume III es vasallo miro, por lo tanto si fracasa en la guerra lo podré acusar públicamente de mal señor, por dejar indefenso a sus súbditos y embarcarlos en esta locura, y como soberano suyo le podré arrancar sus títulos por incumplir con sus obligaciones feudales. ¿Tengo razón? – Preguntó con tono burlón a Elisenda.
- ¿Y vuestro prestigio que? – preguntó ácidamente la cancillera.
- Aunque no seré el soberano más popular de Europa creo que el otorgamiento de de varios títulos hará que al menos lo tenga limpio durante una temporadita. Y además la villa de Montpeller es de las más ricas de la región, hecho que hará mejorar los ingresos de la tesorería y nos permitirá iniciar nuevas campañas. Si, la fin de Mallorques será el inicio de la gran expansión de Aragón.

Catedral de Palma de Mallorca, capital del reino de Mallorques

Pocos días después de la reunión, cuando Pere aun ensalivaba la corona de Mallorques, una noticia hizo volver a nuestro monarca en la realidad. Cuando no habían pasado ni dos semanas del nacimiento de Hugues el duque de Normandía volvía a dejar preñada a su mujer. Una vez recuperado del susto el rey dio órdenes a Blanca de Aragón de asesinar a Jean, dejándole claro que el más mínimo fracaso sería castigado del exilio de nuestro reino sin posibilidad de retorno.


Blanca, viendo que la amenaza de Pere era seria, empezó inmediatamente a pensar como ejecutar el homicidio. Al cabo de un rato, habiendo rechazado los planos sencillos porque anteriormente habían demostrado su fracaso, le vino a la mente uno de tan complejo que hubiera podido ser tenido por ideado por el propio diablo.
Jean tenia gran afición para la caza, aunque des del frustrado atentado por seguridad no había vuelto a ir. Pero para celebrar el segundo embarazo de su esposa decidió celebrar una gran cacería en un bosque, que era su coto de caza particular. Para mayor seguridad del príncipe aquí solo había ciervos, perdices y jabalíes; pues los animales más peligrosos, como el oso y el lobo, hacía tiempo que habían sido exterminados.
Sabiendo todo esto y del hecho que el bosque era escasamente vigilado Blanca ordenó dejar allí un “regalo” para el “querido” cuñado del rey.

(...continuará...)

2. Cuarenta años en el desierto (3ra parte):

Hacía meses que no podía lanzarse a los bosques para abatir animales, exactamente des del fracasado intento para matarlo por parte de los catalanes pues su padre le había ordenado que debajo ninguna condición se fuera de cacera, al menos durante una temporada. Viendo que no habían hecho ningún intento durante este tiempo decidió organizar una gran cacería, aunque muchos le habían intentado que se sacara la idea de la cabeza, para celebrar el segundo embarazo de su esposa. Después de estar demasiado tiempo recluido como una fiera en una jaula dorada por fin podría volver a disfrutar de la naturaleza, no obstante lo que le hacía más ilusión era hacer el gran banquete, en el salón principal del castillo, que harían esta noche con las presas capturadas; donde intentaría seducir aquella criada de bellos ojos y de proporcionadas formas, porque aunque quería mucho a su mujer ya se sabe que a las embarazadas se les tiene que dejar tranquilas en la cama y por esto es mejor que sus hombres consuman su libido en otras mujeres.

- ¡Señor! ¡Cuando quieras podemos empezar la cacería!

Este grito proferido por su ayudante lo sacó de unos húmedos sueños y lo devolvió a la realidad. Aunque su cabeza continuaba pensando en la noche que tendría, su cuerpo salió de la tienda donde estaba y observó la gran agrupación de cazadores, criados y soldados que había delante de él esperando sus órdenes:

- ¡Estimados compañeros! Hacía tiempo que no teníamos ocasión de reunirnos en tan magnífica ocasión. Aunque en la última vez que nos reunimos cierto “incidente” causado por el aragonés nos enturbió el ánimo de todos, gracias el Altísimo que los malos aires del sud hace tiempo que se han desvanecido y ahora el Sol del norte brilla con toda su intensidad. Señores no os quiero llenar la mente de malignos y tenebrosos pensamientos, que ya suficientes preocupaciones nos lleva la vida cuotidiana y de vez en cuando nuestra mente nos pide una distracción para no perder la cordura; por lo cual doy por iniciada esta jornada y deseo la mayor suerte para todos los asistentes.



Mientras todo el mundo iba a su puesto Jean se dirigió directamente donde lo esperaba su guardia y los criados que se encargaban de sus perros para subir a su caballo, coger la ballesta que siempre usaba para estas ocasiones y, cuando vio que todo estaba a punto, hizo sonar su cuerno de cacería para ordenar a sus acompañantes que entrasen al bosque.
Este se reveló como fructífero en caza y que los largos meses de espera por fin tendrían su recompensa. En todo momento se veía alguna presa para capturar, y al final tenían que dejar escapar a varias porque los pobres criados no las podían llevar todas al campamento. ¿Perdices? Si les arrancáramos sus plumas y hiciéramos un pilón con ellas este cubriría a una persona. ¿Jabalíes? Con la piel de todos los abatidos podríamos cubrir completamente las paredes del salón principal. ¿Ciervos? Con todos los cuernos de los muertos podríamos hacer un puentecito para cruzar un riachuelo.



Cuando empezó a sentir que el agotamiento invadía su cuerpo, y que sus acompañantes y sus monturas estaban resoplando fuertemente, decidió, muy a su pesar, tomar un descanso y comer un poco para recuperar fuerzas y volver rápido a la cacería.
Mientras los excelentes vinos borgoñones ablandaban las resecas golas y las dulces aromas entraban traviesas en las narices, unos ruidos detrás de unas matas hizo que todos se pusieran en alerta. Les extrañó que algún animal se atreviese a cercarse tanto, pero decidieron aprovechar la suerte y se levantando apuntando con sus ballestas al lugar de donde había salido el ruido. Pero de repente una mano ensangrentada que solo tenía un par de dedos salió de la mata en medio de débiles gritos de auxilio.
Una vez superado el espanto cogieron al pobre hombre y lo estiraron a tierra. Tenía heridas por todas partes, siendo las más graves las situadas en su brazo derecho, donde le faltaba más de media mano, y en su cama derecha, que le faltaba un pedazo de muslo producto de un mordisco. El peor de todo, no obstante, era su mirada, la propia de un hombre que ha visto el infierno.
Aunque en su interior se estaba intranquilizando pensando en que le podría haber pasado a este pobre desgraciado decidió mantener la apariencia de firmeza, para no espantar a sus hombres, y le preguntó:

- ¿Quién eres?
- Me llamo Denis de Amiens, escudero al servicio del conde de Vexin – contestó con la voz rota en medio de un rio de sangre que le salía de la boca.
- ¿Dónde está tu señor?
- Muerto.
- ¿Y tus compañeros? – inquirió sorprendido por la anterior respuesta Jean.
- Muertos, todos están muertos.
- ¿Qué ha sucedido? ¿Bandidos? - preguntó cada vez más nervioso el duque.
- ¿Bandidos? – dijo irónico Denis antes de soltar una fuerte carcajada – Quien ha masacrado a mis compañeros no es ningún hijo de Adán, sino mas bien es un hijo de Lucifer quien los ha matado.
- ¿Qué quieres decir?
- No tenéis escapatoria señor…. el conoce los bosques.… no os podréis escapar… – dijo en medio de resoplos más seguidos y llenos se sangre, justo antes de morir dijo – Nos veremos pronto en el infierno… señor….

Jean, sabiendo que seguramente él y sus compañeros no podrían hacer frente a la amenaza solos, decidió ir en buscar de los caballos, que estaban junto con los criados y los perros en un claro cercano, cuando de repente oyó muchos ladridos, relinchos, gritos y un rugido que parecía propia de una bestia del averno. Aceleraron el paso mientras él y sus compañeros sacaban la espada, en llegar al claro quedaron un momento parados por la dantesca escena que contemplaron; los caballos que estaban gravemente heridos intentaban huir de la carnicería sin mirar sobre quien pasaban, los perros atacaban por olas al agresor aunque en cada ataque muchos de ellos morían desmembrados, mientras los escuderos y los criados atacaban con lanzas y flechas a la abominación pero más de uno se tenía que retirar por las graves heridas que tenia, y en medio de todo, como un arcaico combatiente infernal, se levantaba un inmenso oso. Normalmente estas criaturas intentaban huir de la presencia humana, pero la baba que salía en abundancia de su boca, la mirada enfermiza y la ferocidad inaudita indicaban claramente que estaba infectado por la rabia.



Viendo que los sirvientes estaban a punto de ser derrotados Jean urgió a sus acompañantes para matar a la fiera. Aunque fueron obligaron a su señor que no interviniera en la lucha, porque si moría el heredero del rey de Francia seria un mocoso que aun no tenía ni una primavera y si esto sucediera dejaría en una posición difícil el reino.
Jean se estaba enfureciendo, con el rato, porque aunque parecía increíble el oso estaba derrotando a sus contrincantes y les causaba gran matanza. Cuando no se pudo aguantar más se lanzó a la lucha brandando su espada, la bestia era rápida pero él le clavó un par de estocadas, creyendo que ya estaba a punto de morir decidió hacer una jugada arriesgada hundiendo su espada en el cuello de la criatura, esta cayó pero por sorpresa de todos en un último esfuerzo se levantó y de una zarpada le arrancó la cabeza a Jean ante los ojos de sus impotentes compañeros.


Saint Denis, iglesia situada cerca de París donde se enterraban los miembros de la familia real francesa, como nuestro “querido” querido duque de Normandía.

Como ya os podéis imaginar cuando en Aragón llegó la noticia de que el pobre Jean había muerto a manos de una criatura endemoniada un par de personas durmieran como no lo habían hecho desde hacia tiempo.

(Fin del capítulo)

Muy currado.

Gracias por compartir algo así Baal.

Suerte con el AAR.