¡Buenas!
He, he... Idíbil, a ver si es verdad. Por ahora, los ejércitos cartagineses no parecen menguar ni en número ni en calidad. No sé si al final me pasaran por encima... ;)
Sigo con el relato de mi partida.
LA RECONQUISTA DE KESSE
Estaba sitiando Kesse. Una sorpresa agradable y otra no:
- la agradable: veo que, aún en el mar, se acerca un barco. Trae un general cartaginés con una única unidad de jinetes hostigadores numidas. No parece demasiada amenaza. Mantengo el sitio (faltan 3 turnos). Recordad que dentro hay elefantes y falanges... no deseo entrar a luchar y perder un montón de soldados.
Al pasar el turno, el general desembarca... y recluta a todos los mercenarios posibles. Pero, por suerte, se le acaba el movimiento antes de atacar el ejécito sitiador.
Por azar, tenía el ejército ligero cerca de Iltirta, ya que quería mejorarlo (tengo 2, uno al 100% con varios scuttari y otro al 50%, con tropas ligeras). Así que lanzo el ejército ligero contra los refuerzos. Ellos tienen, a parte del general cartaginés y la unidad de jinetes nimidas, a 5 unidades de infantería pesada. Supongo que contra un humano sería mucho más complicado, pero contra IA, mi ejército ligero (1 general, 4 jinetes hostigadores, 4 honderos y 2 caetra) puede vencerlos relativamente fácil en una batalla nocturna. Táctica de hostigamiento al 100%.
- y lo malo. Jubal de Salda (general cartaginés con un ejército al 100%, reforzado con mercenarios hispanos) se acerca a Kesse. En un turno, podría atacarme y romper el sitio. Construyo un fuerte justo delante del puente, para evitar un ataque directo. Claro que, teniendo elefantes, podría atacar/conquistar el fuerte y seguir avanzando hasta Kesse y obligarme a luchar contra dos ejércitos.
Por suerte (o más bien por cosas de la IA), Jubal se da la vuelta y parece que va a atacar a sus enemigos edetanos. ¡Mientras se da una vuelta, pasa el turno y tomo Kesse! ¡Después de tantos turnos... vuelve a ser mía!
Mientras Jubal no se decide a atacar a los edetanos, reorganizo y completo mis tropas algo tocadas.
EL IMPERIO (ILERGETA) CONTRAATACA.
Pues sí. Tengo Kesse, mi economía lo nota positivamente. Dispongo de dos ejércitos, el completo, el ligero. Los galos siguen agrupados al norte. Los celtiberos y cántabros ya luchan entre ellos, pero nunca se sabe. No quiero alejar de mis enclaves mi ejército completo. Pero... ¿y el ligero? Es muy arriesgado, pero tengo a 4 espías por edetania.
Tomo la iniciativa, mientras coloco el ejército completo en el puente al sur de Kesse, tapando una posible invasión cartaginesa con lo mejorcito que tengo.
Recluto dos barcas, y embarco al ejército ligero. ¿Qué objetivo escojer? Uno que esté bastante desguarnecido: Seiti.
Como no llego muy lejos con las barcas, y no quiero arriesgarme a una batalla naval (derrota segura), llego justillo a desembarcar en un sitio realmente curioso...
Al siguiente turno, desembarco y sitio Seiti. A pesar de haber metido 4 espías (55% de posibilidades), no pueden abrirme las puertas. Al norte, tengo al ejército del terrible Jubal que si me pilla me machaca. Dudo de si llegará a tiempo o no (parece estar al límite de su movimiento).
Mientras transportaba a este ejército, he visto una flota cartaginesa. Un solo de sus barcos (ignoro cual, no podía verlo), estaba hasta el tope transportando todo un ejército cartaginés. Con elefantes y todo. Así que... tenía que arriesgarme: lanzo mis dos barcas y... ¡sorpresa! la flota enemiga debía estar medio destruida, porque el combate salía igualado y... ¡Vence! Una estrella para mi almirante, y todo un ejército cartaginés al fondo del Mediterráneo...
Al pasar el turno, Jubal me alcanza el ejército ligero que sitiaba Seiti. Intento huir, pero me sigue y me alcanza otra vez. Presento batalla temiendome lo peor: no tengo ninguna oportunidad... y temo por la vida del general (no es el mejor de la familia, pero no está mal).
Soy derrotado, aunque hago un papel digno. Por suerte, mi general y algunas tropas diezmadas huyen (de esa manera tan realista que tienen los TW). En su loca carrera, quedan bastante al oeste de Saguntum. Y allí es donde me toca mi turno.
Muevo los 4 espías de Saiti a Saguntum. Solo hay una pequeña guarnición. Envío otro espía. Hay un 65% de posibilidades de que me abran las puertas.
Si tengo que sitiar, me quedo clavado allí. Y Jubal está muy cerca...
Finalmente, me lanzo al ataque...
Saqueo hasta los cimientos Saguntum. Con el general y los jinetes hostigadores, puedo volver a embarcarme. Tengo que dejar atrás a los honderos y caetra, no tienen más movimiento... Si pasa lo que tiene que pasar, Jubal tomará de nuevo Saguntum. Apenado por los hombres que van a morir, pero esperanzado en que ninguna nave cartaginesa me ataque en alta mar donde llevo mi general de regreso a casa.
Al pasar el turno, Jubal el cartaginés entra en Saguntum, reconquistando esta población.
La razzia me deja un sabor agridulce. He conseguido lo que quería, saquear y debilitar alguna ciudad en un ataque sorpresa y retirada. Aún no puedo invadir y defender edetania sin dejar desguarnecido el Ebro. Retirarse era parte del plan, pero la huida ha sido demasiado deshonrosa, dejando tropas a manos del enemigo.
Mi general, que en barca llega hasta Kesse, promete vengar sus hombres en cuanto pueda...
TONTERÍAS QUE NO ACABAN BIEN.
¿Recordáis los dos scuttari que envié a África? De turno en turno, buscando un enclave sin apenas guarnición (y a poder ser, sin murallas), llegaron sin ser molestados hasta...
Por cierto, como podéis ver, mi única barca se queda detenida delante de 2 flotas super-poderosas cartaginesas...
Pero (otra vez la IA) al pasar el turno, la flota no me ataca mi barca. En cambio, un pequeño ejército cartaginés (ignoro qué unidades son), pero el doble de de grande de mis dos scuttaris (bueno, 1 y medio), me ataca por tierra.
Como lo veo muy mal, le doy a "resolución automática". ¡Y vencen! Qué cosas...
Pero los supervivientes, se refugian en Gadir. Lo veo casi imposible de asaltar y tomar. Toca retirarse.
Los embarco en mi barca (los marineros aún tienen los huevos por corbata), y intento alejarme todo lo que puedo. Incluso llegado el momento, pienso que aún podré salir bien parado. Pero no... una de las flotas se despierta y me envía al fondo del mar...
Y hasta aquí, mi campaña. Si sigo con tiempo (y ganas, seamos sinceros), os la seguiré narrando.