Buenas, quí estoy, con nuevas des de Hispania.
Después de una derrota al caudillo cántabro Cado, que aún sigue vivo, con 52 años y siendo el heredero de la facción (lo cual quiere decir que como el actual líder cántabro, de 23, no folle sin parar, desaparecerán) acaudilla los restos de su ejército (uno que antaño ya me venció al norte de Uarakos) en la Gallaecia, el último reducto cántabro, establecido en el pueblo de Lucus, que no cuenta ni tan siquiera con empalizadas.
Como decía, después de derrotar a Cado, puse sitio a la maldecida Bergida, que cayó después de una dura batalla por sus calles y la consiguiente catástrofe para sus habitantes, sus lugares de culto y su vida social. La guerra había llegado a su punto de inflexión, el futuro de los cántabros se reduía a un extremo de la península olvidado de la mano de dios, un futuro muy negro. Con Lucus a rebosar de soldados, y Cado con los restos de sus mercenarios (algunas unidades, de pocos efectivos, tienen hasta dos galones dorados de experiencia) y otros galaicos, protege Lucus como puede, pues actualmente hay dos ejércitos esperando el error de Cado de atacar uno de los dos, pues debe permanecer cerca de la ciudad para socorrerla, ya que no tiene murallas.
Pero el cocido estaba en otras partes. Con ruido de espadas al otro lado de los pirineos (padanos en Bordeus (no recuerdo el nombre en el mapa del ITW), los ilergetes han conquistado Baetera a los galos transalpinos, y violan de vez en cuando las fronteras de Iakka, etc) y el panorama ibérico agitado, la cosa no es para menos. En el sur, unos renovados lusitanos (que habrían perecido con su infanteria ligera ante celtíberos y turdetanos) con sus infanterias pesadas y demás ha conquistado Kart Luba, eso es, los túrdulos, y el mapa de los turdetanos se ha mermado seriosamente, pues están también en guerra con los edetanos, que, después de muchas guerras con los ilergetes, han amasado ejércitos y están en plan expansivo (más de supervivencia que de imperialismo, pero expansivo igual), al igual que los lusitanos, que se esfuerzan en atonyinar (vocablo catalán cuyo significado viene a ser apalizar) a los turdetanos que, pobre de mi, son aliados míos.
Pero no todo está perdido. Des de Bracara a Iakka y des de Bergida a Contrebia, los celtíberos disponen de una de las mejores máquinas de guerra de la península, y a su vez el poderío estatal está entrando en funcionamiento: El eje de urbes Nomantike-Turiazu me permite hacer los mejores ejércitos (uno detrás de otro) cada 7-8 turnos, esto es, cada 2-3 años hay un ejército nuevecito y listo para dar guerra a quien se tercie. Además, hace poco he abierto un nuevo eje, más largo, pero de rendimiento casi igual: Uarakos-Saltuie. Y esto es por lo que os explicaré.
He dicho que los edetanos habían amasado ejércitos. Reconquistaron Mastia, y tienen su punto fuerte en el eje Kastilo-Saiti, de manera que tienen ejércitos patrullando y, a su vez, violando de vez en cuando ( y cada vez con más frecuencia) mis fronteras de Contrebia, Erkauika y Tamaniu, donde solo tengo dos ejércitos para controlarla, lo que es insuficiente, y que además estan semiobsoletos con muchas unidades mercenarias. Con patrullas pequeñas de capitanes aún un soborno express vale para desalojar a los intrusos, pero con un ejército grande no quiero (porque podría igual, retoco los archivos del juego y todo dios tiene pasta hasta las cejas, pero si lo hago me cargo la jugabilidad) así que debo hacer uso de mis ejércitos para ir barrando el paso a los intrusos.
Pero la guerra era inevitable. Tarde o temprano iba a ocurrir. Después de saludar a Erkauika, un ejército edetano bien provisto puso asedio a Contrebia, declarando así la guerra. Las ciudades a mí no me preocupan, y menos las conquistadas, pues suelo dejar de guarnición el ejército que las conquistó; así que mi ejército de frontera se enfrentó a otro edetano cerca de un río al sur de Erkauika (cera de la frontera) y los venció, en una batalla más o menos de manual. El siguiente paso fue despejar la Edetania de patrullas con un par de sobornos y poner asedio a Arse, que aunque tiene murallas estaba desprotegida con poca guarnición. Al turno siguiente perecía la ciudad, aún a coste más o menos elevado de mi infantería pues después de la brecha abierta de la mina, no quise utilizar la caballería (y eso que mis ejércitos los hago de hasta 6 unidades de caballería, si puede ser bela).
Por otra parte, esto me desató de mi alianza con los galos transalpinos, que suficientemente mal lo estaban pasando. Y aquí estoy. En guerra con los edetanos, con dos ejércitos a punto de salir de fábrica, con los cántabros esperando su final, con el omnipresente temor galo del norte (los cabrones de los padanos están conquistando con ejércitos repletos de toutiomari, unidades de infantería pesada gala) y los inestables ilergetes, que heridos en su honor buscan gloria y aire. Y, sin olvidar en ningún momento, que detrás de los padanos hay los itálicos que, por su parte, han barrido del mapa (eso lo sé por noticias, pues más allá de Masalia y Bordeus no sé qué o quién hay) a los romanos y a los griegos, y eso no es en absoluto moco de pavo...
