Pues sería buena idea crear dicho hilo Esparti, yo me he aficionado recientemente a la historia militar naval española entre los siglos XVII-XVIII y resulta apasionante, solo que nuestros ineptos gobernantes (con alguna excepción como el rey Carlos III, que le dió un impulso notable a nuestros astilleros y logró tener una excelente armada), se hubieran ocupado un poco mas de la marina, sin duda se hubiera podido mantener el poderío español en todos los frentes en bastante mas tiempo.
Sobre la capacidad de nuestros marinos en esos años, la dejadez de nuestros gobernantes, dejándose pudrir literalmente a muchos de nuestros barcos en el dique seco, por falta de mantenimiento y de fondos y el no tener un número de marinos adiestrado para ello, léase la fiebre amarilla que asoló las costas españolas en esos años diezmando a muchos de ellos, cómo la incapacidad del estado para adiestrar a mas marineros, así fue que en las postrimetrías de la batalla de Trafalgar es sabido que los marinos con experiencia solo representaban el 20-25% de cada buque lo que obligó a reclutar a campesinos del interior que poco o nada tenían que ver con la vida a bordo de un navío de guerra, para acabar de compensar las dotaciones de cada barco se rellenaron con infantes da marina, lo que dejaba a pocos hombres aptos para maniobrar adecuadamente, aún así ese día salieron numerosos barcos sin las dotaciones adecuadas, aparte de que los propios capitanes de muchos navíos sufragaron un mantenimiento extra y un repintado del casco de su propio bolsillo para no pasar verguenza ajena ante sus aliados franceses.
sobre el Santísima Trinidad, es cierto que era un barco imponente pero cuanto mas leo de el, menos me gusta este barco, el famoso cuarto puente fue puesto por los problemas de navegabilidad que tenía y en casi todas las batallas en las que participó fue parcialmente o casi destruido, hundiéndose en esta ultima, ahí os dejo unos datos sobre el:
SANTÍSIMA TRINIDAD (Denominada La Real, 1769-1805)
Construcción: 1769, en los astilleros de La Habana
Desplazamiento: 2.200 toneladas de arqueo y 4.950 de desplazamiento
Eslora: 60 metros
Manga: 16 metros
Armamento en 1769: 120 cañones. 1ª Batería: 30 de 36 libras, 2ª Batería: 32 de 24 libras, 3ª Batería: 32 de 18 libras, Castillo y Alcázar: 26 de 8 libras
Armamento en 1805: 140 cañones. 1ª Batería: 32 de 36 libras, 2ª Batería: 34 de 24 libras, 3ª Batería: 36 de 12 libras, 4ª Batería: 18 de 6 libras, 14 obuses de 24 y 6 esmeriles
Inicialmente diseñado como un navío de 118 cañones para construirse según el sistema de Jorge Juan, su proyecto fue modificado en La Habana por Mateo Mullan.
La modificación del proyecto provocó varias deficiencias en la construcción que hubieron de ser subsanadas en El Ferrol en 1770, a donde acudió para instalar el armamento. Las reformas no aliviaron los problemas, pues el buque siguió con tendencia a cabecear en exceso y a inclinarse mucho durante las viradas. En 1772 se incorpora a la Escuadra del Mediterráneo participando en el segundo sitio de Gibraltar. Interviene en los combates de Espartel y San Vicente donde está a punto de ser capturado. Dado que era el mayor navío de la época, el esfuerzo inglés se dirigió a su captura, lo que fue impedido por el fuego del propio navío y el auxilio del Pelayo.
Quedó tan mal parado en este combate que se decidió su baja. Sin embargo, el prestigio de su nombre y el temor que suscitaba en la marina inglesa obligó a su reforma, convirtiéndose así, en el mayor navío de línea jamás construido y en el único de cuatro puentes o baterías. La reforma se hizo en contra de los criterios del Almirante Mazarredo que quería convertirlo en un buque de 90 cañones para mejorar su maniobrabilidad por la reducción de pesos.
En Trafalgar fue confundido con el buque insignia franco-español por lo que fue atacado por cuatro navíos ingleses, en su mayoría de más de 100 cañones. Tras varias horas de combate, y con 312 muertos y 338 heridos, se rindió. Cuando era remolcado hacia Gibraltar, zozobró cerca de la Punta de Caraminal.
Realmente era una autentica fortaleza flotante, sus 140 cañones y sus mas de 1.100 tripulantes hacían díficil el tomarlo o abordarlo, pero su tamaño y su falta de maniobrilidad era también su punto flaco ya que acababa rodeado por varios navíos y bombardeado casi a placer.