Steam Celtíberos

Sala Pública Celtíberos

Vitrina

a_10.jpg

Acceso al Castillo

Menú personal

Mensajes recibidos

Debe loguear para ver sus mensajes.
Enviar mensaje.

En línea...

Tenemos 619 invitados conectado

Estadísticas

  • Total Usuarios: 5617
  • Últ. Miembro: ujewulym
  • Total Mensajes: 74.5k
  • Total Temas: 5629
  • Total Secciones: 192
  • Total Categorías: 8
  • Abiertos hoy: 0
  • Abiertos Ayer: 0
  • Respuestas Hoy: 0
  • Respuestas Ayer: 0

+ Últimos Mensajes +

Últimas descargas

Bienvenido, Invitado
Nombre de Usuario Contraseña: Recordarme

La Batalla de Bannockburn, 1314.
(1 viendo) (1) Invitado
  • Página:
  • 1

TEMA: La Batalla de Bannockburn, 1314.

La Batalla de Bannockburn, 1314. 21 Jun 2008 00:21 #8152

  • Gale
Robert Bruce, el Rey más grande de Escocia.

Una tormentosa noche de 1286, el rey Alexander III de Escocia, salió de viaje su hacienda de Kingborn, para reunirse con su nueva esposa, la bella Yolande de Dreux. En la oscuridad, su caballo tropezó y ambos cayeron por un precipicio, y al amanecer hallaron su cuerpo con el cuello roto. Escocia se había quedado sin rey, y la sucesión estaba en peligro. El ambicioso rey inglés, Eduardo I, propuso un matrimonio entre su hijo de dos años Edward de Caernvaron, y la heredera de Alexander, su nieta Margaret, la doncella de Noruega. Pero Margaret murió y la sucesión escocesa quedó de nuevo en suspenso.
No faltaban pretendientes al trono de Escocia. Dos de ellos, John Balliol y Robert Bruce, eran descendientes del rey inglés David I. Los escoceses pidieron a Eduardo I que actuara de árbitro entre ellos, y se decidió por John Balliol. John no tardó en sufrir la humillación de Eduardo, y en 1295 los lores escoceses, sumamente enfadados, convencieron a Balliol para que renunciara a su lealtad hacia el rey inglés y firmara un tratado con los franceses que iniciaría lo que se acabó conociendo como ''alianza de antaño''. Siguieron doce años de derramamiento de sangre, pues el vengativo Eduardo invadió Escocia e intentó someter a los escoceses a toda costa.



Los bandos contendientes.






A la muerte de su padre, Robert Bruce (1273-1329) se conviertió en el séptimo lord de Annandale. Se le educó como a un miembro de la élite militar anglo-escocesa; su reputación de valiente y hábil guerrero era extraordinaria y se le consideraba uno de los ''tres mejores caballeros de la cristiandad'' (junto con el emperador Henry VII y Sir Giles d' Argentan). Hasta 1306, las lealtades hacia Bruce fueron cambiantes e inciertas. En 1296, con el estallido de la guerra, se puso del lado de Eduardo I, no por amor al rey inglés, sino porque la oposición a Eduardo estaba liderada por sus rivales, los Comyn, y Eduardo ofrecía una mayor esperanza de asegurar la monarquía. El 10 de febrero de 1306 Bruce se encontró con Comyn en la iglesia de Greyfriars, en Dumbries. Se echaron a las manos y Bruce clavó un puñal a su rival, dejando que sus secuaces lo remataran. El sacrílego asesinato no dejó opción a Bruce. Eduardo I lo declaró proscrito y el Papa lo excomulgó, de modo que Bruce aprovechó la oportunidad y fue coronado como Robert I, rey de los escoceses, en Scone el 25 de marzo.
Muchos escoceses se opusieron a él. Sus hermanas, su hija y Elizabeth, su reina, fueron capturadas y cayeron en manos de Eduardo I. Su hermano Neil fue capturado y brutalmente ejecutado en Berwick. En pocos meses se convirtió en un fugitivo en la diminuta isla de Rathlin, cerca de la costa de Ulster. Sin embargo, a comienzos de 1307, regresó a la isla principal, mientras sus dos hermanos menores, Thomas y Alexander, dirigieron una expedición a Galloway. Allí sus enemigos, los Macdowell, les tendieron una emboscada y los llevaron a Carlise, donde Eduardo mandó que los colgaran y exhibieran sus cabezas a la entrada de la ciudad.

Eduardo I ''el martillo de los escoceses'', lanzó sus tropas al sur de Escocia, pero el número de seguidores de Bruce iba en aumento y empezó a lograr algunas victorias frente a los ingleses. Eduardo murió el 7 de julio de 1307 en Burgh-by-Sands, en Solway, y, con ello, los escoceses se vieron aliviados del peso del yugo bajo el cual habían estado sometidos. Mientras, el frívolo hijo de Eduardo y su sucesor, Eduardo II, estaban distraídos por un asunto con Piers Gaveston y los problemas que tenían con sus recalcitrantes barones, Bruce se las veía con sus opositores escoceses. Primero se vengó de sus enemigos, los MacDowell; luego derrotó a su enemigo acérrimo, John Comyn, en Inverurie. Al llegar al verano de 1308 ya había conquistado Aberdeen, y su control sobre el noroeste era incontestable. Antes de 1309 la mayor parte de los opositores de Bruce habían sido derrotados, de modo que pudo centrar su atención en expulsar a los ingleses de su reino.
Se dice que la experiencia de Bruce como comandante antes de Bannockburn se había limitado a combates irregulares o de partisanos. No hay duda de que no tenía igual en ese campo, pues bajo su tutela, su diminuta fuerza era una temible guerrilla que cosechaba numerosas victorias, siempre moviéndose, haciendo incursiones relámpago, emboscadas y lanzando ataques nocturnos para sembrar el terror entre sus enemigos.



Puesto que Escocia era una nación pequeña y empobrecida, nunca podría desplegar una fuerza de hombres a caballo que fueran dignos rivales de la caballería armada de Inglaterra. Los escoceses eran, fundamentalmente, una fuerza de infantería, y dependían de sus formaciones en ''schiltron'', o formaciones muy compactas de lanceros, para llevar el peso del combate, con el apoyo de arqueros y una pequeña fuerza de caballería ligera. Sin embargo, el ejército que Bruce reunió a las afueras de Stirling en el verano de 1314 era una fuerza formidable, bien entrenada y dirigida, y motivada por un apasionado patriotismo. Se organizo, convencionalmente en tres divisiones o ''combates''. La vanguardia estaba encabezada por Thomas Rhandolph, cuyos hombres fueron reclutados de su mismo condado de Moray, de la parte más al norte, de Inverness y las ciudades más al noreste. El centro estaba dirigido por el rey, pero fue confiado a su hermano Edward Bruce, quien tenía consigo a los hombres de Buchan, Mar, Angus, Mearns, Mentheit, Strathearn, Lennox y un contigente de Galloway. El rey Robert se puso al frente de la reserva, o grupo de la retaguardia, formado por sus propios hombres de Carrick, a los que se sumaban los habitantes de las tierras bajas del sur de Escocia, los contingentes de los clanes de las tierras altas y los hombres de Angus Og MacDonall procedentes de Argyll y las Hébridas. El schiltron era la columna vertebral del ejército escocés. Formado por seis filas, constituía una barrera impenetrable, como un erizo de picas de hierro a modo de púas haciendo frente a la caballería pesada inglesa.


Bruce se dio cuenta de que la larga pica escocesa era un arma pesada e incómoda, y sólo resultaba efectiva si los hombres estaban bien organizados y entrenados. Los escoceses tenían fama de ser malos arqueros antes de la llegada de Robert. Bruce sabía el peligro que representaban los arcos largos ingleses y pretendía contrarrestar la amenaza con un gran ejército, de modo que equipó a sus arqueros escoceses con el arco largo. Los habitantes de las tierras altas usaban el hacha ''Lochaber'', y los de las tierras bajas utilizaban un arma enastada similar, el hacha ''Jedart'', con efectos terribles. Es posible que algunos escoceses combatieran en Bannockburn con estas armas, entremezcladas con los grupos de piqueros. La pequeña fuerza de caballería escocesa dirigida por el mariscal heredero, sir Robert Keith, probablemente no alcanzaba los 500 hombres. Su papel, a diferencia de la caballería pesada inglesa, no fue el de principal fuerza atacante sino el de caballería ligera, encargada de las tareas de reconocimiento. Avistaron a la fuerza inglesa que avanzaba e informaron a Bruce del tamaño de su ejército. No tenían capacidad para enfrentarse a la caballería inglesa y, de hecho, puede que desmontaran para combatir junto a los piqueros el segundo día de la batalla. El otro comandante de la caballería de Bruce fue James ''El Negro'' Douglas, cuyo padre, William Douglas, había sido asesinado en la Torre de Londres. Como líder guerrillero, Douglas se había ganado una temible reputación por su despiadada matanza de las guarniciones inglesas en el suroeste de Escocia.
Entretanto, Edward II había hecho las paces temporalmente con sus barones y estaba decidido a enfrentarse con los escoceses. Invadió Escocia en 1309 y de nuevo en 1310, pero los escoceses simplemente desaparecieron ante sus ojos, evitando la confrontación y destruyendo cualquier cosa útil en su retirada. Las costosas campañas de Edward no consiguieron nada, e inevitablemente se quedó sin dinero para pagar a sus tropas y tuvo que regresar al sur para hacer frente a las exigencias de sus intransigentes barones.


http://www.leader.gen.nz/medieval/cuir-bouilli/images/full/t_Kelly%20brass%20of%

Sir William Fitzralph, según una placa conmemorativa en la iglesia de Pebmarsh, Essex, h. 1320. La placa de Fitzralph es probablemente la mejor evidencia contemporánea de la armadura que llevaban los bien equipados caballeros ingleses en Bannockburn. Debajo de la túnica llevaban una coraza de planchas de metal. Sobre el almófar llevaban un yelmo o un bacinete con visor.


La Batalla de Bannockburn: 24 de Junio de 1314.

El número de hombres de Edward II llamó a filas en 1314 indica que su intención era realizar una invasión a gran escala, cuyo objetivo era sojuzgar por completo a los escoceses. Sin embargo, el conde de Lancaster y otros nobles ingleses de su misma facción no respondieron a la convocatoria del rey en Berwick y sólo enviaron el mínimo de hombres al que estaban obligados en tiempo de guerra. Solo los condes de Gloucester, Hereford, Pembroke y Angus acudieron a su llamada en persona. En 1314, el ejército de Edward II no era una fuerza disciplinada y escogida, sino, más bien, un enorme conjunto amorfo poco manejable de elementos dispares dirigidos por un rey que no era soldado. El condestable, encargado de la organización y conducta del ejército, solía dirigir la vanguardia o combate inicial. En Bannockburn el condestable fue el conde de Hereford, aunque el hecho de que Edward II designara a Gloucester como comandante adjunto de la vanguardia originó gran confusión. El combate principal estaba dirigido por el rey si estaba presente, de modo que podemos estar seguros de que Edward II estaba con la división de centro y que junto a él se encontraba la Guardia Real dirigida por su senescal, sir Edmund Mauley. No hay pruebas directas que indiquen quién dirigía la reserva, o el combate de la retaguardia, en Bannockburn.
Al parecer, Edward contaba con unos 10.000 soldados de infantería, entre lanceros y arqueros. La caballería incluía tanto contigentes feudales como pagados, así como las tropas montadas de su Guardia Real. También había contigentes extranjeros y mercenarios. El problema táctico de combinar fuerzas a pie y a caballo lo más eficazmente posible implicaba tender un puente en la brecha social existente entre las dos, y en Bannockburn esa brecha fue un factor determinante. La primera tarea de Edward fue liberar el castillo de Stirling, que estaba asediado por los escoceses. Es más, Edward Bruce había pactado con el gobernador de Stirling, sir Tomas Mowbray, que el castillo se rendiría si no era liberado antes del verano de 1314. El castillo dominaba el sur de Escocia y Bruce sabía que quien lo poseyera tendría la clave de acceso al norte de Escocia. Mientras los ingleses marchaban al norte, Bruce preparó a sus hombres para la inevitable batalla que decidiría el futuro del país.



Sir Marmaduke de Thweng, del castillo de Kilton, en Cleveland, se rindió ante Robert Bruce tras la Batalla de Bannockburn y, en gesto de generosidad, fue puesto en libertad sin rescate.

El 17 de Junio, las columnas inglesas vadearon el río Tweed. El conde de Pembroke iba a la cabeza con un ejército de caballería, pero no encontró ninguna oposición. Dos días después llegaron a Edimburgo. Aquí esperaron hasta el 21 de Junio, para dar tiempo a llegar al tren de equipajes y provisiones, formado por más de 200 elementos, que iba muy detrás de las largas columnas de infantería y caballería. En el cercano puente de Leith, los barcos ingleses desembarcaron provisiones para las tropas. Antes de caer la noche del 22 de Junio, los elementos de la avanzadilla inglesa ya estaban en los alrededores de Falkirk. A menos de 16 km. el ejército de Bruce se hallaba congregado entre el ejército inglés y el castillo de Stirling. El arroyo de Bannock bordea el sur del castillo de Stirling antes de unirse al río Forth. Fluye por una garganta de altas y escarpadas paredes, abriéndose paso entre la maleza y los árboles. En 1314, la población al norte de la garganta era conocida como Bannock, y posteriormente como Bannockburn. El New Park, era una reserva de caza boscosa y cercada ubicada al norte del arroyo de Bannock, justo donde la carretera principal se adentraba en el bosque. Fue aquí, a la ''entrada'' de New Park, donde el rey Robert se detuvo y desplegó a su retaguardia en el bosque abierto. El conde de Moray y la vanguardia estaban al norte de la división del rey, en St.Ninian's Kirk, y la división de Edward Bruce estaba situada a ambos lados de la carretera, a medio camino entre las otras dos. Ocultos en el bosque, su posición era ideal para contener el avance inglés, tanto si venía de frente como por el flanco. En realidad, llegó por ambos lados.
El domingo muy temprano, la caballería de Douglas y Keith avistó al ejército inglés avanzando desde Falkirk. Bruce mostró su preocupación cuando oyó el informe de Douglas sobre el tamaño de la fuerza inglesa, aunque no sabía que, bajo el ineficaz liderazgo de Edward, avanzaban desordenadamente, con gran parte del ejército rezagado y muy estirado. De igual modo, el mando inglés era un caos debido a la decisión de Edward de designar a su joven sobrino, el conde de Gloucester, como condestable del ejército y como comandante adjunto de la vanguardia junto al más veterano y más experimentado conde de Hereford. Con tal desprecio por las cuestiones militares, Edward socavó la valía de Hereford y dejó la vanguardia inglesa sin una dirección decisiva.

Mientras Hereford y su comitiva cruzaban el valle del arroyo de Bannock, su temperamental sobrino Henry de Bohun divisó a un caballero montado sobre un palafrén gris que estaba formando a sus piqueros con un hacha en la mano. El león con doble trechor de su sobretodo y el brillo dorado de la corona que rodeaba su bacinete lo identificaban como Bruce. De Bohun, convencido de que había llegado su momento de gloria, dio media vuelta y arremetió contra el rey. Bruce dirigió su caballo hacia el enemigo, que se le venía encima a galope tendido. Cuando estaban cerca, Bruce tiró de su caballo para esquivar la lanza de Bohun, y, de pie sobre los estribos, le asestó tal golpe con el hacha que partió el yelmo del caballero inglés en dos y se la clavó en el cráneo. El mango del hacha se hizo añicos con el impacto y de Bohun se desplomó de la silla, muerto antes de tocar el suelo.




Henry de Bohun, sobrino del conde de Hereford, ataca por sorpresa al rey Robert antes de la Batalla de Bannockburn. Un minuto después, cayó muerto por un terrible hachazo de Bruce, que atravesó el yelmo, e hizo añicos el mango. El valiente escudero de Bohun murió a su lado.


Las filas de piqueros escoceses formaban ahora un erizo impenetrable, contra el que cargaron los jinetes de la vanguardia inglesa sin el apoyo de la infantería, con un sangriento resultado. Gloucester se salvó por poco pero su caballo cayó muerto en el fragor de la batalla.



Los piqueros de los Schiltrones escoceses hacen frente a la carga de la vanguardia inglesa dirigida por Gilbert de Clare, conde de Gloucester. La caballería inglesa no logró atravesar este erizo de picas y retrocedió en un gran confusión. El propio Gloucester fue derribado.


Entonces, cuando la división de Edward Bruce emergió del bosque en apoyo de la retaguardia, los ingleses se replegaron. Con un sonoro grito, los escoceses cargaron en tropel y la caballería inglesa se volvió y emprendió la huida, derrotados y en desorden. Los lores escoceses que se atrevieron a dar su opinión, reconvinieron a su rey por el riesgo que había corrido. Bruce no les respondió, pero lamentó la pérdida de su hacha de guerra. Mientras los jinetes de Gloucester y Hereford continuaban su avance por la carretera principal hacia la entrada de New Park, una poderosa fuerza a caballo dirigida por sir Robert Clifford se adelantó y se dirigió al norte, hacia Stirling, con el objetivo de bordear New Park y llegar al castillo, rebasando el flanco izquierdo escocés. Sin embargo, la división del Conde de Moray estaba apostada cerca de St. Ninian para proteger la carretera principal hacia el norte de un movimiento de este tipo, y se apresuró para enfrentarse a Clifford.
Al ver a los escoceses saliendo en tromba de New Park, los ingleses aguardaron sobre sus caballos y, ante la insistencia de Beaumont, les dejaron que se acercaran, y se alejaran de la protección del bosque. Moray vio el riesgo que corrían de que la caballería inglesa les envolviera y ordenó volverse a las filas de retaguardia para adoptar la formación en erizo con las lanzas en ristre adelante y atrás. La caballería inglesa rodeó a los escoceses, pero no fueron capaces de romper su compacta y disciplinada formación. Los escoceses empalaban a los caballos que se acercaban y mataban a los jinetes al caer, mientras que otros salían como flechas de entre las filas para golpear a los caballos con sus espadas y derribar a los caballeros. Sin el apoyo de los arqueros, los jinetes de Clifford fueron incapaces de romper el shiltron escocés.



Caballero del Rey Sir Willian Deycourt lucha contra los lanceros highlanders


Mientras tanto, Douglas y sus hombres corrieron en ayuda del conde de Moray, que estaba en minoría numérica. Cuando los ingleses vieron que llegaban refuerzos, se replegaron. Algunos de los hombres de Clifford cabalgaron hacia el castillo de Stirling; otros, incluido el propio Clifford, se unieron al bloque principal del ejército inglés. Clifford cayó muerto al día siguiente, junto con Gloucester, Payn, Tibetot y William Marshall. La derrota de la caballería de Clifford dio fin a la contienda el 23 de Junio. Era tarde y no volvieron a intentar abrirse paso hacia el castillo de Stirling. Este revés, que siguió a la derrota de los condes de Hereford y Gloucester, extendió el pesimismo y el desánimo entre las filas inglesas. Es muy probable que Edward planeara acampar a la sombra del castillo de Stirling la noche del 23 al 24 de Junio; pero, ahora, sus planes se habían frustrado. Dos de sus formaciones habían sido vapuleadas y rechazadas, y el camino hacia Stirling estaba bloqueado. El ejército inglés necesitaba un lugar para pasar la noche; sus hombres estaban hambrientos y exhaustos por la larga marcha, y los caballos necesitaban agua. Decidieron llevar a toda la caballería y parte de la infantería al otro lado del arroyo de Bannock, donde los caballos tendrían agua de sobra, y los hombres podrían descansar por la noche, pero la tierra estaba húmeda y embarrada, surcada por numerosas venas de agua, y reinaba una gran confusión.
Mientras los ingleses se hallaban en tal estado, los planes de Bruce seguían intactos, pero su arraigada cautela le llevó a retirarse a las colinas, donde la campiña se tornaba demasiado salvaje para que los ingleses los siguieran. La dura experiencia le había enseñado a Bruce a evitar las batallas campales y le había llevado a optar por una política menos caballerosa, si bien más efectiva, de combate irregular. Entonces, en la oscuridad de la noche, un caballero escocés al servicio inglés, sir Alexander Seton, se dirigió al cuartel general de Bruce. Senton contó a Bruce el estado de desorganización de los ingleses, y juró por su vida que si Bruce atacaba por la mañana obtendría la victoria. El rey reunió a sus oficiales en consejo de guerra, y en una muestra de valentía votaron al unísono para atacar. El rey Robert ordenó un ataque al amanecer, y los piqueros se agruparon bajo los estandartes de sus líderes. La división de Edward Bruce tuvo el honor de dirigir el ataque. A su derecha y ligeramente por detrás, se sitúo la división del rey. La división del conde Moray constituyó el ala izquierda.

Al amanecer el rey Edward vio a la infantería escocesa surgir del bosque, e, inocentemente preguntó:

''¿Qué, escoceses, vais a pelear?''

Tuvo por cierto que esa era su intención. Antes, Gloucester y sus más experimentados comandantes le habían aconsejado retrasar la confrontación para permitir que el ejército inglés se recuperara de la larga marcha. Pero los caballeros más jóvenes habían tachado de cobardía este sabio consejo, y Edward desairó al conde, acusándolo de traición. Ahora era demasiado tarde: los ingleses estaban arrinconados y tenían que luchar para salir.




Día 1 de la Batalla de Bannockburn.


Mientras la infantería escocesa se avanzaba en tropel sobre el aún desorganizado ejército inglés, Gloucester formó apresuradamente a la caballería de la vanguardia, se puso al frente y cargó contra el shiltron de Edward Bruce. El impetuoso conde se adelantó a su grupo y se precipitó contra las picas de los escoceses, que derribaron su caballo y mataron al jinete. La carga de Gloucester supuso un fracaso desastroso, y la vanguardia inglesa dio palos de ciego ante el muro impenetrable de picas. Entretanto, un peligroso número de arqueros ingleses había logrado situarse en el flanco de la pelea y comenzaron a mortificar al enemigo con sus disparos. Robert Bruce sabía el peligro que representaban estos arqueros y ordenó a su mariscal, sir Robert Keith, que se mantenía en la reserva, que atacara con la caballería ligera. Su carga fue tan efectiva que dispersaron a los arqueros y les hicieron ir directos hacia el grupo que avanzaba desde la retaguardia, lo que causó más confusión y alarma. Por un momento, el resultado de la batalla estuvo pendiente de un hilo: todo el ejército escocés estaba ahora comprometido, y al frente se libraba una feroz batalla. El aire resonó con el fragor de la batalla cuando los shiltrones se echaron encima de la confundida y enmarañada masa de soldados a pie y a caballo que tenían ante si. Los arqueros escoceses, crecidos ante la derrota de los arqueros ingleses, lanzaron una lluvia letal de flechas contra la fuerza enemiga. Los ingleses comenzaron a ceder terreno, gradualmente al principio, y después su resistencia se quebró y el goteo de hombres que se abrían paso hacia la retaguardia se convirtió en un torrente cuando rompieron filas y comenzaron a huir.



Día 2 de la batalla.


Ante esto, los escoceses lanzaron un grito de triunfo y los shiltrones siguieron avanzando en masa. A media mañana la batalla estaba más que perdida para los ingleses, y los derrotados solo pensaron en sobrevivir y escapar. Cuando los líderes ingleses vieron que todo estaba perdido, el conde de Pembroke y Sir Giles d' Argentan, que estaban en el bando del rey Edward, se dieron cuenta de que su seguridad era vital y que el monarca no debía caer en manos escocesas, pues traería unas consecuencias impensables. En el último momento, sacaron al rey del campo de batalla y lo condujeron a salvo al castillo de Stirling. Ya fuera de combate, el rey se dirigió al castillo acompañado de Pembroke y un numeroso grupo de hombres a caballo. Tan pronto como vio que el rey estaba fuera de peligro, Sir Giles d' Argentan, temeroso por su honor y para quien la huida no era una opción, se dio media vuelta y se lanzó al galope al núcleo de la pelea, donde perdió la vida.
La huida de Edward del campo de batalla supuso la ruptura total del ejército inglés. Algunos siguieron al rey a Stirling, otros huyeron hacia el río Forth, pero era imposible de cruzar y muchos murieron ahogados en el intento. Otros huyeron al sur e intentaron cruzar el arroyo de Bannock. Aquí, el ejército derrotado sufrió sus mayores pérdidas, incluido el senescal del rey, sir Edmund Mauley. Cuando el rey Edward y sus caballeros llegaron ante el castillo de Stirling se encontraron con que el puente levadizo estaba alzado y las puertas bloqueadas. Si hubiera logrado entrar, casi de seguro que Edward habría caído en manos escocesas cuando tomaron el castillo, como ocurrió inevitablemente tras la batalla. los fugitivos se dirigieron al puerto de Dunbar, perseguidos por James Douglas y sus hombres. En Dunbar, el leal conde Patrick tenía un barco preparado que condujo al rey sano y salvo a Bammburgh, en Northumbria.
Tras la contienda, liberaron al conde de Hereford, que había caído prisionero, a cambio de 15 prisioneros escoceses, incluidas las esposa de Robert Bruce, Elizhabeth, y su hija Marjory, su hermana Christina y Robert Wishart, obispo de Glasgow. El sobrino de Bruce, Donald, el joven conde de Mar, decidió no regresar, pues había entablado una estrecha relación personal con Edward II.

Conclusión.

La Batalla de Bannockburn fue una confrontación entre el mayor rey guerrero escocés y uno de los reyes ingleses con un reinado de los más turbulentos y fracasados, y que demostró escasa capacidad para los asuntos militares. Los ingleses se equivocaron al dar por hecho que su avance inicial barrería a los escoceses de en medio y no presentaron ninguna estrategia alternativa cuando sus planes se vinieron abajo y fueron rechazados dos veces. Los escoceses supieron aprovecharse del malestar de los ingleses, y la batalla se convirtió en un intento inglés por salir de la trampa de que ellos mismos habían creado. Edward no hizo caso a los sabios consejos de otros, creyendo que los escoceses evitarían una batalla campal, y cuando estos atacaron al alba, no tuvieron en cuenta las tácticas de combate que exigían la acción conjunta de caballería e infantéría. En vez de eso, el exceso de confianza de los barones de la caballería les hizo adoptar un papel de superioridad y no tener en cuenta el apoyo de la infantería. La derrota de la caballería pesada de Edward fue decisiva. Los bien entrenados shiltrones de piqueros escoceses fueron dirigidos por hombres capaces en quienes Robert Bruce sabía que podía confiar. Y durante la batalla demostró que sabía como utilizar a sus piqueros tanto ofensiva como defensivamente. La mayor amenaza para los shiltrones escoceses eran los arqueros ingleses con sus arcos largos, pero una vez que ambos ejércitos quedaron enfrentados necesitaron ocupar una posición en un flanco para disparar directamente sobre las filas de los escoceses. Finalmente, se vieron atrapados por una compacta masa de hombres que les impidió desplegarse y disparar con eficacia. La culpa de la derrota en Bannockburn fue de Edward II pero la victoria pertenece, sin duda alguna, a Robert Bruce, que con su importante triunfo se aseguró su lugar como el rey más grande de Escocia.

Re: La Batalla de Bannockburn, 1314. 25 Jun 2008 20:30 #8420

  • koblas
Robert Bruce, el Rey más grande de Escocia. Amen!!


ALBA GO BRATH!!!!!

Re: La Batalla de Bannockburn, 1314. 25 Jun 2008 21:18 #8421

Jeje , braveheart marcó a una generación!
¡Oh, insensatos afanes de los mortales! ¡Qué débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro vuelo de la Tierra! - Dante

Re: La Batalla de Bannockburn, 1314. 26 Jun 2008 01:17 #8450

  • koblas
CeltiberoIdibil escribió:
Jeje , braveheart marcó a una generación!


Que va, empeze a interesarme por la vieja Escocia por Ness, el monstruo del Lago.

La pelicula la verdad es que a mi me pilla algo mayor, pero bueno.

Re: La Batalla de Bannockburn, 1314. 26 Jun 2008 10:27 #8460

  • Gale
koblas escribió:
CeltiberoIdibil escribió:
Jeje , braveheart marcó a una generación!


Que va, empeze a interesarme por la vieja Escocia por Ness, el monstruo del Lago.

La pelicula la verdad es que a mi me pilla algo mayor, pero bueno.



¿Desde cuando te empezaste a interesar por Escocia koblas?.

Re: La Batalla de Bannockburn, 1314. 27 Jun 2008 22:04 #8566

  • koblas
Pues no recuerdo, pero vamos desde pequeño me llamaba la atencion el Lago Ness con su monstruo, despues llego el Whisky, los castillos, sean conery, el jugar con escocia en un juego de futbol, que aunque me encante el Metal siempre me gusto el sonido de las gaitas, el que nunca me gustaron los ingleses jajajaja
  • Página:
  • 1
Página generada en: 0.93 segundos