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CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos
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TEMA: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos

CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 28 Nov 2008 01:13 #17485

Por culpa de Trhand y mandonio que me recordaron la vieja Campaña de "Celtíberos Quest" hecha por Cid, y despertaron la añoranza, me puse a rebuscar en archivos de tiempos del medieval 1, y encontre algunos textos que hice para la ocasión del viejo Castillo.

A ver si ellos tienen guardado algo así, y se animan a postearlo, para recuperarlo en la nueva etapa, pues ya dicen que un celtíbero sin pasado es un pueblo sin futuro.

CELTÍBEROS QUEST fue una campaña que jugamos allá por 2004 un grupo de celtíberos y visitantes. Era una mezcla de rol y estrategia, donde ibamos generando una historia con nuestras acciones. Hay que decir, que CeltíberoCid hizo un curro de miedo y lo organizó todo de lujo; máxime cuando le volviamos locos con conspiraciones, raptos de hijos, y espias...

En fin, ahí lo tenéis para los nostalgicos (Cid no llores, que te veo)

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Chronicon Questense:


Anno Questi I, primavera

Desde la montaña bajaron los cantabros a saquear la bella campiña Sevillana. Y el rey mando a su mejor general, el consumado Al-Rebujito (CeltíberoEmbirriado). La batalla sucedió cerca de las tierras de Calatrava, con el sol contumaz del sur a la espalda, y la sequedad de la meseta.
Y allí, los sevillanos se lanzaron a la carga como un solo hombre, innumerables como las arenas del desierto. Los cantabros se refugiaron en una colina, y aguantaron su carga.
Enloquecidos por la refriega, ambos generales se lanzaron al centro de la batalla. El sevillano llevo la mejor parte, poniendo en fuga a su rival. Pero al poco los cristianos se le echaron encima y el mismo hubo de huir. No obstante, los andalusíes habían dispersado el medio y confiados pensaron que estaba ganada la batalla. Pero los flancos cantabros, aguantaron y despejaron de enemigos la colina. Luego, se arrojaron como chacales haciendo presa de los musulmanes. Así fue como se gano aquella batalla.

(vamos, que le pegue una paliza a embi)


Anno Questi I, verano

Al norte, sucedió un desafortunado encuentro entre cantabros y astures. El conde Gonzalo Peláez (Virio) acudió con su hueste a orillas del Deva, quizás en un deseo de acrecentar su patrimonio hacia el Este. Negalo respondió a su reto y acudió con sus veteranos.
Allí se encontraron, sobre el campo en el margen derecho del Deva, poblado de bosques como caracterizaba a aquellas tierras.
Los cantabros, con sus caetras, espadas y dardos, cantando himnos de guerra. Los astures, montados en bellos thieldones, armados de lanzas y desprovistos de cascos.
Y se enfrentaron a muerte, como encarnizados enemigos. Los astures, debilitado su ardor con el paso de los años, civilizado su temple con la exquisitez de Roma, y los usos del repoblamiento visigodo, comenzaron a ceder ante el ímpetu de sus aún salvajes adversarios; por cada cantabro caían tres astures. El mismo Gonzalo Peláez fue hecho prisionero.
Sin su general, los astures huyeron en masa, dejando el campo poblado de cuerpos, dejando las aguas del Deva teñidas de rojo.
Victoriosos, los cantabros avanzaron hacia el oeste, persiguiendo el ejército en fuga, y hicieron suya aquella tierra hasta Cangas de Onis.
Después, asentada una nueva frontera, y conquistadas la tierras, Negalo soltó a Gonzalo Peláez, pues desde Castilla, el Rey, intranquilo por la guerra entre sus nobles, le presionó para ello.

(Empezo bien la cosa, victoria sobre Virio)


Anno Questi II, primavera.

En aquellos tiempos los barcos de Albión remontaron el Loira hasta Toulouse, causando gran pena y destrucción y haciendo buena rapiña. Los dirigía Taliesin (CeltíberoMandonio), el bardo, y luego de la Galia decidieron bajar hasta las costas cantabras, pues habían oído decir que el grueso del ejército cántabro se encontraba en Qualinesti talando árboles y haciendo la guerra a los elfos (de CeltíberoThranduil). Pero cuando Negalo Negaléz, primogénito del líder cántabro, se enteró de la llegada de los piratas corrió la voz entre las montañas y los hombres acudieron en masa.
Los britanos llegaron a Portus Blendium, donde ya en un pasado lejano habían arribado los romanos, y comenzaron el desembarco. Estaban en estos avatares, fatigados del viaje y del trabajo, cuando los cántabros cayeron sobre ellos. Desde las peñas les molieron con sus dardos, desde el mar innumerables botes se echaron sobre sus barcos, y en la playa una marea de enloquecidos guerreros se abalanzaron sobre los invasores causando estragos.
Taliesin intentó organizar a sus hombres para un repliegue ordenado ante la gran mortandad que les estaban causando. Pero sus intentos fueron vanos, pues ya su hueste huía en desbandada hacia las naves.
Taliesin consiguió ponerse a salvo en uno de sus barcos y hacerse a la mar, pocos lo hicieron con él. Atrás había quedado casi toda su armada a merced de los cántabros, el tesoro de la Galia y el 80% de su ejército.

(Aquí Gane a Mandonio. Joer, no recordaba lo bueno que era con el Medieval 1 :rolf: )

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En este punto se interrumpe el Chronicón a favor de una serie de relatos.
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¡Oh, insensatos afanes de los mortales! ¡Qué débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro vuelo de la Tierra! - Dante

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 28 Nov 2008 01:22 #17486

En una campaña relampago, los cántabros cabrean a los elfos...

El día se dejo vencer en un crepúsculo anaranjado. En los lindes del bosque de Qualinesti se había levantado un campamento, donde la actividad parecía no ceder con las horas postreras. Aguerridos cantabros pululaban entre las tiendas, o hacían vigilancia en los limites del campamento. Jinetes se adentraban en el bosque y por la campiña a fin reconocer el terreno. Los caballos piafaban, las hogueras ardían. Se cavaban fosos, se remataban empalizadas.
Sobre todo aquel alboroto destacaba un intranquilizador sonido para aquellas tierras: el de lo hachazos propinados por esclavos astures y sevillanos sobre los árboles, el arrastrar de la madera hacia grandes pilas... el gemir de robles tan añejos.

En una tienda de piel de cabra, más grande que el resto, Negalo estudiaba los mapas. A su lado un escriba le anunciaba los últimos altercados:
--Un noble astur, señor –decía --, altera el animo de los esclavos. Se llama Sancho Peláez, hermano del Gonzalo. Es altanero, evita cansarse en exceso, planta la insidia entre los sumisos y retrasa los trabajos...
En ese instante irrumpió en la tienda un guerrero vestido con piel de oso, símbolo de su cofradía. Traía con él un ser de tez pálida, rasgos afeminados y orejas puntiagudas.
--Un espía, Negalo –dijo --, lo encontré envenenando los bastimentos.
--¡Soy Erolfin, de la compañía de Thrandhuil y pariente del Orador! –exclamó el elfo con vanidad --. Estáis atacando tierra sagrada, agrediendo a mí pueblo; pronto seréis exterminados.
Negalo levó ligeramente la mirada, observándole con curiosidad.
--¡Escriba!, una carta –murmuró --. <A thrandhuil, señor de elfos. Vengo a tú tierra en busca de la mejor madera que existe para mis barcos. No me iré sin ella. Gustoso os lanzó un reto para que me lo impidáis, pero sabed que si sois derrotado, entraré en Qualinesti a saco; saquearé vuestras riquezas, y graneros y esclavizaré a vuestro pueblo.>
El escriba terminó de redactar, enrolló el pergamino y plantó el sello.
--Meted la carta en una cesta junto a la cabeza de nuestro amigo Erolfin –anunció Negalo ante el terror incontrolable del elfo --, y enviad a Sancho Peláez con tan magnifico presente a Qualinesti. Mataremos dos pájaros de un tiro.

--¡Qué os amen vuestros súbditos, os honren vuestros amigos y os teman vuestros enemigos! –se despidió el guerrero vestido con la piel de oso, resumiendo la política del reino del incivilizado cantabro. Empujó al aún atónito elfo y salió.
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Como veis, hubo espias, revoltosos y demás...
El relato de la batalla debe tenerlo Trhand. No recuerdo bien cómo fue, pero creo que me hizo morder el polvo.


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Asturias es ocupada por los cántabros y los astures cercados en las inmediaciones de Oviedo

Los astures...

Los dioses habían abandonado Asturias. Al este la tierra era saqueada aún por los indómitos cantabros, aunque se decía que Negalo había regresado de Qualinesti y deseaba imponer el orden y la prosperidad sobre sus conquistas. Por el sur, pululaban los sevillanos destrozando las cosechas, acumulando en sus bolsas el oro de las iglesias. Y por si eso fuera poco, se oía de un mercenario sin escrúpulos que deseaba enriquecerse ante la debilidad de los Peláez: un tal Odest IV (Odest); sus barcos surcaban el océano remontando la costa de la Galia.

Frente a tantas amenazas, Oviedo se erguía como un baluarte solitario ante la tempestad; sabiendo que si ella caía, moría toda esperanza. Sus estandartes tremolaban a media asta, en luto por los fallecidos en las contiendas, en luto por los que aún sucumbirían.
Remontando sus calles apesadumbradas, en el balcón de una torre se recortaba la melancólica figura de Gonzalo Peláez (Virio), contemplando el horizonte... hacia el este. Sus cabello castaño, encanecido sobremanera en los últimos tiempos, se revolvía inquieto con el viento del levante, sus ojos lagrimosos eran muestra de la pesadez que le invadía, sus labios apretados la muestra final de su firmeza.
Vestía de negro, con la capa ondeando a su espalda. De la cadera pendía la espada, una reliquia de sus antepasados, una marca de su nobleza.
En su mente campaban a sus anchas los problemas. ¡Cómo maldecía aquel día en que su orgullo le llevo a cruzar las orillas del Deva! A encararse a los cantabros y llevarlos a la guerra. Ahora, todo ello había desembocado en la fatalidad. Sus guerreros yacían insepultos en los campos de batalla, su pueblo sufría el yugo opresor de los invasores y pronto sufriría la carestía por la pérdida de las cosechas. Pero el mayor problema era la debilidad generada por todo aquello y que le impedía expulsar a cantabros y sevillanos, además de atraer a otros hombres de fortuna que deseaban enriquecerse de su desgracia.
¿Cómo enfrentarse a todo aquello? Más cuando sabía que una vez llegado Negalo a Cantabria, pronto se pondría en marcha al frente de su sedienta horda a la toma de Oviedo.
Sólo atisbaba las maniobras diplomáticas: ya había enviado un mensaje a Thrandhuil, señor de elfos, para que acudiese en su socorro y rescatase el reino astur de la oscuridad. Tenía entendido que era general capaz, pues había logrado ahuyentar a los cantabros de Qualinesti; y esa era una tarea admirable que a él se le antojaba imposible. Además, el elfo había recuperado a su vástago con Urraca en un intercambio de prisioneros con Negalo, y lo había devuelto a brazos de sus padres sin pedir nada a cambio. Gonzalo había propuesto una alianza firme (bajo la que se escondía una llamada de auxilio), pero Thranduil todavía no había dado una respuesta concreta.
Gonzalo Peláez sabía que debía seguir tejiendo su tela, y complicar su red diplomática: todo por la supervivencia. Debía de estar preparado para cuando los cantabros estuviesen ante sus puertas, máxime si estos realizaban algún tipo de alianza con otros enemigos para rendir Oviedo.


Los cántabros...

El aire se saturaba en mil ruidos y olores. Por un lado, las voces de los hombres, el ajuste de las armaduras y el metálico de las espadas; el rebuzno de las mulas cargadas hasta los topes de avituallamiento; el chirriar de los carros; la despedida de las mujeres; el adiós de los hijos; bajo todo ello otro sinfín de sonidos. Por otro lado, el sudor de los equinos; el penetrante aroma del estiércol; el aliento de los seres humanos; la fragancia de femeninos perfumes. Un ejército que se ponía en marcha en las tierras de Cantabria.
Entre todo aquel amasijo, se movían los oficiales de Negalo, ordenándolo todo. Era una hueste enorme como nunca antes se había reunido en aquellas montañas. Allí había salvajes concanos, con las botas llenas de sangre de caballo para que les diese fuerza en las contiendas; indómitos orgonomescos, como su nombre traducía, siempre ebrios de matanza; más civilizados blendios, que siempre luchaban espalda con espalda; vellicos de más allá de la montaña; vadinienses, coniacos y otros muchos... pues allí se había reunido lo mejor de la casta de Cantabria.
Se habían unido bajo la afortunada bandera de Negalo, y partían a la guerra: a la conquista de la fértil tierra de Oviedo... ciudad en la que se decía que Gonzalo Peláez escondía un tesoro capaz de comprar un reino.

Los cántabros se alian con los sevillanos en contra de los astures...

Desde el septentrión llegaron los cántabros, colmándolo todo con sus gritos salvajes, y pusieron sitio a Oviedo. Desde las torres, los astures podían observar con temor inusitado, como en las noches sus enemigos hacían sus rituales guerreros, sacrificando caballos y prisioneros, como bailaban a la luz de la hoguera, y se pintaban el cuerpo. Los días no eran menos terribles, se le veía levantar instrumentos de asedio, practicar incursiones en los campos vecinos, y a los propios esclavos astures (pues los sevillanos ya habían sido devueltos a Al-Rebujito como parte de la alianza) cavar las trincheras y levantar los muros de los campamentos.
La moral de los defensores pendía de un hilo, solamente sostenido por el valor de Gonzalo Peláez, que recorría diariamente las murallas insuflando energía en los más desanimados, devolviendo vigor al resto.

Pero todo pareció derrumbarse cuando llegaron los sevillanos, con sus caballos oscuros y sus arneses de oro. El turbante de Al-Rebujito (CeltíberoEmbirriado), aquel día de un rojo intenso, destacaba entre su esplendoroso ejército. Un enorme manto púrpura, propio de reyes, caía sobre su cuerpo, y la cimitarra pendía de su costado.
Los musulmanes llegaron cantando y batiendo el escudo con las espadas al son de sus pasos. Destacaban entre todos ellos un cuerpo uniformados de negro, los únicos que iban en silencio, los más terribles de todos. Innumerables aún pese a la derrota acaecída ante un ataque feroz de Gonzalo, se presentaban así, orgullosos ante los muros de Oviedo, como si la victoria siempre hubiese viajado con ellos.
La hueste se unió a la de Negalo, intercambiaron saludos y abrazos, sellaron con sangre el destino de la capital astur.


Las alianzas se cierran...

Mientras tanto Odest IV, arribaba al norte de las costas astures y estaba procediendo al desembarco. Pero su destino debería pasar una difícil prueba antes, pues Thrandhuil, señor de elfos, acudía en socorro de Oviedo, y adelantándose al grueso de su ejército con una fuerza expedicionaria esperaba sorprender a Odest IV, y derrotarlo antes de que se uniese con sus aliados.

El tiempo corre adverso, imparable. El destino de Oviedo aún se está decidiendo. Quizás la diplomacia de Gonzalo le atraiga algún defensor más, o quizás sean atacantes los que acudan en beneficio de su desgracia. Sólo una cosa es clara, la rueda de la fortuna ya está girando.


El cerco se alarga...

Un grupo de cántabros se movieron impacientes cerca de una catapulta. En la muralla se congregaron varios guardias contemplando su actividad; uno de ellos fue en busca del conde con el temor de que se propusieran alguna artimaña.
Les vieron cargar un saco pequeño, apuntaron el artilugio de asedio y dispararon. El saco surcó los aires y pasó por encima de la muralla, hasta rodar por el parapeto. Los astures corrieron hacia él expectantes, con interés en saber que contenía; una voz imperiosa les detuvo:
--¡Alto! –ordenó Gonzalo Peláez, podría tratarse de una treta. Los guerreros obedecieron.
El conde pidió a los hombres que apartasen y él mismo abrió el saco. Metió la mano y con repugnancia extrajo la cabeza de uno de sus espías, el mejor de cuantos tenía. A su lado una escueta carta:

“Nos, Negalo señor de Cantabria y pronto de esta Asturias vuestra, os saludo Peláez. Aquí os envío de nuevo al ladrón que mandasteis a mi campamento. Su imprudencia le trajo la muerte”
¡Oh, insensatos afanes de los mortales! ¡Qué débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro vuelo de la Tierra! - Dante

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 28 Nov 2008 01:44 #17488

Continúa el Crhonicon


Anno Questi III, verano

Estando Oviedo sitiada por las fuerzas de Negalo (un servidor) y Al-Rebujito (celtíberoEmbirriado). Viendo la desesperación de sus gentes, y el hambre que asolaba las calles, Gonzalo Peláez (Virio) intento devolver la esperanza practicando una salida. Le encargó la tarea a don Ode, capitán de la soldadesca muy querido suyo.
En la noche silenciosa Ode llamó a sus guerreros y los condujo a través de las puertas. Los caballos trotaron fuera de la ciudad y cabalgaron hasta las hogueras cántabras; ya podían ver las máquinas de asedio y lanzar su venganza sobre los desalmados invasores.
Pero lo que no esperaban los astures es que su ataque sorpresa había sido advertido por sus enemigos, los fieros concanos, y cuando llegaron, los cántabros se abatieron sobre ellos, sedientos y terribles; vestían de negro y se habían pintado el rostro de igual color para que les escondiera la oscuridad.
Los astures fueron segados como el trigo, cayendo uno detrás de otro, hasta que Ode fue derrumbado por el hachazo de un rival y quedó inerme en el suelo. Los ovetenses se dieron a la fuga, pero pocos escaparon de regreso a la ciudad, atrás dejaron 600 compañeros.

(repartiamos leña en cuanto podiamos)

El asedio a Oviedo continua...

Las fisuras de los muros comenzaban a ser irreparables, las calles estaban pobladas de escombros y cadáveres: Oviedo se había convertido en los últimos tiempos en un lugar irreconocible incluso para sus propios habitantes. ¿Cuánto llevaban sitiados?, los días habían dejado de ser contados. Sabían que sólo podían esperar lo que sucediese antes: la llegada de los aliados, o el asalto de cántabros y musulmanes.

Thranduil hace su aparición en la contienda...

Las buenas y malas noticias se sucedían, marcando la moral de los defensores. A la desastrosa salida de Ode, capitán querido de Gonzalo, duramente castigada por los cántabros, se había impuesto otra noticia de mejor talante; la victoria de los expedicionarios elfos en Portus Gegio sobre los mercenarios de Odest. No obstante, se sabía que éste aún vivía y estaba reorganizando a su disperso ejército, si bien menguado no destruido.

Thrandhuil y sus elfos habían acampado al oeste de la ciudad astur sobre una loma, frente al campamento de los sevillanos. Aparte de alguna escaramuza ocasional, aguardaban el momento en que las piezas se moviesen en la última jugada que decidiría el destino de los astures.

(thranduil dio una paliza a Odest, con lo que ganó tiempo para Gonzalo y los astures)

Taliesin y coñan hacen su aparición...

Por el este se decía que acudían los britanos de Taliesin (CeltíberoMandonio) cargados de avituallamiento y pertrechos. Pero otro mercenario, Coñan (CeltíberoLerend), venido en ayuda de Negalo (me), y que ya estaba cortando las líneas de avituallamiento, le iba a salir al paso.
Al-Rebujito (CeltíberoEmbirriado), por otro lado, tenía problemas y había tenido que enviar tropas de regreso, pues un señor de taifa rival (¿CeltíberoKoln?) estaba moviéndose a la guerra contra Sevilla.
Las páginas del libro seguían pasando... aún el destino de Oviedo era una incógnita.

Se jugó una batalla de asedio de 3v3. Los asaltantes: CeltíberoEmbirriado, Odest, y CeltíberoIdibil.
Frente a ellos, defendiendo: CeltíberoThranduil, CeltíberoMandonio y Virio.

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Yo creo que ha sido de las batallas más largas que he jugado, ¿Fueron 3 horas?. Impresionante, nos jugabamos la campaña y mediamos cada movimiento con regla.
Si no me falla la memoria, la cosa empezó bien para los asaltantes, derrotaron a Trhanduil en el campo, pero Taliesin logro meter a sus huestes dentro de la ciudad, junto a las astures, y la cosa se puso dificil, pues era una peazo fortaleza de dos cinturones de murallas.
Ahí los asaltantes sufrieron de lo lindo. Odest perdió sus tropas, mermadas ya por los elfos, en el asalto, Embi y yo logramos castigar duramente a los defensores, pero chocabamos contra los muros.
Finalmente, abrimos una brecha, por la que entramos, y nuestras tropas destrozaron a los astures y obligaron a Taliesin a retirarse a la segunda muralla. Para ese entonces, nos quedaban pocos hombres.
Logramos romper la segunda puerta y se produjo el asalto final, mi general y las pocas tropas que quedaban se lanzaron a la carga, y, entonces, ¡hay! cayó aceite y mi general, el gran Negalo, murió.
Hay se acabó la batalla, las tropas huyeron.

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Sigue el relato:

El cuerpo yaciente de Negalo fue paseado por las calles de Vadinia. Allí se habían reunido su primogénito, Negalo II, y los personajes más importantes del reino.
Negalo había muerto combatiendo en Oviedo, luchando en su recinto interior en un momento cumbre de la batalla, cuando ya el conde Gonzalo había sido obligado a retirarse al interior del torreón con su ejército aplastado por los invasores, cuando ya lo único que quedaban de la hueste elfa eran cuerpos esparcidos por doquier y un thrandhuil huido a la sierra para conservar la vida. Sólo el bardo Taliesin mantenía con arrogancia la defensa, cuantiosos eran aún sus lanceros, mientras que los asaltantes estaban mermados.
Fue una de las continuas descargas de aceite hirviendo lo que acabó con el líder cántabro; una muerte en combate tras haber hecho perecer incontables enemigos, una muerte noble que le llevaría ante los dioses.

Era un día de triste luto para Cantabria. Las plañideras lloraban con furia contenida, acompañadas del resto de la población. Los guerreros más aguerridos formaron ante la pira y batieron los escudos. Al fondo tocó una gaita con perezosa y melancólica melodía. Un cuerno sonó tres veces mientras el cuerpo era depositado sobre el lecho. Junto a él se habían depositado numerosas ofrendas en forma de armas, enemigos muertos, y esclavos astures, entre otras.
Negalo II se acercó con la tea al lecho y lo prendió. Mientras las llamas consumían el cuerpo de su progenitor prometió delante de su pueblo vengarse de quien lo había asesinado. Su flota estaba preparada para viajar hacia Albión.

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Ahí acaba el relato. La historia continuaba, pero no tengo nada más, a ver si man o trhrand guardaron algo.

Por lo que recuerdo, Negalo II dejó la vida en alguna batalla (pudo ser contra los pictos, Cid)?, algo tengo en la memoría), y Negalo III decidió quedarse en casa para hacer hijos, pues era el último líder que me quedaba.
¡Oh, insensatos afanes de los mortales! ¡Qué débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro vuelo de la Tierra! - Dante

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 28 Nov 2008 02:03 #17491

Bueno, he encontrado algo más... :D

Antes del asedio a Oviedo, cuando los cántabros estaban talando el bosque de Trhanduil, se produjo el rapto del hijo de Gonzalo Pelaez (Virio) por manos de un espia cántabro. He aquí el relato que me pidió Cid para representarlo en la campaña:

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Un golpe de viento se arroja sobre las solitarias calles de Oviedo, recorriéndolas en la silenciosa noche, viajando hasta la torre de los Peláez, alta y tétrica sobre el resto de los hogares astures. Asciende el muro de piedra y busca el hueco de una aspillera para entrar. Finalmente, el aire se dispersa en frío sobre la habitación del conde Peláez.
Acostada sobre la cama, bajo un dosel púrpura, Urraca, esposa de Gonzalo, abre los ojos de improvisto. Alza la espalda como impulsada por un muelle, con un mal presentimiento en la cabeza... quizás el mal recuerdo de una pesadilla... Contempla a su marido, que se revuelve inquieto entre las sabanas, soñando posiblemente con los problemas que atormentan su vida diaria. Ya no es el hombre que recuerda, desde la derrota a orillas del Deva se ha vuelto huraño, taciturno, y gasta la mayor parte del tiempo pensando en como rumiar su venganza. La llegada de los sevillanos no ha hecho más que agravar su estado. Sabe que Gonzalo no volverá a ser el mismo hasta que expulse a los cantabros de vuelta a sus montañas, y derrote a los musulmanes en santa batalla.
Urraca suspira, no es eso lo que ha perturbado su ánimo sacándola repentinamente de la duermevela. Es algo mayor que compunge su corazón, que agita sus entrañas... y sólo hay una cosa que pueda dañarla de ese modo: ¡su hijo!; la descendencia de los Peláez, un bebe de apenas unas pocas semanas.
Sin demora, aparta las mantas y se levanta. Rauda se acerca a la cuna, a pocos metros, para ver lo que ya temía: el niño no está. En sus ojos brotan las lágrimas y sin apercibirse grita, como sólo puede hacerlo una madre herida, despertando a todo el mundo en la torre.
Detrás de ella, Gonzalo se endereza alerta y echa mano de la espada. En las escaleras se oye el paso estrepitoso de los guardias.
–¡Nuestro hijo! –grita la mujer –¡No está!
El conde se acerca a la cuna sin ocultar su sorpresa, sin entender que hayan podido raptar a su hijo delante de sus ojos sin darse cuenta.
--¡Es culpa tuya –Urraca le golpea el pecho con las manos abierta, descargando su cólera –y de tus malditas guerras!

Gonzalo la mira aturdido, sumido en el desconsuelo. Los guardias irrumpen en el cuarto espada en mano. Pero ya es tarde, el niño no está y sobre su cuna sólo han dejado dos pistas: una tela roja y un papiro con las palabras “Historia magistra vitae et testis temporum”


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En fin, cuanto tiempo libre tenía hace unos años....
¡Oh, insensatos afanes de los mortales! ¡Qué débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro vuelo de la Tierra! - Dante

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 28 Nov 2008 02:23 #17492

Finalmente, he encontrado lo último que tengo. Lo que pasó después del asedio a Oviedo...

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Durante siglos combatiendo... enfrentándonos unos a otros sin darnos cuenta de que con cada batalla, de que con cada encuentro no hacíamos más que debilitarnos, hundirnos en el más profundo de los pozos. ¡Y eso es lo que esperaban ellos!

Cuan largas y cruentas habían sido las guerras en los últimos tiempos, ¿acaso alguna tierra se había salvado del tormento?
¿No había sufrido Asturias la guerra en sus carnes y ahora apenas era capaz de juntar los suficientes hombres para formar un ejército, y mucho menos de disponer del dinero para armarlos y mantenerlos?. ¿No estaba Oviedo aún en ruinas, aún su cielo poblado de cuervos y sus calles recorridas por el olor putrefacto de los muertos?. ¿No se había suicidado Gonzalo Peláez presa de la locura de haber soportado el fin de su condado?, y sin embargo, los astures navegaban ahora raudos a Albión a sembrarla de cenizas, como habían visto hacer en su patria. El otrora aguerrido y valiente astur no era ahora más que un asesino despiadado sobreviviente de una guerra de exterminio.

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Había cosas que fueron completamente hilarantes. Como Gonzalo Pelaez (Virio) murió en el asedio a Oviedo, el nuevo rey astur (tb Virio), se declaró procantabro y marchó en contra de Taliesin (CeltíberoMandonio), su antiguo aliado.

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¿Qué decir de los cántabros?, salvajes, violentos, aún no templados por la civilización. Con alma conquistadora habían acrecentado su imperio el doble de la extensión de lo que en un principio tuvieron. El nombre de Negalo I “el Conquistador” empezaba a reverenciarse como un personaje mítico. Pero, el coste de todo había sido demasiado alto. Dos princeps muertos, hasta casi desaparecer la dinastía, la cual quedó en manos de un muchacho de 17 años, demasiado precavido, temeroso del mundo... ¿Cuánto tiempo podría sostener el poder sobre un pueblo consagrado a la guerra? Pues, aunque sus medidas estaban siendo provechosas para recuperar la población y enriquecer el reino, el cántabro nacía y se educaba para la guerra y sin ella se sentía desprotegido; era el guerrero por excelencia. Sí Negalo III persistía privando a su pueblo de la batalla, no duraría en el trono. La guerra era la virtud y el cáncer del cántabro.

¡OH!, y pensar en los elfos es lo que más entristecía el mundo. Los primeros nacidos sentían haber participado en vanas batallas, donde la victoria no había significado nada... ¿cómo podría Thrandhuil enfrentarse a la mirada acusadora de su gente?, por su causa habían muerto muchos y grandes guerreros, llevándolos a lugares lejanos, a fallecer en empresas que nada tenían que ver con Qualinesti. ¡Qualinesti, jardín de los elfos!, ¡ni siquiera lugar tan magnifico se había salvado de la depravación de tan fatales tiempos!, ¿cuántos árboles habían sido talados?, ¿cuántos quemados y ultrajados?, se tardarían siglos en recuperar tal destrozo.
Pero el fracaso de los elfos se hallaba en su silencio, se habían entregado en contiendas que habían apagado su vigor y su ánimo; y ahora cabizbajos y vencidos se escondían tras sus robles añejos. ¡Ahora qué era cuando realmente los iba a necesitar el mundo!

Sevilla, tierra de dorados sueños, donde los hombres se enorgullecían de que siempre hacia buen tiempo. ¡Sevilla la bella, faro del mundo!. Por ti también suspiran los dioses. ¿Por qué motivo dejaste que tus hijos viajasen lejos a guerras de las que nunca volvieron?, ¿qué tenían ellos en Oviedo?, ¿no les bastaba con la riqueza de tus torres de oro?
¿Qué mal hiciste para atraer la mirada de los Granadinos? ¿Cómo sobrevivir en tan aciagos tiempos?
Llora Sevilla, pues tu fortuna y supervivencia descansa en manos de quién llevó a tus hijos por inciertos caminos. Del que abandonó tu defensa por ir en busca de tesoros. Tu confianza en Al-Rebujito (CeltíberoEmbirriado) será lo que marque tu destino...
Reza y teme Sevilla, pues la sombra que se cierne amenaza incluso con apagar la llama de tu faro.
Tantos desastres en este lado del mundo y sin embargo, no es aquí donde pendía la espada de Damocles. Los ojos del Trueno estaban fijos en Albión, donde se batían los hombres y se quemaban los campos.
Allí Taliesín, descendiente y padre de bardos, debería regresar tras la defensa de Oviedo, para encontrarse que la guerra seguía acompañándolo. ¿Cómo poner paz en un reino que había dejado a merced de los tiempos aquel día que decidió viajar lejos?
Cuando había creído que todo había acabado, que por fin podría descansar sobre su trono y hacer lo indecible por recuperar su bienhallada tierra, se iba a dar cuenta que todo acababa de comenzar.
Las noticias del norte no tranquilizarían su ánimo pues Odest el Negro (otrora Odest IV) había sometido Irlanda a su capricho, y había derrotado al ejército incursor de Coñan el bárbaro; con lo que ahora estaba fijando sus deseos sobre Albión. Los espías decían que incluso poseía brujos a su servicio que podían localizar la recóndita Avalon.
Para mayor desgracia, Coñan el destructor (CeltíberoLerend), derrotado, se había retirado al condado desprotegido de Sussex y había levantado un campamento dispuesto a arrollar con su vehemencia la belleza de la tierra, y exterminar a los britones. Ya una flota se había puesto en camino desde su lejana tierra para reforzar sus efectivos en la pronta beligerancia.
Más males sacudían Albión, pues los astures habían reclamado Dublín y venían a asentarse allí, para después, junto a Odest, lanzar una ofensiva sobre York.

Los ejércitos de la gran isla fueron movilizados para su defensa, y avanzaron a enfrentar a aquellos que los invadían sin darse cuenta que un mal mayor se cernía sobre ellos. ¡Un mal que arremetería desde atrás!.

Taliesín, ¿qué ha hecho de ti tanta guerra?, ¿has perdido tus dotes de premonición?, tú que deberías ser guardián del mundo te ciegas con las banalidades de los hombres y has caído en la misma ceguera que ellos. OH, maldecido de los dioses, fuiste creado para salvar y lo único que has hecho es entregarte a los mismos fatales juegos de los humanos... has caído en sus guerras y depravación sin saber que tu meta era estar por encima de ellos, y protegerlos de lo que ha de venir, pero: ¿Cómo harás tal cosa, cuando has gastado tus artes en fútiles escaramuzas?

Mira atrás Taliesín antes de que sea tarde, pues drakkars negros surcan el océano. Una armada como nunca antes se ha visto... y con ella se acerca el caos. ¡Qué se guarde el mundo de Olav el Terrible, pues con él cabalgan los cuatro jinetes del Apocalipsis!


Anaresh, el profeta.

-----------------

Y aquí Cid, nos hizo una de las suyas...

Cómo una marea apocalíptica los vikingos se adueñaron de Irlanda, saqueando, violando y destruyendo. Olav (celtíberoCid), levantó un campamento gigantesco e hizo construirse un trono de hierro por los esclavos. En honor a sus victorias, sacrificó mil almas a sus dioses, y dio la carne a sus perros.
Al suroeste, su lacayo, Coñan (celtíberoLerend), avanzaba sobre los elfos. Y al norte la calavera cosechaba huesos.
¡Irlanda, Hibernia, nunca había pasado peores momentos... hora más negra!

Aullaban los lobos, y se oían rumores que perturbaban el ánimo de los hombres. Se decía que Odest había regresado de entre los muertos, pero que sólo era un cadáver sediento de venganza, que avanzaba apoyado sobre su hacha. Se decía que hasta que los vikingos fuesen expulsados de Irlanda, y Taliesín (CeltíberoMandonio) yaciese insepulto en algún campo de batalla, Odest no descansaría.
Pero Odest ya no era quien habían conocido. Sólo una sombra cadavérica peligrosa para todo el mundo; ya no distinguía amigos de enemigos, y sembraba el caos y la muerte allí por donde pasaba, tanto o más que los vikingos.
¡Ora Irlanda por que pasen estos tiempos de suplicio!

Los cántabros y astures cruzaron el mar de Irlanda y desembarcaron en Dublín, pasada a sangre y fuego por los vikingos; sobre una colina levantaron sus campamentos. En un último atisbo de esperanza, los sobrevivientes a la matanza comenzaron a reunirse cerca de sus posiciones, buscando el resguardo de sus ejércitos. Quizás en ellos residiese la última esperanza de la isla...


Taliesin derrota a Odest...

Taliesín, avanzaba por la noche, con los restos de su hueste, evitando la luz del día y ser descubierto. Su cabello había encanecido sobremanera por las preocupaciones, la falta de horas de sueño y el trabajo diario había envejecido su rostro. Por los pelos había salvado la vida en la batalla. Había visto caer a Odest, arrollado por una marea de enemigos.


Se hacen extraños compañeros de cama...

Había oído de la llegada de cántabros y astures, y marchado secretamente hacia ellos. Necesitaba de su ayuda para recuperar fuerzas y contraatacar a los vikingos. Pero, cuando llegó hubo de hacer frente a una situación inesperada: el reto de Félix.
Antes de ocuparse de los problemas inminentes que acuciaban Irlanda, debía subsanar una deuda con el asturiano, y ganarse con ella por otro lado el respeto de los cántabros.

(Man, no recuerdo bien esto del reto de Felix. Tienes tu algo?)

Irlanda había caído, y el destino del mundo seguía pendiendo de un hilo.


La batalla final se acerca...

Sombra... La sombra avanza.
Saciados estaban ya los vikingos de sus correrías por Irlanda. Y Olav posó sus ojos de águila sobre el último baluarte de resistencia. Posó la mirada sobre las ruinas de Dublín y los campamentos levantados en sus colinas.
Reunió a su hueste, y miles de guerreros acudieron ardiendo con el deseo de la gloria y la matanza. Olav el Terrible, les había llevado hasta donde ningún otro jefe vikingo había conseguido antes... ¡a la conquista del mundo! Si triunfaban sobre Albión, pronto se embarcarían más guerreros de Suecia, Noruega y Jutlandia, y atravesarían los mares para unirse a ellos y sembrar el mundo de cadáveres y viudas.

Como una marea oscura llegaron ante sus enemigos y levantaron un cerco de manera que Dublín quedó separada del resto de Irlanda. Frente a ellos, en el centro de las colinas, junto a las mismas ruinas de la urbe, se alzaban las tiendas de los cántabros, y tras ellos sus cóncavas naves, rematadas en espolones de hierro. A su derecha, en un recinto de menor tamaño, se asentaba la hueste de Taliesin, disminuida tras la sangría de la Batalla de Odest el Negro. Taliesin... parecía un rival eterno, Olav no tenía mayor deseo que ornamentar con el cráneo del bardo su cetro.

A la izquierda de los cántabros, fortificados a la usanza nórdica, los astures, con Felix ocultó en su tienda, humillado por su derrota en combate personal frente al bardo; quizás rumiando algún tipo de venganza, quizás feliz de haber sido derrotado en justa lid, y renovando su respeto al bardo. Difícil saberlo.

Un poco más alejados, se distinguían los pendones de los elfos, agitándose a la brisa que remontaba la costa. ¿Estaba allí Thrandhuil, capitán de Qualinesti?, ¿o se trataba de Tyrón?, Por el tamaño del recinto, Olav supuso que se trataría del segundo.
Lo que más agrado al vikingo, fue ver como en la costa, el fantasma de Odest el Negro incendiaba los barcos, mientras los astures se unían para repelerlo. Como Taliesin retrocedía ante un mandoble de Negalo III, batiéndose en combate personal. O como Felix había reunido un contingente de soldados y marchaba en señal poco amistosa al encuentro de los elfos, que apenas habían tenido tiempo de situar sus pendones antes de ser retados.
Olav sonrió, pues había escogido bien el momento de lanzar su ataque. Si aquellos ineptos que se mataban entre sí eran la última esperanza de Irlanda, de Albión, podía decir que apenas tendría trabajo.

---
No me acuerdo bien, debió de ser caotico, aliados forzados que se enfrentaban entre sí, y Olav cargando en el mejor momento...

----


Oscuridad... profunda oscuridad. Ya languidece la vida en Hibernia, ya ha cambiado todo para siempre. Todo lo que queda se refugia tras el débil tremolar de unos pocos pendones, pero si éstos caen también, todo habrá acabado en un mar de sangre.
Olav el Terrible, aún sediento, ha reunido a sus huestes frente a los campamentos de Dublín. Allí, los líderes defensores observan; saben que de su actuación depende el destino de un mundo.
Junto a Olav (CeltíberoCid) a llegado Coñan (CeltíberoLerend), imparable y enérgico. Sus huestes, reforzadas por nuevas levas, cantan mientras avanzan.
Por otro lado, emergiendo desde las costas, Odest, ni vivo ni muerto, camina con sus hombres hacia Olav. Piensa que está en Oviedo, que Olav son los cantabros y Coñan los sevillanos. Su mente trastornada le ha transportado demasiado lejos, hasta el punto de no ver que va a lidiar con sus otrora aliados, y con quien protege su destrozado reino.

Frente a ellos, los cantabros cierran filas, con ellos los asturianos. Cerca, bajo la colina, innumerables elfos, de blancas ropas, de cabellos rubios. Al otro lado, disminuidos pero curtidos, los soldados de Taliesin, que han jurado vengar la última derrota.

Ambos ejércitos están listos. Todo queda en manos de los dioses y el destino.
¡Oh, insensatos afanes de los mortales! ¡Qué débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro vuelo de la Tierra! - Dante

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 28 Nov 2008 02:24 #17493

Y eso es todo. No creo que nadie lo lea todo jeje, pero ahí queda para la posteridad y la memoria...
¡Oh, insensatos afanes de los mortales! ¡Qué débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro vuelo de la Tierra! - Dante

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 28 Nov 2008 21:30 #17544

Grande, que Grande!!!



Grandes recuerdos, grandes batallas, grandes roleos.

Creo que es de las cosas que mas he disfrutado.

Por cierto Idibil, tengo cosas, bastantes, en cuanto pueda lo colgaré.

Y lo mas importante tengo toda la documentación y reglas de Celtiberos Quest. Estoy a la espera del momento para montar el Quest2.

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 28 Nov 2008 21:41 #17545

Batallas de Thrandhuil:

Turno 1:
Don Quijote (Zuri) vs Thrandhuil

Relato de la Batalla:

En el bosque los animales callaban, los árboles se mecían al ritmo de la suave brisa, tenues rayos de sol se filtraban por entre las ramas...
Solo dos cosas rompían el silencio, el suave rumor de los árboles y el sonido de unos hombre andando.

Don Quijote, debió darse cuenta de que ese silencio sobrenatural, solo roto por la marcha de su ejército, no presagiaba nada bueno.

Horas antes, un enviado del Capitán Thrandhuil, le había avisado de que diera media vuelta y no se internara en el bosque, o seria atacado.
Pero el orgullosos caballero, arremetió contra el, fallando su ataque y clavando su lanza en el tronco de un anciano roble.

Desde entonces, el caballero se internaba en el bosque, vislumbrando de vez en cuando en lo alto de los árboles unas sombras que desaparecían cuando miraba... sus hombres empezaban a ponerse nerviosos, habían oído leyendas sobre ese bosque, que ahora revivían vivamente.


Thrandhuil esperaba en un pequeño claro del bosque la llegada de Don Quijote y su ejército. Había enviado exploradores, que seguían a Don Quijote desde que había entrado en el bosque, invisibles a la vista de cualquier humano.
Cuando la avanzadilla de los invasores alcanzo el claro, vieron al ejercito de Thrandhuil desplegando enfrente.

Don Quijote desplegó a sus hombres prestos a la batalla. Confiaba en la superioridad de su caballería. Divisaba tres regimientos del enemigo, uno de los cuales era ligero que portaba ballestas. Su caballería resultaría superior.

La batalla se inicio con un avance de los ballesteros de Thrandhuil por su flanco derecho, en dirección al flanco izquierdo de Don Quijote. El cual respondió enviando su caballería contra ella. Don quijote se frotaba las manos viendo como esos ballesteros retrocedían por detrás del bosque. Una caballería de Thrandhuil había salido a cortarle el paso, pero se retiraba también en otra dirección. Al final dio caza a los ballesteros, que morían rápidamente bajo las lanzas de sus hombres.

Thrandhuil estaba sereno, su plan estaba funcionando, había picado el anzuelo. En ese momento dio la orden.
La unidad que se retiraba dio media vuelta para cargar el flanco, mientras del interior del bosque un regimiento de caballeros, hasta entonces oculto, cargaba por la retaguardia. Un regimiento menos.

Don Quijote, viendo que la atención de Thrandhuil estaba en un flanco, decidió lanzar un regimiento de caballería hacia el otro flanco para despachar rápidamente los arqueros de Thrandhuil.

Thrandhuil, se percato algo tarde de ese movimiento, cuando los caballeros casi alcanzaban a sus arqueros....pero sonrió... lanzó una flecha al aire... era la señal... en ese momento, del bosque de su izquierda, al lado de sus arqueros, otro regimiento de caballería, oculto hasta entonces, salía al galope de entre los árboles, para arremeter contra el flanco de esa caballería enemiga, que pronto fue alcanzada y destruida también.

La batalla no pintaba bien, pensó Don Quijote, sus caballerías habían caído, pronto las caballerías de Thrandhuil le rodearían. Decidió cargar enseguida.

Thrandhuil, en ese instante había ordenado a sus hombres que se movieran, y estaban marchando hacia su flanco derecho cuando Don Quijote cargó. Rápidamente intento reorganizar a sus hombres para presentar cara a sus enemigos. Los mas alejados recibieron tarde la orden y fueron cargados mientras se estaban reorganizando aun, pero la mayor parte de sus hombres fueron rápidos, y contra cargaron al enemigo. El enemigo perdía terreno.... en el flanco derecho Don Quijote fue herido y se retiraba de la batalla... bajando a moral de sus hombres... que en breve empezaron a huir...

La batalla había finalizado. El plan de Thrandhuil había funcionado. Que el enemigo pensase que era superior en caballería, se confiase lanzándose a por las suyas, mientras el usaba la sorpresa de sus unidades escondidas en el bosque, para acabar con la caballería enemiga.

Sus hombres volvían a casa, muchos habían muerto, pero su bosque estaba a salvo.

Turno 2:
Négalo (Idibil) vs Thrandhuil

Relato de la Batalla:

La batalla se presentaba reñida. Ambos generales habían traído a la batalla a sus mejores tropas, bien armadas y equipadas.

Thrandhuil situó a sus tropas a la espera de la llegada de Negalo. Pronto aparecieron en el claro... y tomaron posiciones.

Thrandhuil decidió llevar la iniciativa en la batalla, así que rápidamente desplegó su caballería, avanzada en su flanco izquierdo, y empezó a amenazar el flanco derecho de Negalo.

Thrandhuil esperaba que la caballería de Negalo entrara al combate con la suya desde el principio. Confiaba en la superioridad de sus hombres, la elite de la caballería élfica, y en su velocidad.

Tras varias maniobras Thrandhuil consiguió alejar la caballería de Negalo del grueso de su ejercito, es lo que quería... alejada del grueso del ejercito y de su general, fue presa de los rápidos jinetes élficos, y poco a poco fue cayendo bajo sus lanzas. En una maniobra desesperada Negalo se lanzo al combate, pero fue respondido por dos unidades de Thrandhuil... dio media vuelta e intento ponerse a salvo, pero era tarde... la caballería de Thrandhuil le alcanzó y hirió gravemente... obligándole a retirase.

Mientras, los cuerpos de los ejércitos habían empezado a moverse. Pero el ejercito de Negalo, sin el liderazgo de su general, avanzaba confuso y desordenado, mientras que los elfos se mantenían firmes y disciplinados.

Los elfos animados por su general, mas organizados y con el apoyo de su caballería, no tardaron en desbordar al ejecito de Negalo, que huyo en desbandada...

Thrandhuil dio el alto a sus hombres, que presos de la furia del combate se habían lanzado en persecución. No era necesario derramar mas sangre... la batalla estaba ganada.

Mas tarde ambos generales se reunieron de noche en un pequeño claro para parlamentar.


-Bienvenido Negalo
-Saludos Thrandhuil
-Usaré las cenizas de tus hombres muertos de abono para los árboles que has talado, su muerte revivirá el bosque.
-Deja que primero los buitres abran sus pechos y lleven sus almas ante los dioses. Eso se te pide, ante cualquier otro caso marchare de nuevo sobre Qualinesti.
-Soy un guerrero honorable y daré debido entierro a todos tus hombres... según nuestra tradición... incinerándolos. Para que sus cenizas vuelvan a la madre naturaleza y el ciclo de la vida siga.
-Son guerreros y murieron combatiendo, merecen ser llevados ante los dioses. Deja que su ciclo se cumpla y podrás incinerarlos en la luna nueva
-Así sea entonces.
-Sea. Entonces no veras cantabros por tu bosque en un tiempo.
-No esperes mas concesiones por mi parte, Negalo, tu afrenta ha sido grande, como para pedir mas concesiones.
-Se te dará paz un tiempo al menos

Turno 3:
Odest vs Thrandhuil:

Victoria de Thrandhuil. No encuentro el relato

Turno 4 y 5:
Batalla de Oviedo

Turno 6:
Coñan (Lerend) vs Thrandhuil

Victoria de Thrandhuil. No encuentro el relato

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 28 Nov 2008 21:50 #17546

CRÓNICAS DE THRANDHUIL:

Crónica I:

Oviedo había quedado atrás...

La batalla en Oviedo había sido dura y sangrienta...

Thrandhuil acudió a Oviedo a ayudar a Don Gonzalo a defender su tierra. Los elfos sabían mejor que nadie lo importante que era eso para ellos, llevaban siglos luchando por defender su tierra de humanos belicosos, buscadores de fortuna, mercenarios, conquistadores, bestias, bárbaros orcos, draconianos... y hasta el momento Qualinesti había sobrevivido a todos ellos, los elfos habían conseguido mantener a raya a todos los invasores, nadie aun había profanado la sagrada capital Qualinost.

Por eso acudieron en ayuda de un humano, Don Gonzalo, para ayudarle a defender su tierra y conseguir la paz. Los elfos habían vuelto a la guerra para luchar contra los salvajes humanos después de siglos de encierro....

y todo eso para que...

Thrandhuil y sus hombres se batieron valientemente frente las murallas de Oviedo, doblados en numero por sus enemigos. Decidieron dar sus vidas por algo en lo que creían. Se mantuvieron firmes, protegiendo la retirada de Don Gonzalo al amparo de las murallas,

Solos... en el exterior de las murallas de Oviedo, los elfos se batieron con toda la destreza, firmeza y valentía de que eran capaces. Conocedores de que todos morirían , frente las murallas, en defensa de una tierra que no era suya, en defensa de los humanos. Pero no luchaban por los humanos, ni por Oviedo, sino por el derecho de todo ser a defender su tierra, a vivir en paz...

Los elfos rubricaron una batalla que quedará en los anales de la historia. Demostraron ser el temible ejército de antaño. Disciplinados, ágiles, rápidos, valientes y decididos, mantuvieron a raya al enemigo hasta el final. Muchos murieron, pero los cadáveres enemigos superaban con creces los de los elfos muertos.
Thrandhuil, herido, junto su guardia personal... los mejores jinetes del ejercito élfico eran los únicos supervivientes de la batalla.

Para que...

Oviedo había sobrevivido, su enemigo Negalo, había muerto... pero nada había cambiado. Negalo II hijo de Negalo, no había aprendido la lección y clamaba venganza. Don Gonzalo, presa de no se que locura, acusaba a su aliado Taliesin de traición y robo. Odest, desterrado, clamaba venganza también. Coñan no desistía en su empeño de muerte y destrucción. Al-rebutijo, Don Carlitos... todos ellos seguían con su belicosa danza de muerte y destrucción.

No valía la pena...

Únicamente su amigo Taliesin, compañero desde la infancia, conocedor de los misterios de la naturaleza, al igual que los elfos, mantenía de momento su respeto.

Jamás habría paz para los elfos...?

Estaba cansado... muy cansado...


Desde su marcha de Oviedo.. Thrandhuil y su ejercito habían desparecido... nadie les había visto... nadie sabia de su destino... se habían desvanecido como sombras en la noche...


Cronica II:

Pero Thrandhuil no había desaparecido…

Thrandhuil junto a su guardia personal, regresaba a su tierra… viajaban de noche para no ser descubiertos.
La noche antes de partir, Thrandhuil tuvo un sueño, una visión… Kiri-Jolith “Espada de la Justicia”, dios de la gloria, el honor, la justicia y la guerra justa.

Al amanecer… sabía lo que debía de hacer.

Una semana mas tarde, llegó a los lindes del reino de Qualinesti y se encaminó a la capital. En la sala del orador, les expuso la situación a los ancianos del consejo… Los humanos estaban muy beligerantes, creía que pronto se cernirían sobre Qualinesti.
El consejo después de escuchar sus gestas militares y sus planes se retiró a deliberar.

Thrandhuil esa noche acudió al templo de Kiri-Jolith, en Qualinost. A orar y pedir el consejo y la bendición del Dios. Al alba, la imagen del dios se apareció ante él… con los brazos extendidos sostenía una espada, ofreciéndosela a Thrandhuil… que se alzó reverente, y empuño la hoja. En ese momento una energía recorrió su cuerpo, dolorosa como la ira, fuerte como la pasión… serena como la justicia… Al abrir los ojos, Thrandhuil reconoció la hoja…
Era la espada de Kith-Kanan, fundador de Qualinesti.


Thrandhuil salió del templo al amanecer, y se encaminó a la sala del consejo… un aura rodeaba su silueta… en la cara se leía su determinación. Entró en la sala del consejo, y todos callaron… el orador tras unos segundos de sorpresa se alzó y habló.

- Bienvenido Thrandhuil, portas la espada de Kith-Kanan.. Kiri-Jolith te ha elegido… los elfos irán a la guerra .-

Así fue como Thrandhuil, capitán de los exploradores de Qualinesti se convirtió en…

Lord Thrandhuil, Comandante del ejército de Qualinesti.


Carta de Lord Thrandhuil a Taliesin:

Saludos Taliesin:

Aunque hayamos tenido alguna que otra disputa...no temáis mi buen Taliesin, no estáis solo ante los humanos...
Se ha enviado ya un mensajero con el objeto que os fue arrebatado.

No estáis solo no temáis...
Que ellos lo piensen... los elfos están hastiados de tanta lucha... pero no han desaparecido... ni abandonaran a un fiel amigo a manos de los salvajes...

Pronto reaparecerán... y ese día los humanos temblaran ante la furia de los elfos, el gigante esta a punto de ser despertado.

Os saluda...

Lord Thrandhuil, Comandante en jefe de todos los ejércitos élficos de Qualinesti


Crónica III:

Al día siguiente de su nombramiento como Comandante del ejército, un primer contingente estaba listo para partir. Se dirigiría al norte, hacia a Albión. Sus órdenes eran pasar desapercibido, e intervenir en caso necesario en ayuda de Taliesin. Nadie debía conocer su destino. Al mando del ejército iba un noble de su confianza, Tyrión. El mejor caballero del reino de Qualinesti. Comandaba un ejército compuesto en su totalidad por jinetes.

Thrandhuil a su vez, dio orden de levas en Qualinesti, el ejército debía estar listo en una semana, para cuando él regresara.

Él partía hacia Silvanesti, acompañado de su guardia personal, los “Caballeros de Kith-Kanan”, los mejores jinetes de todo el Reino. Su misión… persuadir a los Silvanesti, para que se unieran a la Guerra.

El gigante estaba despertándose…


Crónica IV:

Lord Thrandhuil llegó a los lindes del Reino de Silvanesti, antaño el mas poderoso, ahora en letargo….

Se encaminó a la entrada del Reino, un camino solo conocido por los elfos. Ahí los elfos le dieron el alto. Lord Thrandhuil sin decir nada desenfundó su espada y la mostró a los guardias. Estos sorprendidos y atemorizados, reconocieron la hoja.

- Pasad. Avisaremos al consejo de vuestra llegada- dijeron los guardias al tiempo que desaparecían entre los árboles.

Una semana mas tarde Lord Thrandhuil regresaba a Qualinesti. El ejército estaba listo para partir. Sus hermanos los Silvanesti habían aceptado su propuesta. No intervendrían directamente en la guerra, pero estarían alerta de cualquier incursión sobre Qualinesti y acudirían a defenderla en su ausencia si era necesario.

Con Qualinesti a buen recaudo, Lord Thrandhuil ya podía partir.

Los elfos iban a la guerra.


Crónica V:

El ejército de Lord Thrandhuil partió de Qualinesti. Jamás ningún humano vio semejante espectáculo.

Miles de elfos, equipados con lo mejor de su equipo, marchaban bajo sus estandartes ondeantes al viento. La infantería, el grueso del ejercito, equipados todos con arcos élficos, capaces de lanzar una lluvia de muerte sobre sus enemigos, de oscurecer el cielo con sus flechas… vestían todos ligeras armaduras, y al costado la espada de cada uno, herencia de cada familia a lo largo de generaciones. Los caballeros formaban en la vanguardia del ejército, en número incontable, montaban esplendidos corceles élficos, los más rápidos y ágiles de todos, las armaduras de ithilmar de los jinetes brillaban al sol, deslumbrando a aquellos que les observaban.

A la cabeza del ejercito, Lord Thrandhuil, con su guardia personal, los “Caballeros de Kith-Kanan”.

El más poderoso ejército visto sobre la faz de la tierra marchaba a la guerra.

El gigante había despertado...


A partir de entonces las batallas de Thrandhuil, se cuentan todas por victorias.

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 28 Nov 2008 21:59 #17547


De lujo, ya tenemos un trocito más de la historia.
¡Oh, insensatos afanes de los mortales! ¡Qué débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro vuelo de la Tierra! - Dante

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 28 Nov 2008 22:12 #17549

Quest del Turno 1:

A la caza del lobo

Retar a un jugador del Clan Wolf y vencerle. Yo jugué contra WolfSwoosh.

Relato roleado:

Thrandhuil había sido informado que una manada de lobos, merodeaba por la zona occidental del bosque. Estaban atemorizando a los habitantes de la zona con sus ataques.

Normalmente elfos y lobos convivían pacíficamente, los lobos formaban parte del bosque tanto como ellos, pero a veces alguna manada atacaba a los elfos, y en ese caso debían actuar.

Esta vez, la manada parecía actuar inteligentemente, atacaban y desaparecían, como sombras. Contaban los que los habían visto, que su jefe era un lobo de cola plateada, sus ojos amarillos atisbaban reflejos de gran inteligencia, grande y fuerte, mandaba una manada de por lo menos una docena de ejemplares.

Thrandhuil respetaba a los lobos, pero no podía permitir que atacaran a sus congéneres. Decidió enfrentarse a ellos en una lucha equilibrada, honorable. Hizo a llamar a su guardia personal, formada por quince de sus mejores hombres.

Al amanecer, la compañía de dieciséis hombres partió en busca de la manada. Los hombres andaban silenciosos por el bosque, sus caras reflejaban su determinación y serenidad, sabedores de que la lucha seria igualada y algunos de ellos no volverían a casa. Pero era lo justo.

Al anochecer llegaron a la zona del último ataque, y localizaron el rastro de la manada. Tras dos horas de seguirlo, se detuvieron…. En frente, en lo alto de una roca, erguido y desafiante se encontraba el jefe de la manada que les miraba desafiante… el lobo y Thrandhuil clavaron sus miradas, reconociéndose, desafiantes, respetuosas… el lobo dio media vuelta de un salto y se desvaneció en la noche… oyeron un largo y poderoso aullido elevarse en la noche, respondido por otros después…

- Preparaos para la lucha - ordenó Thrandhuil a sus hombres.

Minutos después, divisaron las primeras sombras enfrente, la manada intentaba rodearles. La mitad de elfos cargaron sus arcos, prestos a disparar a la orden de su jefe, mientras la otra mitad desenvainaba sus espadas para cubrir a sus compañeros.

Los elfos dispararon, al oír el chasquido del arco de Thrandhuil, que ensartó a un lobo que saltaba hacia él en el pecho, mientras encomendaba su espíritu a la madre tierra… cayeron cuatro lobos con la andanada. Los lobos se lanzaron al ataque intentando acorralarles… mientras el jefe permanecía en lo alto de una roca cercana, observando… sin intervenir..

La lucha era encarnizada, garras, dientes, espadas, se entrecruzaban en una danza macabra de muerte… los cuerpos heridos y la sangre cubrían el suelo del bosque…
El último lobo cayó, con un tajo en el vientre… toda la manada yacía muerta o malherida, al igual que los hombres de Thrandhuil. La lucha había sido encarnizada, seis lobos y tres elfos muertos, el resto heridos gravemente o huidos. Solo quedaba un elfo en pie, Thrandhuil, con múltiples heridas en su cuerpo, aunque ninguna grave… que miraba al jefe de la manada que aun permanecía en la roca…

Los dos jefes se estudiaban atentos… girando el uno en torno al otro… silenciosos… expectantes…

En un instante, Thrandhuil desvió la mirada al ver un movimiento a su derecha, un lobo malherido que huía. El jefe de los lobos, Swoosh se llamaba, saltó en ese instante sobre Thrandhuil con las fauces abiertas. Thrandhuil esquivó el ataque saltando hacia su derecha, llevándose un arañazo que rasgó su hombro derecho, haciéndole soltar su espada. Thrandhuil estaba arrodillado en el suelo, su brazo derecho colgaba inerte, su espada en el suelo, entre Swoosh y él.

Thrandhuil y Swoosh saltaron hacia delante, Thrandhuil saltó hacia su espada, que asió con su brazo izquierdo, al tiempo que se giraba panza arriba para recibir el mortal mordisco de Swoosh, que en ese instante caía sobre él con las fauces abiertas…

Thrandhuil y Swoosh, yacían inmóviles en el suelo… los heridos aguardaban expectantes…

- Que la madre tierra recoja tu espíritu en su seno – oró Thrandhuil al tiempo que apartaba el cuerpo inerte de Swoosh.

Todo había terminado…

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 28 Nov 2008 22:13 #17550

En cuanto a relatos esto es todo lo que tengo.

Tengo archivos de conversaciones de messenger entre los jugadores, mensajes privados enviados, etc.. pero relatos nada mas.

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 29 Nov 2008 11:12 #17573

Tengo archivos de conversaciones de messenger entre los jugadores, mensajes privados enviados, etc.. pero relatos nada mas.


Yo no guarde nada de esto, hay algo que merezca la pena?
¡Oh, insensatos afanes de los mortales! ¡Qué débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro vuelo de la Tierra! - Dante

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 29 Nov 2008 13:39 #17579

jejejej

Confabulaciones, conspiraciones, acuerdos, sobornos, jejejej el messsenger es una herramienta diplomática. Y todo buen diplomático o conspirador guarda la transcripción de las conversaciones :twisted:

Pero vaya, no es algo especialmente interesante.

Re: CELTÍBEROS QUEST - Viejos recuerdos 29 Nov 2008 21:28 #17609

Jajaja, eres un peligro.
¡Oh, insensatos afanes de los mortales! ¡Qué débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro vuelo de la Tierra! - Dante

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