Saludos Gran Duque,
Por favor, gran soberano, ¡no os demoréis en enviarnos una partida de ese vodka tan espirituoso que os hace olvidar con gran prontitud nuestras conversaciones más recientes! ¿Acaso, una vez pasada la que espero leve resaca, no recordáis que no hace ni diez días que os hemos solicitado vuestro permiso y consentimiento para trasladar nuestro personal a Escandinavia? Si no lográis recordarlo, por favor, repasad nuestras últimas misivas, pues a nosotros sí nos consta vuestro plácet a nuestra empresa. Lo que sí os rogamos es que, tal como os lo trasladamos en su momento, no hagáis público en beneficio de la discreción mutua.
Afectuosamente
Le Roi