Venid a mi! :cuñao:

CeltiberoLoky escribió:


Ja Ja Ja. Que humorista soís, mi querido Basileus.

¿Me estaís asediando Ragusa y el Sultán Leonidas ha desembarcado en Nápoles... y ya pensaís que mi Imperio se desitengra? Jajajajaja.

El Sultán por mucho general y ejercito que haya desembarcadoen Nápoles, no les auguro un buen futuro a esos pobres soldados. Y en cuanto a tí, me tomarás Ragusa lo más seguro pero ten por seguro que en 2 turnos en esa ciudad ondeará nuevamente la bandera siciliana así que poco la podrás saborear, y ten por seguro que recuperaremos todo lo perdido a día de hoy, cómo la aldea de Durazzo y el castillo de Corinto.

Lamento haberos chafado la ilusión.

Lo vuestro es de novela bizantina, estimado Klu... :cuñao:

Mientras el mismísimo Gran Duque Ismikhail lucha por mantener sus nuevas posesiones en el norte de Turquía, se halla en la capital armenia, en las montañas, donde estos le acogen como un salvador.

Durante este tiempo, ha sido puesto al mando del pueblo ruso al noble Gran Príncipe de Moscú, Mandonioff II, hermano de Ismikhail y merecido descendiente del Gran Duque Mandonioff I que Dios le guarde.

Esperamos que demuestre ser un buen gobernante y digno miembro de la Dinastía Yaroslávich.

Finalmente el Gran Duque descendió de los montes armenios para volver a ponerse al mando de los suyos. El breve descanso, en el que no había cesado de planificar un futuro de paz que sabía no sería facil de alcanzar, le había ayudado a recobrar fuerzas para volver a la cruenta guerra contra el impío Basileus.

A Mandonioff II, tras ser honrado lujosamente por su sabio gobierno durante ese tiempo, se le mando volver a sus tierras Moscovitas, pero este firmemente se negó y juró acompañar al Gran Duque hasta que la paz volviera a la Iglesia Ortodoxa, el Patriarca fuera rescatado de Constantinopla y el Basileus crucificado en las murallas de su antaño gloriosa ciudad.

Ambos hermanos se reunieron a orar a Dios Todopoderoso para que les iluminara en aquellos duros tiempos y mientras, estando solos en la Iglesia de Kiev, una luz divina ilumino uno de los ventanales que señalaba hacia al sureste, hacia Grecia, mientras un búho dorado aleteaba murmurando palabras humanas que no llegaron a entender. La luz cegó a los nobles rusos que quedaron enmudecidos y pensativos...

¿Qué querría mostrarles Dios?